Ruka x Shinjuro

381 47 8
                                    

Una propuesta, una simple palabra, fue suficiente para que la relación entre ellos dos floreciera.
Unas pocas citas bastaron para que ellos dos supieran que se complementaba el uno al otro en todo sentido y que los impedimentos de sus familias jamás serían los suficientes para poder separarlos. 
Las muestras de afecto entre ambos eran inversas a los géneros secundarios con los que nacieron: Shinjuro siempre conseguía flores para colocar en el cabello de Ruka, mientras que ella se dedicaba a darle muestras pequeñas de afecto como abrazos y alguna que otra olfateada cerca de su cuello.  

Los jugueteos provenientes de Shinjuro y las pequeñas caricias provenientes de Ruka fueron suficiente para calmar las pequeñas brumas que nacían en sus corazones cuando alguien los criticaba por ser una mujer alfa y un hombre omega. 
Pero todo eso desvanecía cuando se unían en cuerpo y alma. 

Para Ruka, la primera vez con Shinjuro fue algo mágico, según sus palabras, pero también algo abrumador. 
Siempre consideró que su fisiología era asquerosa, por ser una mujer alfa, por ser ella quien tuviera que penetrar a un hombre omega, el cual no tenía mucho cambio físico como una mujer alfa.
No podía dejar de ver a su pareja quien se encontraba bajo de ella, en la posición del misionero, con sus piernas abiertas, recibiendo todo lo que ella podía darle. 
La mente de la alfa solo pensaba y se perdía, pero su cuerpo reaccionaba a cada placer que recibía. En como el cuerpo del omega se apretaba a su alrededor; como su interior era estrecho, pero cálido para ella; como esos hermosos ojos la miraban con devoción, pero cubiertos con lágrimas por el dolor del inicio y el placer que se abría paso. 
A diferencia de Shinjuro, ella no era para nada vocal, pero prefería ser así porque de ese modo podía escuchar cada ruego que daba su futuro marido. Shinjuro la llamaba a cada rato, desesperado de su cariño, rogando por ser más llenado y ella lo complacía. 

La boca de Ruka babeaba a medida que su mirada se centraba en el cuello del omega, justamente donde se encuentra esa mendiga glándula. Una mordida y bastaría para que Shinjuro fuese suyo para siempre. 
Imaginaba como ese estaría lleno de sus crías. Una vida con el omega, lejos de la gente que los quería separarlos. Aceleró sus embestidas, provocando que el omega se aferrara más a ella. Un fuerte abrazo de Shinjuro fue suficiente para acercarla, curiosamente dejando el rostro de la alfa a la altura del cuello y hombro. 
Ruka no dudó en depositar varios besos y lamidas por esa zona, queriendo despistar al omega de lo que iba a hacer. 

—Ruka... Ruka... —Shinjuro la llamaba como si se tratara de un mantra.

El sonido húmedo del choque de pieles provocado por el lubricante natural del omega y ese llamado de su nombre en medio de los gemidos fue suficiente para que Ruka perdiera por completo la cordura, y sin previo aviso, abrió la boca y mordió una zona específica entre el hombro y el cuello de su omega. Euforia, esa era la palabra que describía perfectamente lo que sentía. 
Un dolor fugaz también la atravesó a ella y se dio cuenta de que Shinjuro buscó la posición para morder entre el cuello y hombro de ella, gruñendo en el proceso mientras mantenía los ojos fuertemente cerrados. 
Siguió con el arduo trabajo de complacer a su pareja hasta el punto en que terminó corriéndose en su interior, y formando un nudo en el interior de su pareja. 

Tanto la alfa como el omega se miraron asombrados luego de llegar al clímax. Suponían que para formar un nudo ambos debían estar en celo.

—Shinjuro... —llamó Ruka, mirando directamente a los ojos de su pareja.
—¿S-Sí? 
—¿Estás en celo?
—Creí que tú lo estabas...

Ambos estaban desconcertados de lo que sintieron. Ruka estaba segura de que sentía el aroma del celo de Shinjuro, pero no recordaba que ese tuviera algún síntoma previo al acto sexual. Por otro lado, Shinjuro olía el celo de Ruka, pero no la había visto perder la cabeza como cualquier alfa. 

Siguieron observándose a los ojos hasta que Rengoku rompió en una carcajada, desconcertando aún más a Ruka quien todavía trataba de asimilar lo que estaba sucediendo. 

—¿No crees que es especial? Ambos activamos nuestros celos al mismo tiempo mientras lo hacíamos —comentó Shinjuro mientras llevaba sus manos a las mejillas de su pareja, acariciando las mismas con suavidad. 
—... —Ruka todavía no salía de su estado de shock.
—¿Sabes lo que podría significar, ¿no?

Ruka sabía lo que podía significar. 
La alfa llevó una de sus manos a la mejilla derecha de su omega y acarició con suavidad. 

—Si llegas a quedarte en estado... ¿Estás seguro de quererlo?
—Todo hijo que sea tuyo, siempre lo voy a querer, Ruka. No lo olvides. Sin embargo... —La mirada de Shinjuro bajó—. Nuestras familias.
—Nos iremos —dictó Ruka con severidad.
—¿Disculpa? —Shinjuro la miró incredulo.
—Nos iremos. Haremos una nueva vida, nosotros dos, sin que nuestras familias nos critiquen. Sin que el pueblo nos critique. Pero primero, hay que confirmar que puede salir de todo esto. 
—No tenemos trabajo, Ruka...
—Tendremos que comenzar a independizarnos a partir de ahora. No tengo problema en abandonar mis estudios para sustituirlos por un trabajo o dos. Si llegas a esperar un bebé de mí... No podrás trabajar. 

Shinjuro se aferró con fuerza a su amada, atrapándola en un fuerte abrazo mientras comenzaba a temblar. Ruka comprendió que Shinjuro estaba sintiendo inseguridad por lo que estaba por venir y por lo que podría pasar. 
Como la alfa que era, correspondió el abrazo. 

»Todo estará bien, omega. Siempre estaré para ti. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 11, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ellas son alfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora