Día 4: Ultrasonido

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Ya habían pasado lo "complicado" y habían obtenido una respuesta muy positiva por parte de sus familias. Bueno, en realidad no era complicado, sólo estaban informando. Al final de cuentas eran adultos de 30 y 36 años que tenían trabajos bien remunerados, una casa propia, eran estables económicamente, y actualmente estaban esperando su primer bebé.

No eran adolescentes que habían cometido un error que necesitaba un sermón.

Pasaron un par de días yendo de aquí para allá, separándose para poder pasar tiempo de calidad con sus respectivas familias y ponerse al día con chismes locales.

Estaban de vacaciones así que procurarían relajarse mientras pudiesen, quedaba un larguísimo camino por recorrer, podían tomarse unas semanas para deshacerse de gran parte del estrés acumulado por sus responsabilidades. Y eso es lo que planeaban para hoy. Resulta y acontece que la comunidad donde vivían los Shinazugawa organizaron algo así como un festival, aunque el termino más adecuado sería fiesta local donde todo aquel que quisiese asistir estaba bienvenido.

-¿Estás listo?- una voz a su lado lo sacó de su distracción, al voltear sus ojos encontraron a un hombre fortachón vestido casual, unas bermudas con estampado militar, franela blanca y sandalias. Se veía bastante cómodo a decir verdad.

-Sí... Ya casi- murmuró Sanemi, volviendo al asunto que lo tenía tan concentrado. ¿Llevaba chaqueta o no?

Es cierto que estaban en verano por lo que el clima es caluroso, sin embargo no había que subestimar la variabilidad del clima. Esa noche podría hacer frío. Para alguien quien aprendió a planificar todo un paso antes, estos pequeños detalles no pasaban desapercibidos.

Mientras el mayor de los Shinazugawa observaba fijamente la pena de ropa, Himejima, que estaba esperando fuera de la habitación, irrumpió en el espacio personal de su esposo y volvió a sacarlo de su trance con sólo una palabra.

-Llévala- dijo como si pudiera ser capaz de leer cada pensamiento de Sanemi en su cara, cosa que no estaba alejada de la realidad -si te da calor simplemente yo la llevaré, ahora vamos.

Gyomei es alguien que presta atención incluso a lo más mínimo, más aún si se trata de Sanemi con quien este año celebraba su 4to aniversario. Es capaz de recitar una lista de al menos 15 puntos sobre las cosas que su esposo detesta, cargar cosas mientras caminaba era una de ellas.

Recibió un "ujum" por parte del contrario y, ya sin obstáculos, marcharon hacia el sitio acordado. Fueron aproximadamente diez minutos a pie, nada exagerado.

El lugar no era glamuroso, mucho menos elegante. Era lo que se esperaba de una fiesta local: luces que parecían puestas donde se viera más bonito, grandes bocinas de sonido al lado de un sitio de mezcla improvisado, mesas con comida y bebida, sillas de plástico y algún tipo de escenario en el centro. Ah, y por supuesto, los vecinos transitando por doquier en aquel terreno sin asfaltar.

El par caminó lado a lado, saludando a aquella señoras y señores que luego de tanto tiempo les reconocían, invitándoles en el proceso la comida que estaban vendiendo. Si es honesto, reconoce que fue un sentimiento agradable ser tan bien recibido por aquellas personas que prácticamente les vieron crecer y que, si bien las interacciones no son lo suficiente para ser considerados como amigos o familia, eran mucho más que extraños o conocidos.

Pasaron las horas conversando y comiendo, algunas veces saliendo a bailar con canciones que les gustaban.

Sanemi vio la hora, era algo tarde.

Ya no eran adolescentes, no estaban para esos trotes de aguantar toda la madrugada de fiesta. Podía decir lo mismo de los vecinos más viejos, todos ellos parecían estar luchando por no dormirse. Aunado a eso también estaba el pequeño pero no menos importante detalle de que él estaba embarazado ¡Necesita descansar correctamente y respetar sus horarios de sueño!

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⏰ Última actualización: Aug 17 ⏰

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Por primera vez | Agosto MPREG | HimeSaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora