† ⸸ sex with a ghost. | m.

capitulo ocho

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No puedes respirar, hay algo en tu garganta que te arranca el aire; te esta afixiando, luchas por inhalar el oxígeno desde la nariz pero nada funciona porque la sensación es claustofobica, ¿qué había sucedido? solo estabas durmiendo con Michae—. Oh, es una pesadilla. La cosa en tu garganta se abre paso destruyendo tus cuerdas vocales, sollozas por la desesperación y comienzas a mover erraticamente tus extremidades en busca de apartar aquello que te deja sin aliento, ganando que un nuevo dolor se una a la lista: el dolor de algo jalando tu cabello con tanta fuerza que debes quedarte inmóvil, te arde el cuero cabelludo al sentir como lo usan para moverte de un lado a otro.

Es como si...

ah.

Comienzas a golpearte en los muslos para despertar a la fuerza, funciona, quitándote el manto negro que Morfeo le había dado a la realidad. El abrir los ojos de apoco contrasta con los movimientos violentos en los que Michael te esta sometiendo; no era una pesadilla, el asesino te esta obligando a chuparsela. Y no esta siendo exactamente suave, existe un ferviente calor sobre tu mandibula

El tenerla abierta tanto tiempo dio resultados dolorosos, oh mierda ¿cuánto tiempo estuvo dentro? La pregunta no parece tener respuesta, tu pesadilla apareció hace apenas unos segundos mientras que el enmascarado parece estar llevando varios minutos así, comienzas a golpear su cintura en busca de que te suelte porque el hervor te esta quemando la garganta; es una sensación calurosa que hace que te lata el cerebro a un ritmo sincronizado con el corazón, los litros de saliva y moco que escapan por tu rostro te dejan deshidratado

Tus reflejos manifiestan lágrimas que hacen la situación más borrosa, no logras divizar nada haciendo todo más abrumador. Saboreas algo amargo, ¡joder, joder! esta tan enterrado que hay un bulto sobresaliente en tu garganta, eso es jodidamente caliente

Estas apunta de perder la consciencia, se mueve tan rápido que apenas llegas a suspirar cuando se retira al embestir; tu lenguaje corporal parece importarle poco, de echo parece encantarle que luzcas tan roto, debes en cuando dedica una mirada a tu cara lagrimosa he hinchada para luego volver a golpear tu garganta con su miembro, buscando que te ahoges ruidosamente para oír tus gargoteos.

ㅤㅤㅤRealmente te estas ahogando, por alguna razón hay un sonido obseno de chaspoteo, supones que es la saliva que no puedes contener en tu propia boca.

Él esta aumentando la velocidad ( si esque eso se puede hacer ) ese gusto ácido que se mezcla con un sabor amargo vuelve, el líquido pre seminal esta llenando tanto tu lengua que crees que ya acabo

pero no.

El grueso de su miembro raspa las paredes de tu garganta ante el ritmo creciente, escuchas ese familiar sonido de jadeos y te obligas a silenciar tus quejas; no te vas a desmayar sin antes oír a Michael gemir. Ambas de sus manos manos rodean tu craneo estableciendo un vaiven duro, realmente quieres chupársela pero básicamente desde el comienzo no eres dueño de tu cuerpo.

Te suelta en un gesto rápido, ( sí... aire ) cuando quieres caer de rodillas y respirar libremente a base de bocanadas Michael te detiene tomandote del pelo con fuerza, te obliga a verlo y hay un intercambio de miradas donde por fin parece notar tu rostro herido, te lanza al suelo

el echo de que el piso no se quiebre te sorprende solo un poco, estas retorciendote ante los fuegos artificiales de dolor cuando él te rompe la camisa liberando tu abdomen; comienza a masturbarse con tu imágen pero tú estas demasiado concentrado en recuperar el oxígeno, tu pecho se infla una y otra vez agitado

Cuando por fin quieres verlo te quedas hipnotizado ante la escena que te brinda, esta moviendo tan rápido su mano que te sientes necesitado por ayudar incluso tu boca comienza a generar saliva a montones, su pene es grande incluso entre las manos gigantescas que posee. — M-mgh.. —. Michael acababa de gemir ante orgasmo, el primer y único jadeo que escuchaste de su parte en años, tiemblas cuando los hilos blancos se disparan sobre todo tu torso dejando un camino pegajoso que te da espasmos; la mirada de Myers se volvió tan intensa que te obligas a agachar la vista. Observas tu entrepierna, ¿cuando te habías corrido? mierda, que perturbador estás.