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Aiden corrió a encerrarse en su habitación, donde gritó contra la almohada y lloró sin importarle el escándalo que estaba haciendo. Logró escuchar cómo, en el piso de abajo, su padre les gritaba a Fred y Nicolás que se fueran, y segundos después, oyó la dulce voz de su madre llamar su nombre al otro lado de la puerta.

–Cariño...sólo quiero hablar—Dijo, y entonces Aiden se levantó de la cama y abrió la puerta, sorbiéndose la nariz. Detrás de ella estaba también su padre. Ambos entraron y se sentaron junto a Aiden en la cama. –Dinos, ¿es verdad lo que dijo Elijah?—Preguntó ella, y Aiden negó con la cabeza.

–Soy bisexual...Elijah es mi novio desde hace unos meses—Susurró, escuchando luego el "oh, cariño" consolador de su madre, seguido de su abrazo. – ¿No me odias?—Preguntó entonces Aiden, mirando a su padre, quien respiró profundo, negando con la cabeza.

–Eres mi hijo...a quien detesto ahora es a Fred y Nico por tratarte a ti y a Elijah como los trataron. Yo nunca te voy a odiar Aiden—Contestó, abrazándolo también. En ese momento, Aiden lloró, pero de tranquilidad. Había tenido tanto miedo a la reacción de sus padres, que nunca había imaginado un escenario tan dulce como aquel.

–Gracias—Susurró. –Elijah debe estar molesto por lo que pasó...voy a llamarlo.

–Puedes invitarlo de nuevo cualquier otro día, cariño—Susurró su madre. –Prometo no invitar a nadie más.

Aiden asintió, y entonces sus padres lo dejaron solo en la recámara, donde él tomó su teléfono celular para llamar a Elijah, cuando le contestó, lo primero que escuchó fue el silencio.

–E...¿Elijah?

–Hola, cariño—Contestó Elijah, y Aiden soltó un suspiro de alivio. –Lamento lo de esta noche, mis primos son unos idiotas.

–Sí, lo son.

Aiden tragó saliva ante el tono cortante de Elijah.

–Estás... ¿enojado?

–Un poco.

–Hablé con mis padres, ellos...nos apoyan, Elijah. Tú y yo podemos seguir saliendo sin ningún temor.

...

—Me alegra—Contestó Elijah, para luego soltar un suspiro. – ¿Nos vemos mañana por la tarde? En los vestidores de hombres del gimnasio.

–Sí, está bien—Sonrió Aiden, y luego de un cortante "bien" Elijah colgó.



"Qué raro, Elijah está tardando en llegar" Pensó Aiden, mientras esperaba a Elijah dentro de los vestidores. Comenzó entonces a sentirse extrañamente nervioso, pero antes de que pudiera llamar a Elijah, lo vio entrar a los vestidores. Tenía en el rostro un semblante serio que lo hizo estremecer.

–Está todo... ¿bien?—Preguntó Aiden, y Elijah sonrió, casi macabramente.

–Claro que sí, cariño... ¿hay alguna razón por la que no esté bien? ¿No tienes algo que decirme?

Aiden se quedó callado, mirando a Elijah con duda. Ante el silencio, Elijah volvió a ensombrecer el semblante.

–Sé lo que has estado haciendo con Brendan, Aiden.

El pelirrojo sintió que se le iba el aliento y que el corazón se le desbocaba.

–Elijah, yo...

—No te preocupes—Interrumpió Elijah, sonriendo de nuevo como un macabro muñeco de porcelana. –Entiendo en parte...tal vez te cansa ser siempre el que lo hace y...de algún modo querías recibirlo también...y no te gusta cómo lo hago yo.

Mi dulce ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora