prohibido enamorarse de Lalisa Manobal

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—¡Mamá! ¡Papá!—Lisa lloraba

—¡Cállate!—un tipo le dio un golpe—Nosotros somos tus padres

—¡Eso no es cierto!

—¡Que te calles te digo!— le dio otro golpe Te guste o no, eres nuestra ahora

—¡Yo quiero a mis verdaderos padres!

—¿Pues que crees? Ellos te abandonaron porque jamás te quisieron, así que ahora estas para servirnos—habló una mujer—De ahora en adelante harás todo lo que te ordenamos y sí no...—la mujer sacó una navaja— Tendrás un castigo— Lisa comenzó a llorar de nuevo

—¡Ya deja de llorar cobarde! —El tipo la empujó al suelo fuertemente —Aquí te vas a quedar encerrada hasta que se nos de la gana, no queremos que salgas corriendo— las dos personas de miraron— Amarra sus brazos y piernas por si acaso—el hombre salió

La mujer ató a Lisa de los brazos y piernas con lo primero que encontró, cables. Durante una semana la pequeña Lisa permaneció encerrada sin agua y sin comida, ese día le ordenaron que fuera a robar a alguna tienda pero ella no quiso, se negó y tuvo que pagar las consecuencias. Cortes por aquí, cortes por allá, se habían encargado de lastimar todo su cuerpo incluso su rostro estaba hecho mierda de los golpes que recibía.

—Ahora, ¿harás lo que te diga?— el hombre tenía la navaja en el cuello de Lisa y esta asintió rápidamente—Eso espero, y si no, ya sabes lo que te espera

La empujó de nuevo y salió dando un fuerte portazo, mientras que Lisa se quedó en el suelo llorando.

—Mamá....Papá....¿Porqué me dejaron?

—¿LISA? LISA, LISA

—LISA DESPIERTA

—¿Rosé?

—Estabas teniendo una pesadilla ¿estás bien? —Lisa negó y comenzó a llorar—ven aquí

Rosé la abrazó fuertemente mientras Lisa lloraba desconsoladamente sobre su pecho.

—¿Porqué a mí?

—Tranquila Lisa, sea lo que sea, ya pasó, ahora estoy aquí contigo

Lisa en días pasados le había ocurrido lo mismo, así que para desahogarse le contó todo su pasado a Rosé, está le dio consuelo y le prometió que no la dejaría sola, que ahora su vida era otra y ya no tenía porque recordar su doloroso pasado.

La rubia abrazó a Lisa hasta que se quedó dormida de nuevo, se sentía mal por todo lo que había pasado su amiga pero a la vez se sentía bien por el hecho de que se haya salido de ese lugar y ahora estuviera con ella, porque Rosé estaría para cuidar de Lisa ahora, si antes no tenía a nadie, ahora la tenía a ella.

El día anterior, Jennie fue al médico para que diera su brazo restaurado por completo, está se sentía feliz pues por fin volvería a la escuela con sus amigas que las extrañaba a pesar de que casi diario la iban a visitar, extrañaba a Lisa.

Cuando llegó al aula suspiró aliviada y sonrió al ver a sus amigas charlando ahí, su vida volvería a la normalidad, pero esa sonrisa se esfumó cuando su vista se posó en Lisa que estaba apoyada en el pupitre con el gorro puesto del hoddie mientras tenía una expresión vacía en su rostro. Dejó sus cosas en su lugar y logró escuchar las palabras de ánimo que sus amigos le daban.

—Anda Lisa, quita esa cara, ¿sabes que nosotros estaremos contigo verdad?¿Porque no nos cuentas que te sucede?—Jungkook estaba preocupado

—No quiero hablar de eso

—Bueno, pero aún así aquí estamos para apoyarte

Yoongi y Jungkook la rodearon y le dieron un abrazo, Jennie suspiró y se fue con sus amigas que al parecer también estaban hablando de eso.