PRÓLOGO

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Llegué al Starbucks con los ojos hinchados, y la cara roja de tanto llorar. Estaba cansada de estar en casa y fingir ser: Alicia González, la chica más feliz sobre la faz del universo. Pedí un frapuccino y me senté en una mesa cercana a la salida.


Maldije por lo bajo todo lo que había sucedido estos últimos meses; desde el hecho de que mi padre nos convenciera a mi madre y a mí para que nos mudásemos a Argentina, hasta que sólo fuese para poder estar más cerca de su amante. Ahora, una semana después de que descubriésemos su lío con una chica diez años menor que él, resulta que está embarazada, y claro, el señor decidió abandonarnos para cuidar de su nueva familia. Se excusó diciendo que nosotras éramos bastante mayores ya, y lo suficientemente fuertes como para vivir por nuestra cuenta, sin él.


A mis diecisiete años podía entender su lógica; él creía que el dinero podría arreglarlo todo. Prometió seguir cubriendo todos nuestros gastos y lujos. ¡Y una mierda! Yo dejaría absolutamente todo por volver a ver sonreír a mi madre.


Ella no quiso que mi padre nos mantuviese, no quiere saber nada más de él, su única condición fue que siga cumpliendo su rol de padre conmigo. Todo era un lío, mamá intentaba tratar el tema con calma, pero sé muy bien que, al igual que yo, le duele su traición.


-Hola. -Una voz alejó todos mis pensamientos. Alcé la mirada, encontrándome con unos ojos verdes que me observaban curiosos.


-¿Hola? -Saludé de forma insegura, en cierto tono cortante; lo cierto es que no me apetecía saber de la existencia humana en aquel momento.


-¿Puedo acompañarte? Quedé con unos pibes y no vinieron, así que...


-Estoy esperando a mi novio. -Le interrumpí, mintiendo; sólo quería quitármelo de encima.


-¿Novio? Hace veinte minutos que estás acá sola.


¿Cuánto lleva mirándome este capullo?


-Sí, es que llega tarde. -Intenté no prestarle atención, haciendo como que leía algo en mi móvil, para que se fuese de una vez.


-Ya, seguro. -Pronunció en cierto tono de burla.- ¿Y cómo se llama?


-¿Cómo se llama quién?


-Tu novio.


Parpadeé repetidas veces, me pilló desprevenida.


-Él... Él se llama... Juan. -Balbuceé como una idiota, cuando en realidad no tenía por qué responder a su pregunta.


-Ah. ¿Juan qué? -Continuó.


-Juan... -Demonios, piensa rápido.- ... ¿No crees que haces muchas preguntas para no conocernos de nada, mm?


Él sonrió, mirando al suelo a la vez que asentía.


-Disculpá, solo quería hacerte compañía. Espero que Juan no te haga esperar mucho más. -Dijo de forma irónica, haciéndome sonreír levemente por primera vez en el día. Al ver cómo se alejaba, volví a hablar.


-Espera. -Dije, llamando su atención; él se giró para mirarme.- Creo que Juan no vendrá.


El chico emitió una carcajada que me contagió, ya que su risa era peculiar. Tomó asiento frente a mí, y pidió un chocolate caliente a uno de los camareros.


-¿Cómo te llamás? -Preguntó después.


-Soy Alicia. ¿Y tú?


-Mauro.


-Ah, de Mauricio.


-No, Mauro. -Repitió.


-Por eso, de Mauricio. -Sugerí nuevamente.


-Mejor sólo Mauro.


-Vale, vale. -Dije, reprimiendo una sonrisa.- Mi tío se llama Mauricio y todo el mundo le dice Mauri.


-Vale. -Dijo él, alargando la "a'' .- Pero en cuanto a mí, dejémoslo en Mauro.


Esta vez solté una gran carcajada, mientras le veía sonreír. No lo voy a negar, tenía una sonrisa muy bonita.

𝓛𝒂 𝓝𝒐𝒗𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝓜𝒆𝒋𝒐𝒓 𝓐𝒎𝒊𝒈𝒐 // 𝐋𝐈𝐓 𝐊𝐈𝐋𝐋𝐀𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora