Narrado por Natsu.
En cuanto vi que a Lucy le impactó ese ataque y cayó al suelo me puse como loco, ¿cómo podían haberle hecho daño?, los mataré, esos malditos bastardos.
Salí de mi escondite de detrás de unos arbustos y comencé con la fiesta.
Quedaban unos cincuenta hombres y mandé a volar a la mitad con mi rugido, dejando a la otra parte chamuscada, luego me dediqué a acabar con el resto en combate cuerpo a cuerpo para que Happy aprovechase y sacase a Lucy de allí para llevarla a un lugar seguro, pues esta aún seguía inconsciente. Acabar con los que quedaban fue cosas de unos minutos para luego coger a la rubia e irnos de allí corriendo mientras rezábamos por que no le pasase nada más.
Media hora más tarde estábamos en las puertas del gremio, Happy entró primero y fue a por Mira, mientras yo llevaba a Lucy, en brazos, a la enfermería, Wendy al ver que la maga estelar no se quejaba de que yo la llevase así, como otras muchas veces, nos siguió. Al depositar a Lucy en una de las camillas la pequeña peliazul comenzó a examinarla.
Narrado por Lucy.
No sabía dónde me encontraba, todo lo que podía ver era la inmensa oscuridad que me rodeaba y engullía como un océano. Comencé a caminar aún sin poder saber mi rumbo, ni poder orientarme en ese lugar, era extraño. Intenté invocar a uno de mis espíritus para poder saber donde estaba pero, no tenía mis laves, mejor dicho, no tenía nada, era una sombra en el inmenso vació, únicamente me diferenciaba del abismo por una suave línea blanca que dibujaba mi contorno.
Pasado un enorme rato comencé a ver siluetas desdibujadas a lo lejos, acompañadas de sonidos que, más tarde, pude identificar como palabras, aún sin saber su significado, pues, para mí estaban en un idioma completamente diferente. Rápidamente corrí hacia esas voces, a medida que me aproximaba el resplandor aumentaba y todo comenzaba a tornarse del color del atardecer.
Poco a poco fui abriendo los ojos sin ser consciente de dónde me encontraba cuando sentí unos brazos rodeándome y una especie de algodón de azúcar apoyado sobre mi hombro. Tardé unos segundos en acostumbrar mi visión y darme cuenta de que era Natsu, cuando intenté despegarlo de mí, parecía una lapa, no salía ni a la de tres y gracias a que Erza se dio cuenta de que me estaba a empezar a faltar el oxígeno, lo despegó de mí y lo dejó medio ko.
-Oye, ¿por qué estoy aquí?- le pregunté a la pelirroja.
-Te alcanzó un ataque por el cual quedaste inconsciente, y Natsu te trajo hasta aquí, tienes suerte de que su trabajo fuera por ahí cerca-
-A, sí, gracias- dije mirando hacia Natsu- Bueno, me voy, chao- anuncié incorporándome en la cama.
-¿De qué hablas loca?, te quedas aquí- dijo el pelirrosa muy decidido.
-No hace falta me encuentro bien, chao- dije saliendo corriendo por la puerta de la enfermería, mientras los otros me perseguían, yo me entremezcle con los demás miembros del gremio, y salí pitando por la puerta de este hasta mi casa.
Me cambié con cierto dolor en la espalda y brazos pero no le di mucha importancia hasta llegar a la cama y no parar de sentir punzadas de dolor por todos sitios, en fin, esta sería una noche muy larga.
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I don't belive in fairy tales
FantasyMi vida cambió desde ese día, ya no me quedaba nada, a excepción de pequeños recuerdos que se abrían paso en mi memoria. Mi vida se desmoronó en un instante, la pena, la soledad y la tristeza reemplazaron mis sonrisas, por ese motivo ya no creo en l...