Capítulo 8

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Hubo un momento dónde la mirada de MoonBin se desvió a sus labios. Rosados, un poco abultaditos y tentadores. Relamió un poco los suyos por instinto, con ganas. Deseando probar de nuevo, deseando juntarlos con los suyos, deseando sentir su suavidad y calidez, deseando robarle los suspiros.

DongMin no rompió el contacto visual. Su corazón latía acelerado y sus pulsaciones estaba enloquecidas. El aire de pronto se sintió caliente y su cuerpo ardía como una quemadura. Lo vió acercarse a él, sintió su aliento cerca de su rostro
Y...

¡Oh por Dios! Lo iba a besar...

Pero se contuvo.

No estaba bien. Ellos no eran nada, y no quería darle a pensar cosas a MoonBin.

Y tampoco quería alimentar su corazón con pequeños detalles.

Así que desvió la mirada y retrocedió lentamente, saliéndose de el agarre de el alfa. Rompiendo aquel momento sin saber si luego se arrepienta de hacerlo.

MoonBin frunció el ceño, confundido. Sin entender porque había hecho eso.

DongMin miraba hacia otro lado, ruborizado — Este... Creo que ya es tarde.

El alfa resopló con desilución y pasó una mano por su cabello, llevándolo hacia atrás

— Tienes razón... — Musitó tratando de colocar una sonrisa. Se sentía como idiota humillado y bateado.

— Bueno ¿Nos vamos? — Sugirió con una sonrisa, tratando de aminorar el incómodo ambiente. MoonBin asintió, y cuando ambos se dieron la vuelta no pudo evitar apretar la mandíbula.

Estaba frustrado y confundido. Se había equivocado completamente con respeto a DongMin. No era alguien fácil a pesar de su apariencia tan adorable y simple. Él ha sido su reto más difícil, y no sabía si estaba seguro si deseaba lo otro.

Es más. Ya no estaba seguro de nada.

Se sentía desilusionado de sí mismo y muy enojado. Se odiaba.

Encima en el trayecto devuelta DongMin no quiso decir nada. Miraba por la ventanilla la carretera tranquilamente mientras sus dedos acariciaban el peluche. Deseó saber que en que estaba pensando, cuales eran las inquietudes de ese pequeño ser, sus molestias, sus gustos. Todo de él.

¡Mierda! Le molestaba tanto su silencio.

Se estacionó frente a la casa de el Omega. DongMin lo miró esa vez. Le dió una sonrisa susurrando un 'gracias' antes de colocar una mano en la manilla de la puerta para abrirla.

— Espera — MoonBin lo tomó de el brazo, deteniéndolo. El Omega lo miró incrédulo — ¿Hice... hice algo que te molestara?

— No ¿Por qué lo dices? — Musitó apenado.

— Es que te noto raro. No me hablaste todo el camino — Dijo, de verdad, no sabía porque mierda esta diciéndole eso y porque le afectaba tanto que DongMin no le hablara.

— No es eso. Sólo... que estoy cansado — Sonrió levemente.

— Bueno, está bien — Aceptó sonriendo.

DongMin le dió una pequeña sonrisa antes de mirarlo fijamente, perdiéndose en sus ojos. MoonBin también lo hizo, y es que, aquel contacto visual era algo que jamás iban a poder evitar. Los ojos impropios llamaba a contemplar la belleza ajena

El alfa se acercó poco a poco a su rostro. DongMin no lo apartó. Su corazón estaba acelerado a la espera, ansioso, pero también tímido.

¿Debería dejarlo que lo bese? ¿Debería permitirlo?

𝙎𝙚 𝙖𝙡𝙦𝙪𝙞𝙡𝙖 𝘼𝙡𝙛𝙖 [OMEGAVERSE] ᴮⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora