capítulo cinco

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MAYTE.

Flojera y nerviosismo eran las únicas palabras que definen mi estado de ánimo en estos momentos. Estoy apunto de tener una prueba muy importante. Anoche me quedé hasta muy tarde estudiando, lo peor, es que la prueba es de matemática y me gustan las matemáticas cuando las entiendo, es más pueder decir que las adoro.

Mentira, no es taaan así.

—¡Mayte!— gritó mi querida mejor amiga—Apúrate, vamos luego al casino.

—Tranquila, ¡ya voy!— le digo a la impaciente que tengo de amiga mientras iba caminando hacia su dirección.

—¿Estai' lista pa' la prueba?— me dice por mientras que estamos en la fila del casino.

—Más nerviosa que la chucha, pero igual estuve estudiando caleta—¿Me imagino que tu también estudiaste?— le digo.

—¿Pa' qué? sabes que me va bien en matemáticas. Por lo menos salí con algo bueno— me dice tirándose el pelo para atrás.

Yo sé que está hueona es seca pa' las matemáticas. La diferencia entre ella y yo, es que ella no anda equivocándose en los ejercicios, en cambio yo sí.

—En fin, estoy más nerviosa que la chucha. Estoy rezando para que me vaya bien— le digo a mi mejor amiga.

—Mayte, te irá bien. Eres muy seca, así que deja de estar nerviosa, yo confío caleta en ti— me dice bastante sincera la coco.

Una hora después...
La prueba no estaba ni tan difícil ni tan fácil (se puede decir que estaba normal) aunque para ser sincera me faltó una pregunta y estaba terminando el desarrollo de la antepenúltima, pero todo lo otro debe estar bien.
Estuve hablando una rato sobre la prueba con la coco pero llegó el hueón pelao que tiene mi amiga y su amigo (el que me pegó en la cabeza).

Todavía no se la perdono...

—Hola bellas damas, ¿cómo se encuentran el día de hoy?—nos dice el pelao que tiene mi amiga.

—Bien, ¿y ustedes?— le dice mi amiga dándole un beso a su pelación.

—Bien también—¿Oigan a ustedes dos les comió la lengua el ratón?— Nos dice a mí y al loco qué me pegó con la pelota.

—Estaba pensando no más— Dice el hueón pesao'.

—Yo estaba en lo mismo— Le digo.

—Mmm no les creo, pero filo.

Tenía pensado hablarle al mino pesao', le quería preguntar su nombre, pero soy una mina súper vergonzosa y tímida, aunque no lo crean. Así que mejor me quedó con las ganas, imagínense que no quiera decirme, ni loca quedo en vergüenza.

Luego de cuestionarme sobre aquello, sonó el timbre, así que tuvimos que devolvernos hasta la sala para la última clase que teníamos. Era biología y me gusta, así que no hay ningún problema. Además, las clases de la profe se hacen súper cortas, ya que habla diversos temas y los entiendo.

(...)

Después de la jornada escolar, iba caminando sola hacia mi casa. Mi mejor amiga se tuvo que quedar a hacer una prueba, la lindura el día que tuvimos esa prueba se quedó dormida y ahora tiene que estar más tiempo en el colegio. Le pregunté con quién se iba a ir y me dijo que con su relación-pelación, así que me tranquilicé un poco, ella también me preguntó, pero le dije que me iría sola para pensar.

Eri mía mocosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora