Del otro lado, siempre van a estar las cosas más terroríficas para la humanidad.
El otro lado, se oculta y vive en la clandestinidad.
Namjoon quiere dominar el otro lado, sin importar qué pase y quien muera.
Pero extrañamente, su vida se encuentra...
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Para cuando taehyung pudo sacar a un NamJoon con el rostro pálido y ojos colorados de aquel salón, todo se había vuelto un caos.
Los hombres de NamJoon habían invadido el lugar, pero fueron confrontados por dos bandas que se encontraban al resguardo, lo cual, era bastante evidente ya que muchas bandas importantes y pequeñas élites asistieron a la boda.
El alboroto fue tal, que las sirenas de la policia se escuchaban rodeando el lugar.
NamJoon quien sentía su sangre hervir, se recriminaba mentalmente su actitud, puesto que debido a ello, él y Taehyung corrieron el riesgo de ser atrapados por la ley, lo cual aborrecia, sabía perfectamente lo que les ocurriría si los atrapasen.
Faltaban unos minutos para llegar a su sede, Taehyung aún sostenia su mano, como lo hizo desde que salieron de aquel salón.
La mano de taehyung se sentía cálida y las feromonas que soltaba, tranquilizaban hasta lo más oculto en el interior del moreno.
Si hubiese una emoción que pudiese describir lo que NamJoon sentía en ese momento, sería llorar, pero no la había, NamJoon no podía llorar, jamás se lo permitiría, su hermano estaba vivo, entonces, ¿porqué lloraria? No estaba todo perdido, SeokJin estaba vivo, tenía que estarlo, por eso, NamJoon no lloraria.
Su cabeza fue inclinandose poco a poco, su mirada llena de cansancio y oscuridad, opacaban sus hermoso ojos grisáceos, los cuales poco a poco se fueron cerrando.
Su cabeza chocó contra el hombro del pelinegro, quien indudablemente lo acogió entre sus brazos.
Taehyung miraba fijamente el rostro del moreno, lleno de preocupación, incluso luego de haberse dormido, una línea de angustia se marcaba en su entrecejo.
El pelinegro pasó su brazo, rodeando el cuerpo del moreno y lo inclinó un poco más, de manera tal, que quedara recostado sobre su pecho.
Levantando su mano derecha y llevandola hacia la cabeza del peli gris, comenzo a acariciar sus cabellos, para su tranquilidad y para la del moreno, sus expresiones se relajaron y un suave y ligero ronroneo comenzó a oirse, lo justo para que Taehyung sonriese.
Su corazón se regocijaba de paz, cuando compartia esos momentos con el moreno, su niño interior tenía paz, apesar de todo lo que le habia ocurrido en su vida, NamJoon le daba la paz que tanto necesitaba.
Codiciaba tanto al moreno, porque él era y es todo lo que Taehyung quiere en su vida, no podía evitar amarlo.
Lo amaba tanto que todo su ser se estremecia ante su contacto, lo anhelaba tanto que jamás estaría con alguien que no sea NamJoon, su NamJoon, como lo fue siempre y como debía de serlo.
Y para ello, para que nada irrumpa en sus vidas, debía acabar con Jeon.
La sola mención de aquel Alfa, oscurecio su mirada y amargo su paladar, queria matarlo, por él, por JiMin, por NamJoon, antes de que sea tarde, Taehyung tenía que asesinar a Jungkook.
