𝐂𝐀𝐏𝐄𝐋𝐋𝐀 ⤳ Remus Lupin.

𝒊. how started.

como empezó

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1 DE SEPTIEMBRE, Por fin 1 de septiembre.
Ese era el único pensamiento que Capella Hastings tenia en la cabeza mientras se encaminaba hacia el andén 9¾. El pequeño chillido de ruedas de carritos rechinando sobre el suelo llenó los oídos de la niña con cabellera rubia y converse desgastados al pasar por la barrera mágica de la estación King's Cross.

Palabras de despedida se hacían escuchar por todo el lugar. Ver los rostros de padres orgullosos dándoles todo el cariño que podían a sus hijos mientras que ellos solo se avergonzaban y contaban los segundos para poder subirse al tren era algo memorable a la vista, al menos para Capella.

— Compórtate ¿si? No quiero una carta de parte del director el primer día a menos que sea para recordarme que tengo al mejor hijo del mundo. — Esas palabras entraron a los oídos de la rubia al encaminarse a la entrada del tren. Una señora de aproximadamente 60 años le daba a lo que perecía ser su hijo el abrazo más fuerte y cariñoso que jamás haya visto. El que parecía ser la pareja de esta, miraba la escena con diversión y nostalgia, dándole unas cuantas palmadas delicadas para decirle indirectamente que era suficiente. El niño de lentes redondos que al parecer tenía la misma edad que Capella, intentaba zafarse del agarre de su madre con una gran sonrisa en su rostro, los tres parecían ser una familia muy unida. Esa realmente era una hermosa escena que presenciar.

Decidida a seguir con su plan de conseguir un lugar vacío para poder disfrutar de una lectura de alguno de los muchos libros que traía en su maleta, siguió caminado hacia la entrada del tren aún fascinada con la vista que tenía de todo el lugar, sin duda observar  a las personas disfrutar de momentos como esos era una de las cosas favoritas de Capella.

Ya en el tren, no fue difícil encontrar un compartimiento vacío, ya que la gran mayoría de los estudiantes seguían despidiéndose de las personas que los acompañaban. El lugar que la joven escogió, fue el último que se encontraba en ese pasillo, el bullicio de la gente comenzaba a hacerse presente mientras que Hastings acomodaba tranquilamente sus cosas en la repisa que se encontraba en el compartimiento.

Sin nada más que hacer, saco su copia de «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas» y comenzó a revisar las anotaciones que había hecho mientras buscaba la pagina que tenía la esquina doblada para así saber en donde se había quedado.

Las páginas pasaron y con ellas el tiempo en el que Capella se encontraba metida en su lectura, no pasaron más que al rededor de 10 minutos cuando el ruido de una puerta abriéndose llenó el compartimiento en el que estaba. Al alzar la vista, lo único que podía ver eran los cuerpos de dos niños, uno de ellos traía un cabello despeinado que seguramente momentos antes su madre había peinado y que a la hora de subir al tren desacomodó, mientras que el otro tenía unos cuantos rulos desprolijos cayendo al rededor de su rostro con lentes más grandes que su cara. Era el chico de los lentes redondos.