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Lisa reía de cómo Jungkook caía del skate mientras que Yoongi apenas y podía controlar la bicicleta, Rosé que también estaba ahí, se encontraba grabando el momento para reírse durante un buen tiempo.

Luego de contarles a sus amigos lo que había ocurrido aquel día, nunca estaba sola. Siempre Yoongi y Jungkook las acompañaban a casa, incluso solían pasar la tarde en casa de Rosé mirando películas, jugando videojuegos, haciendo tarea o simplemente durmiendo.

La peligris se sentía más tranquila al tener la compañía de sus amigos siempre, en los últimos días se han encargado de recordarle que ya no estará sola, que ellos son su familia ahora y la apoyarían en todo.

Se sentía bien excepto por una persona, Jennie Kim. La castaña siempre buscaba hablar con Lisa, sin embargo la peligris la evitaba. No quería causar pena ni mucho menos compasión, tampoco quería contarle todos sus problemas ¿Para que? No tiene caso.

—¿Lisa?

La mencionada miró a la persona que le llamó y se sorprendió.

—¿Nayeon?

—¿Qué te trae por acá?

—Vine con los chicos a pasar el rato..—miró a sus amigos que estaban riendo mientras Yoongi hacia un baile raro—¿Y tú?

—Yo vivo por aquí y fui a comprar algunas cosas para la cena—Lisa asintió —¿Puedo preguntar algo?

—Adelante

—Jennie nos contó lo que pasó y..

—No quiero tu compasión Nayeon

—Lisa, quiero ayudarte

—Claro, seguro te vas a reír de mis problemas

—¿Porque lo haría? Se que tus problemas son más grandes que los míos, por eso quiero ayudarte... ¿Puedo?—Lisa sólo suspiró

...

—¿Y esa carita porque?—preguntó Kai a una Jennie triste

—¿Porque Lisa me evita todo el tiempo? No recuerdo haber hecho algo mal, solo quiero ayudarla

—Tal vez es por eso

—¿Porque la quiero ayudar?— Kai asintió—Nayeon también la quiere ayudar y mírala, a ella no la evita

—Entonces tal vez es el simple hecho de que Jennie Kim la quiera ayudar

—¿Cómo?

¿Cómo? Lisa no era tonta, sabía lo que pasaba en su estómago siempre que la castaña estaba cerca de ella, sabía que si le contaba todos sus problemas a Jennie le ayudaría, pero también tenía en cuenta que si eso pasaba terminaría enamorada de la castaña y no quería eso. No quería ilusionar a la chica ni mucho menos, ¿Para que amar a alguien si ni siquiera te amas a ti mismo? No lastimaría los sentimientos de Jennie solo por sus estúpidos problemas.

—Eso es algo que aún no sabemos

Jennie suspiró y sin pensarlo se abrazó a su amigo mientras dos pares de ojos los miraban, un par mostraba enojo y los otros solo tristeza.

Las clases habían terminado y Lisa guardaba sus cosas rápidamente, quería regresar a casa con sus amigos y pasar una tranquila tarde. Salió rápidamente pero Jennie no lo permitiría, necesitaba hablar con ella porque ya había sido suficiente.

—Lisa—la castaña la llamó pero Lisa sólo la ignoró y siguió caminando por el pasillo— Lisa ya basta—la tomó del brazo

—¿Qué quieres?

prohibido enamorarse de Lalisa ManobalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora