tres.

871 83 28
                                    


Desde que había despertado su día fue una mierda, el solo hecho de recordar en la mierda en la que él solito se había metido, lo enfermaba. Durante todo el día había estado con esa cara de perro malo, incluso durante el almuerzo.

—Ahora debemos pagar por esos malditos trajes —se quejó el pelinegro.

—Lo merecemos, si los del coro hubieran hecho lo mismo con nuestros uniformes, nosotros hubiéramos pedido lo mismo —acotó el menor, quien a veces usaba su cabeza.

—Eso no es nada, yo también debo pagar por los trajes, pero aparte debo bailar para la apertura del maldito festival.

Sus amigos no contuvieron su risa.

—¿Bailar?

—Sí, Lee, bailar.

—¿Harán un número de tap o algo así? —maldito Jisung.

—No, en realidad debo practicar un número junto a Lee Donghyuck, el líder.

Los otros dos volvieron a carcajear en la cara del canadiense, el solo hecho de imaginar a su amigo bailando junto al moreno, los hacía estallar.

—Las amigas de Yeeun dicen que tiene un buen culo —nunca faltaban los comentarios extras de Jeno.

—¿A qué viene eso? —cuestionó el mayor.

—Solo digo lo que las chicas dicen.

Mark simplemente rodó sus ojos y continuó con lo suyo.

...

—Llegas tarde, Lee.

Apenas había entrado por la maldita puerta y ya estaba siendo regañado. Ignoró al moreno y fue hasta unas bancas dejando sus pertenencias, y de paso tomó asiento.

—Nunca estableciste un horario —chequeó su teléfono como si nada, hasta que este fue arrebatado.

—Yo no, pero el director sí. Sabes que debes venir luego de tu entrenamiento, el cual terminó hace diez minutos —exclamó el menor mientras comprobaba el horario en su reloj.

Suspiró—. Está bien, lo siento.

El menor sonrió como si nada y lo tomó de la muñeca, levantándolo de la banca.

—Preparé un baile sencillo, con una canción un tanto lenta, además no la haremos completa, ya que hay otros números luego de nosotros —el canadiense revisó la hora en el reloj de la pared, recién llegaba y ya quería huir de allí—. Es un duo quiénes cantan, muy famoso y esta es una de mis canciones favoritas. ¿Quieres que te muestre la coreografía?

Con poco interés el mayor aceptó.

—¿Cómo se llama la canción?

Baby Don't Stop.

El moreno conectó su teléfono al pequeño reproductor que tenían en la sala y buscó la canción, le ordenó al mayor que se encargara de ponerle play cuando él se lo pidiera.

Se colocó a unos pocos metros del pelinegro, y luego de unos segundos le dio la indicación para que reproduciera la canción.

Ni bien comenzó la melodía, todo en el moreno ya había cambiado, su cuerpo se movía sin ningún problema, ágilmente. Hasta sus expresiones encajaban perfectas con la música, todo su cuerpo se movía en sincronía, Mark no podía quitarle la vista de encima, la pasión que transmitía Donghyuck en unos cuantos pasos, te incitaba a querer bailar de igual forma.

Como el moreno lo había dicho, la canción era algo lenta, además de pegajosa, pero junto al baile, lucía incluso sexy.

—¿Qué te pareció? —preguntó el menor mientras recobraba el aliento y lo bajaba de sus nubes.

—Está cool.

—Okey. Claramente, es diferente si lo bailan dos personas —aclaró.

—¿Yo debo hacer los mismos pasos que tú hiciste? —preguntó el mayor, confundido y sorprendido.

—Pues, claro.

—Ni lo sueñes. Si quieres puedo mover un poco mis pies, tomar tu mano y hacerte girar, o incluso puedo girar yo, y ya, pero no creas que haré todo eso —dijo Mark con firmeza.

El menor tomó una postura seria, lentamente se acercó hasta el basquetbolista, estando a unos pocos centímetros, habló:—. Eso no lo decides tú, Lee. Básicamente, yo me hago cargo de tu castigo, por lo que harás lo que yo te pido.

—Yo no bailo, ya lo dije.

—Nunca sabrás, si no lo intentas —sonrió el moreno de manera socarrona—. Así que, ahora vamos a calentar.

El mayor no había notado que estaba reteniendo su respiración, hasta que el moreno se separó, estaban demasiado cerca.


































𝘐 𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘋𝘢𝘯𝘤𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora