Capítulo 2: ¿Salvarnos?

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—¿Quién demonios era esa niña? —preguntó Lucy a Hank bastante alarmada y aterrorizada.

—No lo sé Lucy, pero de verdad esto es escalofriante, viste que se desvaneció como una ilusión.

Ambos chicos se encontraban en una situación realmente alarmante, no tenían ni idea de dónde estaban, o si lograrían encontrar una salida y para acabar, ni siquiera sabían si habría una salida.

—Bueno Hank, lo primero que tenemos que hacer es calmarnos, no lograremos nada alterándonos.

—Tienes razón Lucy, debemos pensar con cabeza fría.

De pronto a lo lejos, se escuchó un grito desgarrador.

—¡AYUDAAAA, AYUDENME POR FAVORRRR!

Los gritos no paraban de escucharse, y cada vez se sentían más agonizantes, como si la persona que los hiciera estuviese sintiendo un enorme dolor, pero de dónde provenían los agonizantes gritos, los chicos decidieron ir lo más rápido posible para ayudar a la persona que estaba gritando.

Ambos chicos corrieron por los espeluznantes pasillos de este horrible lugar, mientras más avanzaban, más terrorífico se ponía el lugar. Tras unos minutos corriendo, por fin hallaron la habitación de la cual provenían aquellos desgarradores gritos, Hank echó un vistazo y vio lo que parecía ser un hombre de espalda sentado en una silla de madera, Hank sin pensarlo, decidió entrar a la habitación, pero...

—No lo hagas Hank, debemos tener cuidado —le dijo Lucy a Hank con una voz silenciosa —y ¿Si es una trampa?

En ese instante. Hank alzó su voz y le respondió a Lucy:

—Pero ¿Qué mierda dices Lucy? Es una persona pidiendo ayuda, ¿Acaso no tienes corazón?

—¡AYUDAAAA, AYUDENME POR FAVORRRR!

Repitió aquel sujeto en la silla. Hank corrió y entró a la habitación, se acercó a aquel señor y le dijo:

—Señor ¿Se encuentra bien?

El terror invadió el cuerpo de Hank, la cabeza de aquel sujeto no tenía ojos y su boca estaba cortada de oreja a oreja, pero lo peor era que la voz que realmente se escuchaba, era la proveniente de un altavoz, el cual el cadáver de aquel sujeto tenía amarrado al cuello.

En eso, la cabeza de aquel sujeto se cayó al suelo, y rodó hasta los pies de Hank, quien no podía creer lo que estaba viendo y había quedado en shock, pero lo peor no era eso, si no...

—¡JAJAJAJAJA! Han caído en mi trampa, niños imbéciles —dijo una mujer que cayó del techo.

La mujer estaba completamente llena de sangre y sus ojos solo reflejaban una locura total, se acercó a Hank y con una perversa sonrisa en su rostro le dijo:

—¡Guau! Eres un niño muy bonito, tu cabeza se vería realmente preciosa colgada en mi pared, tranquilo seré gentil contigo, no te dolerá.

Lucy se abalanzó sobre la mujer con su katana, pero aquella mujer la esquivo con bastante facilidad, Lucy intentaba una y otra vez tratando de atacar a la mujer, pero nada daba resultado, la mujer esquivaba cada ataque y cada vez con más facilidad.

—Eres bastante buena mocosa, pero eso no te bastará, los mataré a los dos —dijo aquella mujer, mientras no paraba de reírse de forma perversa y macabra.

Lucy ya bastante desesperada por la situación, le gritó a Hank:

—Hank haz algo, no te quedes allí parado, ayúdame.

Hank solo podía temblar del miedo y con lágrimas en sus ojos dijo:

—Lo siento, mamá.

La mujer derribó a Lucy y la azotó contra la pared sin ningún tipo de compasión ni piedad, luego procedió a ahorcarla con mucha fuerza dejándola sin aire, mientras decía:

—Me encanta esa expresión en tu rostro, tranquila mi niña ya pronto descansaras en paz, después de todo para eso estoy aquí para "salvarte".

Los ojos de Lucy empezaron a salirse de sus orbitas y su rostro estaba de color morado, mientras que con sus manos intentaba salvar su vida, en su mente se dijo así misma:

—Este es mi final, vaya vida de mierda tuve, nunca imaginé una muerte así.

Pero...

De pronto, un joven apareció con un hacha en sus manos y comenzó a atacar a la mujer por la espalda hiriéndola de gravedad y salvando la vida de Lucy, el joven atacó sin misericordia a la mujer, propinándole una gran cantidad de daño con el hacha.

La mujer cayó a suelo aún con vida, la mujer a pesar de la situación seguía riendo y riendo, gritando a la vez:

—¡ESTO ES INCREIBLE! ¡MIRA COMO MI SANGRE NO PARA DE FLUIR!

El joven no paró y continuó golpeándola, mientras decía:

—Muere de una maldita vez ¡PERRA!

La mujer al borde de su muerte, culminó diciendo sus últimas palabras:

—No puedo morir aún, tengo que "salvarlos", tengo que "salvarlos a todos".

La mujer murió dejando un gigantesco charco de sangre alrededor de su cadáver, tras ello, aquel joven se limpió la sangre y dijo:

—Hasta que por fin se murió, ya va otro más.

Lucy por fin recobró el aliento y miró con desprecio hacia el lado en donde estaba Hank, aún en shock por lo que acababa de ver, se acercó a él y le dijo:

—¿Es enserio? Casi me matan por tu culpa, cobarde.

—Deberías calmarte, ya la maté, no debes preocuparte —dijo el joven que los había salvado.

Lucy ascendió con la cabeza, le dio su mano a Hank y lo levantó del suelo, Lucy se acercó al cadáver de la mujer, el cual estaba completamente destrozado por los hachazos que había recibido, la miró con asco y dijo:

—¿A qué rayos se refería con "salvarnos"?

—No te preocupes por ello, todos dicen eso —dijo el joven.

—Déjenme presentarme, mi nombre es John.

—Bueno John, yo soy Lucy y este imbécil es Hank, la verdad te agradezco por habernos salvado.

—No se preocupen chicos, solo quería ayudarlos —respondió John.

Los tres chicos salieron de la habitación y siguieron su camino, mientras los tres caminaban, John les dijo a los dos chicos:

—Bueno, ahora lo que debemos hacer es buscar una salida.

Tanto Hank como Lucy se vieron el uno al otro y dijeron:

—Lo sentimos John, pero aquí no hay salida.

John volteó asustado hacia los chicos y les preguntó:

—¿No hay salida?

En otra parte del horrible lugar...

 Cerca de la habitación de donde los chicos mataron a aquella mujer, estaba el hombre que persiguió anteriormente a Hank, el hombre entró a la habitación, miró el cuerpo mutilado de la mujer y dijo:

—Vaya #5, no puedo creer que unos simples mocosos acabaran contigo, en verdad siempre te confías demasiado.

El hombre se agachó y comenzó a comerse el cuerpo de la mujer, desmembrándolo por completo y saciándose con él, mientras decía:

—Tan deliciosa como siempre #5.



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