Yang Jungwon soñaba con muchas cosas, ninguna de ellas incluía ser parte del Harén de un hombre.
Está elección le fue quitada cuando el Rey Supremo de Naveyra, Park Jongseong lo conoció y deseó para sí mismo.
En contra de su voluntad, su cuerpo y t...
— Está bien. Oí decir que Jungwon está embarazado. Felicidades, su majestad ahora tiene a su heredero.
— Gracias, Riki, siempre puedo contar con tu gentileza.
— Si me permite el atrevimiento, su majestad, ¿Por qué está aquí hoy?
— ¿No puedo visitarte?
— Su corazón no ha estado conmigo desde que Jungwon llegó.
— Parece que la honestidad de Jungwon está alcanzando a todos a mi alrededor. — dijo irónicamente Jongseong.
— Así que esa es la verdad — murmuró Riki tristemente.
Jongseong se acercó y tomó al hombre más pequeño entre sus brazos — lo siento, Riki.
— He extrañado su contacto — Riki inhaló el perfume del rey, mientras la apretaba con fuerza. Unos momentos después, se alejó -. Dígame su majestad, ¿Por qué realmente está aquí?
— Gracias Riki — dijo Jongseong.
—¿No va a quedarse a pasar la noche? — preguntó melancólicamente.
— Yo... — Jongseong se quedó sin palabras.
Riki suspiro — está bien, Su majestad. Comprendo.
— De nuevo gracias... Por todo — Jongseong hizo una pausa -. Si no fueses parte de mi Harén, ¿Dónde estarías?
Riki pareció sorprendido antes de responder — no sé, Su majestad, nunca he pensado en ello.
— Ya veo. Bien, te doy las buenas noches, mi hermoso Riki — Jongseong lo abrazó mientras besaba su mejilla antes de dirigirse hacia la puerta.
— ¡Majestad! — llamó Riki.
Jongseong volvió — ¿sí?
— No he oído nada, Pero eso no significa que todo esté bien. Por favor, dígale a Jungwon que sea cuidadoso. No me cuentan todo.
—¿Por qué no se lo dices tú mismo?
— Hay un límite para mí gentileza, su majestad — dijo Riki con una sonrisa irónica.
— Entiendo. Gracias, Riki.
— Esta es la tercera vez que me agradece hoy — dijo con amargura.
— Quiero decirlo a cada momento.
— Sé que es así — respondió Riki en voz baja.
Jongseong oyó cerrarse la puerta, mientras caminaba por el pasillo. La seguridad de que Riki no sabía nada, no lo alivió, no podía bajar la guardia. La vida de Jungwon y su hijo estaban en juego y el los protegería con todo lo que tenía.
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