Running For Life: Warriors Universals

Catalliz

Bien... ya sabemos que ella es el ser más poderoso del universo... y el más bello pero... ¿entonces que hace aquí? -preguntó demian seriamente-

No lo se... nunca sale de su castillo, por la misma razón que les dije que muchos hombres pierden los estribos al verla -dijo clork algo preocupado- tal vez haya algo grande para que se tome la molestia de venir personalmente...

Tal vez tenga que ir... -dijo abby quien se levantó al notar que la mujer se dirigía al cuarto de miguel- 

No lo se... interrumpirla puede... eh... ser algo... catastrófico -dijo clork algo nervioso- pero para miguel... esta bien, ve

Te convenciste rápido -dijo abby algo sorprendida, mientras se iba al lugar donde la mujer había entrado-

*Dentro de la habitación*

Mi señora... -dijeron todos los médicos quienes se arrodillaron ante su diosa-

Levántense... hijos míos... y díganme que sucede -decía la mujer en tono tranquilo mientras volteaba a ver en la cama al hombre quien solo tenía un ojo aun de humano ya que las venas oscuras ya habían tomado gran parte de todo su cuerpo-

Este hombre ha sido infectado con energía oscura... pero... pura... -dijo uno de los médicos seriamente- tratamos de purificarlo pero... simplemente la energía oscura corrompía nuestro propio poder, volviéndolo más inestable y peligroso

-en ese instante, miguel aun inconsciente comienza a expulsar gran poder oscuro lo cual asustó a todos los médicos del lugar-

¿Saben que le pasó o de donde adquirió esa energía oscura? -preguntaba la mujer sin inmutarse del poder que desprendía el hombre-

Aun no... -decía otro de los médicos seriamente-

Yo puedo responder eso -dijo abby quien había entrado a la habitación-

¿Qué haces? no puedes entrar aquí -decían algunos médicos quienes trataban de sacar a la chica-

Por favor... me preocupo por mi amigo... él es muy importante para mi -dijo abby muy preocupada, causando que su sombra se tornara muy blanca, algo que hizo sonreír a la mujer de antes-

Déjenla... -dijo la mujer sonriendo levemente mientras todos sus médicos le daban pase a la chica- y dime... ¿cómo te llamas preciosura?

Abigail... pero todos me dicen abby -dijo la chica algo nerviosa- s-soy...

Humana... planeta tierra... je... si, los conozco -dijo la mujer sonriendo mientras estiraba su mano para después colocarla sobre el pecho de miguel- hemos rescatado a sus pequeños exploradores que se pierden en el espacio...

¿De verdad? y nosotros pensábamos que se morían... -dijo abby algo sorprendida pero preocupada al ver la acción de la mujer- ¿Qué...?

Tranquila... -dijo la mujer al rodear su mano con su aura blanca, la cual también comenzó a rodear el cuerpo completo de miguel- dime... tu amigo... ¿cómo terminó en esta situación?

Unos asesinos... lo querían matar... pero... no lo mataron al instante... en su lugar, le inyectaron ese virus que... no sabemos que es en realidad -dijo abby quien miraba como el poder de la mujer poco a poco comenzaba a desvanecer las venas oscuras del rostro de miguel-

Ya veo... bueno... este no es un virus... es más un parasito -dijo la mujer sonriendo levemente- no es letal pero... iba a ser un esclavo del quien le inyectó la energía oscura...

¿Un parasito? -preguntó abby algo sorprendida-

Si... pero... ya esta... -dijo la mujer al quitar su mano del pecho del hombre, sacando una pequeña bola de energía oscura, logrando curar al hombre quien había comenzado a respirar otra vez- listo... tomen... investíguenlo y adáptense -dijo la mujer al entregar la muestra de la energía oscura a uno de sus médicos-

Si señora -dijo el médico de piel pálida asintiendo-

Wow... sorprendente... -dijo abby abriendo sus ojos de asombro-

Hmmm~... ¿eh? ¿dónde...? -decía miguel quien poco a poco comenzaba a recuperar su consciencia- ¿dónde estoy?

Saludos terrícola... -dijo la mujer sonriendo levemente-

¿Estoy muerto? -preguntaba miguel al ver todo blanco y solo la silueta de aquella mujer-

No, no lo esta... aun -dijo la mujer asintiendo-

¡Miguel! -exclamó abby quien se lanzó a abrazar al hombre- me tenías muy preocupada

Abby... abby... ya... tranquila -dijo el hombre quien correspondió el abrazo- estoy bien... ya estoy bien...

¡Me diste un verdadero susto! -grito la chica entre pequeños sollozos mientras abrazaba más fuerte al hombre-

L-lo siento... no pensé que mi poder se dispararía de esa manera -dijo miguel causando que su sombra se tornara blanca- ¿eh? ¿y quien es usted?

No la veas -dijo abby quien le tapó los ojos al hombre-

¿Y ahora por que? -preguntaba miguel seriamente mientras quitaba las manos de la chica de sus ojos- 

¿No... no se siente atraído por mi? -preguntó la mujer algo sorprendida-

D-disculpe pero... apenas la conozco -dijo miguel algo avergonzado- claro que no, literalmente apenas desperté -decía mientras su sombra se tornaba blanca-

Vaya... usted es el primer espécimen masculino que no se siente atraído por mi -dijo la mujer algo sorprendida- 

A ver... ¿de que me perdí? -preguntó miguel algo molesto-

Te lo contaremos después -dijo abby quien también estaba sorprendida-

No, quiero respuestas ahora -dijo miguel molesto-

Espere un momento señor miguel... -dijo la mujer al usar su poder para inmovilizar al hombre- usted esta débil

¿Cómo sabe mi nombre? ¿ella se lo dijo? -preguntó miguel algo sorprendido por el poder que mostraba la mujer-

No... al curarlo indague en sus recuerdos para conocerlo un poco más... y... veo que ha tenido una vida muy dura -dijo seriamente la mujer-

¿Qué? ja... mi vida fue normal, como la de cualquier chico -dijo miguel sonriendo provocando que su sombra se tornara muy oscura-

No se esfuerce en mentir, señor miguel -dijo la mujer con una leve sonrisa-

¿Qué? yo no miento -dijo miguel sonriendo aun más nervioso provocando que su sombra se torne cada vez más negra- ¿Qué es esto?

Mientras más miente... su sombra se vuelve más oscura... hasta el punto que sus propias mentiras lo transporten a una dimensión totalmente desconocida... un lugar sin retorno -dijo la mujer seriamente- así que no mienta señor...

L-lo siento... -dijo miguel agachando su cabeza algo avergonzado causando que su sombra se blanqueara- a todo esto... ¿quien es usted?

Soy la monarca... reina... dueña... diosa... del universo... amada por todos... odiada por todas... je, je... -respondía la mujer con una leve risa- pero puedes llamarme catalliz... 

Vaya... pues si me perdí de bastante -dijo miguel algo sorprendido-

Puede ponerse al día si me acompaña a mi castillo -dijo la mujer sonriendo- y claro que sus acompañantes también pueden venir

Gracias -dijo miguel sonriendo-