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   En su sala del trono, Sueño muerde una de sus uñas mientras lee un archivo dado por Lucien. No era nada interesante, sólo un seguimiento de sus últimas pesadillas creadas.

Su pierna tamborilea con insistencia sobre el escalón, sentando uno arriba en lugar de su asiento en la cima. Aunque parece estar leyendo atentamente, su mente está demasiado lejos de sus deberes como gobernante de un reino.

Un graznido lo sobresalta, más intenta que no se note, alzando la mirada para ver a Matthew entrar por una ventana hasta quedar sentado a su lado en el escalón.

—Mi señor... —inicia el cuervo, su voz suena algo insegura antes de seguir hablando. Morfeo le da una mirada de soslayo. —Vera... Yo estaba... Y bueno...

Matthew. —el rey de la Ensoñación detiene su balbuceo sin sentido. —¿Qué quieres? —ignorando su lectura (que de todas maneras no estaba atendiendo) mira al cuervo a su lado.

Sacudiendo sus plumas, Matthew toma algo de valor para hablarle a este dios voluble que era su jefe. —Lucien y algunos otros han estado... Bueno... Preocupados.

¿Sobre qué? —frunciendo su ceño notablemente, Sueño comienza a sentirse irritado por la conversación que se estaba desarrollando.

—Usted. —Matthew susurra tras un grasnido algo estrangulado al tener la mirada molesta de Morfeo sobre él. ¿Por qué tenía que él hablar con el jefe? ¡Lucien era la mejor opción para algo como esto! Era la única que podía salvarse de la personalidad tan horrible del señor de los sueños y pesadillas.

¿Qué?

—¡Pues verá! —Matthew se alarma, comenzando a explicarse de inmediato para salvarse de la siempre injustificada ira de Sueño. No entendía cómo podía tener una personalidad tan horrible. —No sé si ha notado que han estado pasando cosas.

Ve al punto, cuervo. —Sueño suspira dando una rápida mirada al techo, pidiendo paciencia por tantas divagaciones.

—Todos estamos preocupados de que algo le esté sucediendo. ¿Está enfermo, acaso? —Matthew comenzó. —El reino es una extensión de usted ¿No? Han estado pasando cosas demasiado extrañas en varias partes... —se toma un segundo, teniendo la mirada atenta de su señor sobre él. —Los espacios del reino parecen estar de cabeza, los residentes se sienten ansiosos casi al punto de la locura. Se sienten paranoicos, creen que el reino está nuevamente en peligro, que usted está pesando en abandonarlo, o que ya lo hizo. No ha salido de aquí en un tiempo. —el cuervo entonces respira luego de decir todo lo que debía, dándole una rápida mirada al ser con imagen de hombre a su lado. —Señor ¿algo ocurrió en su última visita en la Vigilia? Pu-puede contarme. O a Lucien, ella quiere darle su espacio, pero está realmente preocupada mientras intenta calmar a todos.

Comenzó cuando el señor de los sueños regresó a su reino luego de su última visita a la Vigilia, luego de haberse encargado del vórtice. La mayoría sintió la tranquilidad luego de eso, pensando que las grietas y perturbaciones en el reino acabarían. Pero no fue así. Los temblores siguieron causando pequeños desastres, a veces el viento en el lugar se volvía una ventisca arrasadora que atacaba en algunos lugares en específico, nubes aparecían sobre el reino y causaban una lluvia de arena. ¡Era todo un caos climático! Extraño... además, porque nada era "normal" en el reino de los sueños.

—Esta mañana llovió sangre sobre las casas de Abel y Caín. Fue algo bastante aterrador.

No sabía nada de esto. —Sueño se levantó del escalón con furia naciendo en su corazón. —¿Por qué no me notificaron esto? —su tono de voz oscuro y profundo. Estaba molesto, pero no sabía si con quienes le ocultaron lo que estaba pasando, o con él mismo por estar tan distraído como para notarlo por su cuenta.

—Lucien-

¡Ella no es la dueña de este reino! —estaba siendo nuevamente iracional, hablando molesto por simple enfado. Un relámpago se vislumbra por las ventanas, causando que las plumas de Matthew se esponjaran.

Pequeñas calaveras comenzaron a llover chocando contra los cristales, lo que hace que Morfeo se calme luego de esa pequeña explosión sin sentido. Aquello le hacía darse cuenta de que quizás si era su culpa lo que sea que estaba pasando en su reino. Debía controlar sus emociones, últimamente...

Resolveré esto yo mismo. —Sueño abotona su abrigo y camina hacia una de las tantas puertas del salón. —Comunicale eso a Lucien. —Y desaparece del lugar. Suspirando, Matthew no puede creer que el tan temido señor de los sueños fuera tan temperamental como un niño algunas veces.

Una última calavera estrellándose contra una de las ventanas le hace asustarse, saltando del escalón para ir a hablar con Lucien. Debía tener cuidado incluso con lo que pensara, no quería terminar desapareciendo o algo peor.

...

En Fiddler's Green, Sueño resuelve una inusual plaga de tostadas con alas de murciélago que atormentaban a Gilbert, quien le agradece luego de desaparecer a las invitados no deseados.

Me disculpo. —Sueño hace una pequeña inclinación de cabeza hacia el hombre con anteojos. —Esto a sido mi culpa.

Dandole una mirada a Lord Morfeo, Gilbert nota cierto malestar en sus facciones, así que se atreve a preguntar: —Señor... ¿Está usted bien?

Abriendo la boca para responder, Sueño la cierra y suaviza su mirada ante el hombre que le mira tan amablemente preocupado. —No lo sé. —confiesa.

—¿Todas estás cosas están ocurriendo porque tiene, quizás, alguna inquietud? —Destensando sus hombros, Morfeo hace un pequeño asentimiento. —¿Desea hablar de eso?

...

Gracias. —Sueño se despide de Gilbert, quien asiente con una enorme sonrisa, feliz de haber ayudado a su señor con un dilema tan tierno como era el estar enamorado y sentirse inseguro. Quién diría que algo como eso, podría causar tantos problemas en el reino. Hablaría luego con Lucien sobre aquello, manteniendola informada para tranquilidad de todos.

Eres la Ensoñación, la Ensoñación eres tú. [Dreamling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora