Baile de máscaras

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Jangjun observó a la orquesta que tocaba en una esquina del salón y se pregunto si no encontraban incómodos esos antifaces para leer las partituras

La música acompasada, marcaba el ritmo al que todos en ese gran lugar se movían, los vestidos y trajes eran de colores aunque las "mascaras" (que unicamente les cubrían media cara) eran absolutamente iguales.

Sonrió al distinguir unos ojos traviesos y mordió su labio al ver el color platinado que adornaba sus cabellos, más que un baile de mascaras de alguno de esos siglos aburridos, el chico que caminaba hacia el parecía un príncipe dispuesto a despertarlo de su profundo sueño.

Aquello estaba lejos de ser correcto, el era el hijo de un empleado y el otro, el hijo del dueño de la empresa, sin embargo, bajo esas máscaras solo eran un par de enamorados emocionados por verse de nuevo.

Jangjun oculto las ganas de saltarle encima y únicamente hizo una reverencia como saludo

—Youngtaek buenas noches, como siempre un placer.

El contrario sonrió imitandolo y agitando la capa de terciopelo azul marino que colgaba de su cuello

—El placer es mío.

Ambos sabían que eran observados desde todos los ángulos, por lo que hablando con las miradas comenzaron a caminar elegantemente hasta el centro del salón, donde, en medio del baile, se mezclaban todas las pomposas faldas de los vestidos y ellos podían tomar sus manos entre juegos de seda y miradas cómplices.

Cuando lograron llegar a la cocina (con la excusa de un poco de agua natural) y los dedos aún cosquilleando, lograron salir a un pasillo que llevaba al jardín

Nadie iba ahí, después de todo, el frío que poco a poco se acentuaba en la ciudad congelaba fácilmente las narices si no se estaba correctamente abrigado.

La música aún se escuchaba por lo que Lee fue el caballero que extendió la mano

—¿Me permitiría esta pieza príncipe platinado?

La risa de Tag fue casi tan agradable como el aliento del mismo en su oreja

—Te extrañe

El menor sonrió
—Nos vimos el año anterior y la semana pasada

Lee soltó una pequeña risa, era verdad, después de todo durante todo año eran los mejores amigos y se veían frecuentemente.

Aunque bajo las máscaras, una vez al año, podían sincerarse más, sentir sus corazones latiendo un poco más rápido y sus mejillas siempre un poco más rojas.

En algún punto habían dejado de prestar atención a la musica, y a todo aquello que no eran ambos intentando (inútilmente) ignorar sus nervios.

El ruido de una puerta siendo abierta los hizo correr hasta ocultarse en un arbusto con forma de caballo.

Al parecer no había invitados en la zona, pero si trabajadores

Rieron un poco por su descuido, recordando esa primera fiesta (y primer beso) debajo de la mesa de bebidas, protegidos por ese largo y caro mantel rojo.

Se miraron cómplices.
Estaban lo suficientemente juntos como para sentir las frías puntas de su nariz rozarse

—¿Deberiamos solo quitarnos la máscara?- pregunto Youngtaek intentando concentrarse en algo que no fuera el chico frente a el, sin embargo, la idea fue olvidada cuando con cautela Jangjun le tomo por las muñecas y lo beso

Fue esponjoso, tierno, con sabor al trago de champaña que ambos habían robado mientras caminaban en la multitud.

Se separaron sonrojados y un poco agitados, expectantes por lo que restaba de la noche.

—Esta vez, es mi turno Jangjunnie.

El mayor sonrió antes de sentir los labios contrarios estampandose en los suyos.
Únicamente bajo la mirada de la luna.

Ambos deseando que el encanto de la noche no se fuera junto a esas máscaras que bailaban al ritmo que sus labios imponían.

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