5 la otra vez me equivoqué, este sí es el 5

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Después de estar ausente un buen rato debido a motivos personales, he vuelto jaja. Aun así, no traeré los caps tan seguido, porque estoy muy ocupade en algunas cosas laborales y de la escuela. 

Pero aquí está. Gracias por leer. 

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Aiden sentía dentro de sí cada vez más ansia por contarle a sus padres sobre Elijah. Después de la cena en casa de su novio, Aiden fantaseó con la idea de tener una velada así de agradable en su propia casa. Ya había intentado sacar el tema con su madre, pero una u otra cosa siempre le impedía confesárselo todo, y no quería arriesgarse llevando a Elijah a su casa de buenas a primeras. Necesitaba encontrar la forma de salir del clóset con sus padres sin que hubiera malas consecuencias.

En todo esto pensaba Aiden mientras caminaba por las canchas de la escuela. Casi anochecía y la preparatoria estaba casi vacía, pero Aiden esperaba a que Elijah saliera de su club audiovisual para poder acompañarlo a casa. Soltó un suspiro, sentándose contra la reja de la cancha y sacando su celular para entretenerse.



Mientras tanto, Elijah fue escogido por sus compañeros del club para alzar y llevar al almacén todas las cosas. Soltó un chistido al oírlos pronunciar su nombre. Detestaba llevar las cosas, además, Aiden estaba esperándolo, eso lo haría demorar más. De mala gana, se echó al hombro el cañón envuelto en su bolsa y tomó con las manos todos los demás cables y el reproductor de DVD. Los pasillos de la escuela estaban ya vacíos y el almacén estaba a cargo de una chica flacucha y patética llamada Sally. Nunca habían cruzado palabra, pero siempre que Elijah era elegido para llevar el equipo, Sally lo miraba con ojos extraños, como si se lo comiera con la mirada.

Era bastante perturbador y desagradable para Elijah. Aun así, no sentía ninguna clase de malicia hacia ella. Soltando un pesado suspiro, dejó sobre el suelo el cañón y entró al almacén únicamente con el reproductor y los cables en sus manos, pero se detuvo al darse cuenta de que el interior estaba en penumbras y que a lo lejos, iluminadas apenas por la luz que entraba por las persianas, estaban dos figuras femeninas.

Una chica alta y fuerte sostenía por sus calzoncillos a otra chica, mucho más bajita y flacucha, que movía los pies descalzos (porque se le habían zafado los zapatos) en el aire, emitiendo leves jadeos que hicieron temblar las piernas de Elijah. Eran Luna, la chica nueva, y Sally. Elijah tragó saliva, quedándose en silencio y viendo cómo Luna estiraba sin piedad las pantaletas rosas con flores de Sally, cuyos shorts de mezclilla azules se habían bajado un poco, dejando ver sus pequeñas pero abultadas nalgas siendo atacadas por la ropa interior.

Elijah sintió un extraño escozor en las puntas de los dedos cada que los tirones coincidían con los gemidos de Sally. Se le resbaló uno de los cables sin que se diera cuenta, provocando que Luna se volteara, frunciendo el ceño.

–Y-yo...vengo a dejar esto.—Balbuceó, levantando el reproductor y los cables para que Luna los viera.

–Sally está algo ocupada—Dijo Luna, atorando su ropa interior en uno de los estantes y dejando a la chica colgando. –Pero yo puedo atenderte.

Elijah asintió, tragando saliva y temiendo que Luna quisiera jugar también con él. Pero no lo hizo. Recogió todo el equipo, incluido el cañón que estaba esperando al pie de la puerta, y registró la entrega en la libreta. –Ahora vete—Espetó, y Elijah asintió, no sin antes mirar una vez más a Sally forcejeando contra su prisión.

Mi dulce ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora