3. Ceño Fruncido

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(Ambientado en "Harry Potter y el Prisionero de Azkaban")

Durante esos años, TN había descubierto varias cosas. La obsesión de Hermione por saberlo todo sobre la magia, que Harry todos los años estaba envuelto en un lío, que el puesto de “Profesor de Defensa contra las artes oscuras” tenía una especie de maldición, que Neville adoraba las plantas, que Draco era puro apellido y palabras, y otras muchas cosas. Entre ellas, estaban dos detalles de Ron.

Número uno: su boca siempre hacía algo. Apretaba los labios, los estiraba hacia un lado y hacia el otro, hacía pucheros, inflaba las mejillas, las esquinas hacia abajo, y un largo, largo etcétera. En treinta segundos hacía veinticinco cosas con los labios. Y eso llegaba a desconcentrarla bastante.

Y número dos: siempre tenía el entrecejo fruncido en preocupación. Siempre. SIEMPRE. Podían estar en el lugar más tranquilo de Hogwarts y aun así tendría el ceño fruncido y esa expresión preocupada, aunque sus ojos estuvieran perdidos.

No lo hacía menos atractivo, por supuesto que no, pero a este paso, le saldrían arrugas a los 20.

Por eso, había decidido que cada vez que lo viera hacerlo, le pondría el dedo en medio de las dos cejas y masajearía un poco en círculos. Las primeras veces, al chico se había asustado antes de mostrar confusión, hasta que finalmente se acostumbró, y relajaba automáticamente el ceño.

—Lo siento. Juro que no es intencional—dijo en una ocasión, cuando ya había hecho lo mismo por cuarta vez en diez minutos.

—Seguro que no, pero acabarás con las arrugas de Flich a los 20 años—dijo.

—Ugh.

—Sí, ugh—rió—. Te vez ciertamente adorable, pero me preocupa eso. ¿No se te cansa la cara de tener el entrecejo así todo el día?

—¿A ti se te cansa por ser tan guapa?

—¡No te pongas a coquetearme de la nada, idiota!—le lanzó un manotazo mientras él reía. Se había sonrojado un poco por su repentino comentario—. Ya sabes que no llevo bien los halagos repentinos.

—Es que me encanta cómo te avergüenzas.

—Jódete, Weasley.

—Créeme, ya estoy muy jodido por ti—murmuró cerca de su oreja.

Otro pequeño detalle puede ser que Ron Weasley había crecido siendo un poco descarado y coqueto. Pero eso no hacía sino encantarle más.


Harry Potter y las tonterías de TN || Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora