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Las horas transcurren lentamente, tan lentamente que pienso que nunca terminará el día, pasó de una clase a otra sin ánimos pero pongo mucha atención a ellas, hoy no me he cruzado con nadie conoció y por conocido me refiero a Hero y sus amigos supongo que no tenemos los mismo horarios hoy. Mi cuerpo se alegra al escuchar la campana para el almuerzo después de esto solo me queda una clase y podré irme. Recojo mis cosas y me apresuró para ir a la cafetería, esta vez había hamburguesas no son mis favoritas pero no puedo hacer nada al respecto, sin querer busco a Rosy con la mirada pero no la encuentro, tampoco está Hero, me siento en una mesa vacía y comienzo a comer, me doy cuenta que hoy las miradas son menos que ayer, menos mal.

Voy a mi casillero, miró mi horario estoy a punto de gritar ¡mierda! Pero me muerdo la lengua es momento de matemáticas odio las matemáticas, no soy nada buena en matemáticas y con el ánimo que tengo no creo que funcionemos. A duras penas llego a clase, el salón estaba a unos cuantos casilleros fue algo fácil, me dirijo directamente a la maestra es muy joven, le digo que soy nueva me da la bienvenida y me asigna mi asiento parece ser muy linda, en cuestión de segundos empieza la clase veo que son ecuaciones y me duele el estómago, estoy a punto de resignarme y salir corriendo cuando tocan la puerta.

—Adelante —dice la profesora, la puerta se abre, es Rosy quien entra tiene unos pompones en sus manos todos empiezan a silbar, pero Rosy los ignora por completo —Silencio—. Dice la profesora.

—Vengo por Shopie la chica nueva —dice Rosy señalandome y todos me miran.

—¿Pará qué necesita a la señorita Shopie? —pregunta la profesora.

—¡Audicionara para ser parte del equipo! Si se queda tendremos a una nueva integrante —exclama Rosy yo por otro lado estoy confundida y sorprendida, escucho a algunos chicos decir "te la imaginas con el uniforme" "será aún más sexy".

—¡Silencio! -grita la profesora y todos guardan silencio —muy bien señorita Shopie puede irse pero quiero su comprobante de que estuvo en practica y su trabajo de hoy, si se llega a quedar en el equipo no olvide su comprobante en cada clase.

Me quedo pensando en que esta tramando Rosy, pero me mira y me convenzo de ir con ella guardo mis cosas y salgo del salón en silencio junto con Rosy, caminamos espero que estemos un poco lejos para poder hablar sin que nos escuchen, pero ella habla primero.

—Te dije que me buscaras después del almuerzo —dice.

—No te vi en ningún lado, además lo olvidé por completo —respondo con sinceridad, de verdad no lo recordaba— pero de verdad no quiero ser porrista.

—Lo sé, lo sé, no pienso meterte al equipo respeto tu decisión, solo nos verás entrenar, te ves deprimida y no creo que matemáticas te suba el ánimo o si? —pregunta Rosy seriamente y prefiero verla entrenar que estar en clase de matemáticas eso es seguro.

—Gracias —le digo con una sonrisa sincera.

Caminamos hasta el campo de fútbol, ahora veo a Hero y los demás entrenando, Rosy y yo corremos a través de el, todos nos miran pero no dicen nada llegamos casi a las gradas ahí esta todo el equipo de porristas estirando incluso Debora quien me mira mal, yo por otro lado me doy cuenta que hay porristas hombres solo los había visto en triunfos robados.

—¡Listo espero que allán echo su estiramiento adecuadamente! —grita Rosy y todos asienten.

—¿Que hace ella aquí? —dice Debora señalandome y todos miran a Rosy— No puede entrar al equipo estamos completos.

—¿Disculpa? Eso solo lo decido yo —responde Rosy mientras se acerca a Debora lentamente —solo viene a vernos, pero que no se te olvide quien está a cargo aquí.

Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora