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🇨🇴 || Número de palabras: 790

Unas pisadas se escucharon en todo el pasillo, sea quien sea el que estuviera corriendo, parecía tener prisa

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Unas pisadas se escucharon en todo el pasillo, sea quien sea el que estuviera corriendo, parecía tener prisa.

Las pisadas cada vez se escuchaban más y más cerca, un suspiro se escapo de los labios de Colombia mientras pasaba a la siguiente hoja de su informe.

——¡Papi! ——la puerta de la oficina se abrió, Colombia levanto su mirada del papeleo para ver a su visitante.

——Quindío ——contesto con serenidad, volviendo su atención a los papeles. ——Creí haberte dicho que golpearas antes de entrar ——regaño sutilmente, el niño se encogió de hombros y rio nervioso, suspiro.

——Perdón ——el niño se disculpo, balanceándose sobre sus pies y sonriendo nerviosamente.

——No importa, ahora dime, ¿Qué es lo que quieres? ——pregunto, dejando de lado los papeles y enderezándose más en su silla, retirando sus gafas de lectura y golpeo suavemente su regazo, Quindío comprendió rápidamente y corrió hacia donde estaba el mayor, sentándose en las piernas de su padre con algo de ayuda extra. ——¿Qué te dijeron tus hermanos esta vez?.

Quindío negó varias veces, Colombia arqueo una ceja.

——¿No te molestaron o algo? ——negación otra vez. ——Eso es nuevo... ——murmuro en voz baja.

Quindío se mantenía callado, meciendo suavemente sus piernas y permitiendo que el colombiano jugara con su cabello. Colombia tarareo por lo bajo, esperando a que el menor se dignara a decirle lo que estaba pasando.

——¿Papi? ——el niño volvió a llamar.

——¿Si?.

El niño desvió su mirada sutilmente hacia el suelo, Colombia noto esa acción y no pudo evitar preocuparse un poco.

——¿Todo en orden, mijo?.

——Papi, tu... ——el pequeño departamento trago, girando suavemente la cabeza para conectar su verde mirada con la de su padre. ——E-Eh... Tu...

——¿Yo...? ——ladeo su cabeza con curiosidad. ——¿Yo que, amor? ¿Qué ocurre?.

El niño tomo una bocanada de aire antes de hablar. ——¿Podrías darme diez mil pesos que realmente no son para mi si no para Antioquia pero ella no quería decirte porque tenía miedo de que tu le dijeras que no y por eso me mando a mi porque tu si me dirías que si porque según ella soy tu favorito? ——pregunto rápidamente, golpeando las palabras y sonando algo nervioso.

Colombia arqueo una ceja, levantando sutilmente la mirada y dirigiéndola hacia la puerta donde se encontraba la antioqueña, una sonrisa nerviosa adornando sus labios.

——¿Porfis? ——la chica pregunto encogiéndose de hombros, Colombia suspiro.

——¿Por qué mandaste a Quindío? Que yo sepa tu tienes boca y piernas propias.

——¡Porque tu siempre me dices que no y me regañas! ——comenzó a excusarse, adentrándose más a la oficina. ——¡Pero vea! ¡Como Quindío es uno de los pequeños, a el si le dice que si! ¿Qué quería que hiciera pues?.

El colombiano rodo los ojos, palmeo suavemente el hombro del menor indicándole que le bajara, posterior, se levanto de su silla y envió su mano a su bolsillo.

——¿Para que los quiere? ——pregunto, sacando su billetera.

——Mire, ¿si ve? ¡Ya va a empezar!.

——Dígame para que los quiere Antioquia, o si no no le doy ni mierda.

——¿¡Y como a el si le habla con dulzura y a mi no!?.

——¡Solo diga!.

——¡Ay, pues para ir a la tienda y comprarme algo! ¡Ya! ¿Contento?.

Colombia puso los ojos en blanco. ——¿Y para eso necesita diez mil?.

——¡O-b-v-i-o! ——la antioqueña se cruzo de brazos, recargando todo su peso en una de sus piernas. ——Yo como por tres, papi, ¿no lo sabía? Además, todo esta caro, un chicle ya está disque a doscientos.

Un suspiro pesado se escapo de sus labios, saco un billete de dos mil y se lo extendió a la antioqueña. ——Me trae las vueltas.

Los ojos de Antioquia se abrieron con sorpresa mientras recibía el billete. ——¿¡Tan poquito!? Huy papi, no sea tan tacaño, deme cuatro mil por lo menos.

——Confórmese con lo que tiene ——contesto el mayor, dirigiendo al par de departamentos a la salida. ——Y a la próxima venga usted y dígame las cosas, no siempre mande a sus hermanos ——y sin decir ni una sola palabra más, cerro la puerta.

Antioquia y Quindío se mantuvieron en silencio durante un buen rato, la antioqueña viendo al billete con cierto desanimo mientras que Quindío se balanceaba sobre sus pies.

La antioqueña suspiro. ——Pailas mijo, solo alcanza pa' mi.

——Yo no se, usted prometió comprarme una Burbujet si le pedía la plata a mi papá ——el menor se excuso, levantando sus manos y dándole la espalda a la mayor.

——Huy no chino, pida algo más barato, tras que el cucho solo me dio dos mil... ¡Esas vainas cuestan como tres mil pesos!.

——¡Yo no se! ——el niño se encogió de hombros, alejándose lentamente. ——¡Me tiene que traer mi chocolatina si o si!.

——Este chino marica... ¡Ultima vez que le pido un favor! ——se quejo.

——¡Si, como sea! ¡Pero me tiene que traer mi chocolatina o si no le digo a mi papá lo que usted y Vaupés rompieron la vez pasada!.

——Ay, este hijueputa...

Antioquia resoplo con fastidio.

Ultima vez que hacia trato con Quindío.

Ultima vez que hacia trato con Quindío

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Cᴀsᴀ ᴘᴇᴏ̨ᴜᴇɴ̃ᴀ, ғᴀᴍɪʟɪᴀ ɢʀᴀɴᴅᴇ | 🇨🇴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora