Dos príncipes de los reinos más conocidos.
En 1870 existían 2 reinos más conocidos por sus riquezas, su hermoso reino, y claro, sus hermosos príncipes.
El reino de Jadabe y el reino de Varas.
Reinos totalmente enemigos.
¿Sería mal que ambos prínci...
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Una cálida mañana se asomaba por la ventana de aquel castillo, una luz que reflejaba a través de las pálidas cortinas blancas casi transparentes.
La luz traspasaba los párpados de aquel príncipe que dormía plácidamente en aquel colchón limpio entre sábanas blancas y un cubre color azul claro.
Se removió entre sus sábanas debido a la incómoda luz que molestaba su sueño.
Soltando quejidos hasta despertar, aquel príncipe de cabello medianamente largo de un color carbón intenso había despertado.
Pará variar de mala gana.
Dos toques dulces en la puerta y un leve "príncipe" sonó detrás de aquella puerta.
-pasé. - soltó el príncipe algo molesto.
Dos chicas vestidas con vestidos de color negro adornados de delantales blancos de encaje entraron a la habitación del príncipe.
-Buenos días joven príncipe. - dijo aquella chica de cabellos rojizos y ondulados, parándose a un lado de la cama del Joven.
-Buenos días señorita. - la chica sonrió y dejó aquellas prendas en una silla aterciopelada de tela roja y bordes dorados.
-aquí esta la ropa que usará el día de hoy, la reina quiere que se vea lo mejor posible ya que tendremos invitados. - se levantó y puso derecha cruzando sus manos.
-¿otra propuesta de matrimonio? - soltó algo molesto y suspiro pesadamente una vez que la doncella asintió. - cuando será el día que mi madre entienda que no me interesa casarme ahora.
-no lo se príncipe, su madre está preocupada de que cuando llegue el día de que usted pase al trono, no tenga a su acompañante. - soltó una chica de cabellos azabache en un corte de melena lisa hasta sus hombros mientras dejaba la almohadilla de color azul con la corona dorada con perlas encrustadas de color plateado encima de la mesita de luz.
-pero Melody... Yo no quiero amarrarme a alguien a tan temprana edad. - se levantó de la cama, frotando sus ojos con las manos para que su visión no fuera tan borrosa.
-entiendo que no quieras casarte a temprana edad, acabas de cumplir 18, eres aún niño aún. - la de cabello azabache respondió mientras estiraba las sábanas de la cama para lavarlas y poner unas limpias. - pero la reina quiere lo mejor para usted príncipe.
-pero eso no es lo mejor para mí - soltó un quejido de dolor al sentir como Venture apretaba más el corset - me duele eso, no lo aprietes tanto.
-perdón señor príncipe. - soltó un poco el corset y lo terminó por abrochar. - se le ve tan bien, a la princesa invitada le encantará.
-no quiero una princesa... - susurró para sí mismo.
