No Exit

Capítulo 4: ¿Muertos?

La señorita Kami, tal como la llamaban los 12 entes con apariencia humana sentados en las sillas, preguntó a los "ESOS":

—¿Ya han salvado a alguna alma?

Los "ESOS" se miraron los unos a los otros, y en tono bajo y nervioso, le dijeron a Kami:

—No, señorita Kami, hasta ahora no hemos podido salvar a nadie, sin embargo, hemos...

—No me importa que otra cosa hayan hecho —respondió Kami -Lo único que necesito es que hagan bien su trabajo.

Todos en la mesa se quedaron profundamente callados, excepto #8, quien se levantó de su silla, y le dijo a Kami:

—Señorita Kami, creo que esta vez tenemos mejores candidatos.

—Estas seguro de eso —respondió Kami.

—Si, mi señorita.

En eso, #8 con sus manos creó una bola en la que se reflejaba a Hank en el momento en que #8 iba a matarlo.

—Señorita Kami, a él me refiero —dijo #8.

—Oh, ya conozco a ese chico, de hecho, en el poco tiempo que está aquí ya encontró una de las salidas y no intentó saltar —dijo la señorita Kami.

—Bueno, eso no lo sabía, pero cuando tuve mi primer encuentro con él, casi recuperó sus recuerdos.

—Eso si es impresionante, pero recuerda lo que sucedio en la "RECOLECCION" pasada.

—Si, mi señorita, lo recuerdo bien, pero esta vez será diferente, no permitiré que se salga de nuestras manos.

—Dices eso #8, pero ya asesinaron a #5 ¿Qué harás respecto a ello?

#8 se quedó en silencio y volvió a su silla, pero #1 se levantó de su silla y le dijo a la Kami.

—Yo mismo me encargaré de él, no quiero que se repita lo ocurrido en la "RECOLECCION" pasada, pero necesito su permiso para moverme a través de las zonas de mis compañeros.

Kami lo dudó por un momento, pero concedió el permiso a #1 y dio por finalizada la reunión.

Al terminar la reunión, todos los sujetos fueron teletransportados a sus zonas para seguir con la matanza, con el permiso otorgado a #1 para viajar a sus anchas por todas las zonas y el permiso otorgado a #8 para encargarse de la zona de #5.

En otra parte del horrible lugar...

Se encontraba un joven chico escondido en un pequeño almacén, estando allí, el chico se encontraba huyendo de otro de estos entes, el cual era un chico que llevaba consigo un bate lleno de sangre.

—Sal de donde estes oculto amiguito, te juro que no te haré nada malo, solo jugaremos beisbol —decía el ente que lo perseguía, mientras arrastraba su bate lleno de sangre con él.

El chico no sabía que hacer, con sus dos manos tapaba su boca para evitar hacer ruido y así no ser encontrado, el ente se paró en medio del almacén y empezó a gritar repetidas veces:

-—¡YA SAL INSECTO!

Al instante, comenzó a golpear con el bate todo lo que estaba en el almacén, mientras reía de forma perversa, hasta que...

—¡Jajajaa! Ahí estas.

El ente tras quitar un estante lleno de cajas, por fin encontró al chico, el ente comenzó a salivar y decir.

—Ahora si podremos jugar ¿Verdad?

El chico salió de su escondite, y comenzó a correr por los pasillos del lugar, pero el ente no se quedó atrás y lo comenzó a perseguir, el chico ya estaba entrando en desesperación, mientras se preguntaba a sí mismo: