Capitulo 4

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Pasan varios días y Nicolas no va al colegio, no me escribe, no me llama, no se absolutamente nada de el.
Llego a casa.
Tengo ganas de llamarlo, para saber que le pasa. Solo miro su numero decidiendo si le llamo o no, y justo en ese momento "Nicolas" aparece en mi pantalla.
Contesto y le saludo.
-Hola.
-¿Me has extrañado?
-Emm...¿por qué has faltado?
-Créeme te lo diré en su momento, es algo muy delicado.
-Pues como no tengo idea de lo que te pasa solo te digo que deseo que todo este bien.
-Gracias, me tengo que ir.
-Adiós.
-Adiós nena.
Colgó muy rápido y lo único que pensé fue "¿Que carajo? ¿Me dijo nena?".
Y si efectivamente, eso me dijo.
Regrese a la escuela y como lo esperaba, el no estaba. Ya ha pasado más de un mes sin saber nada de Nicolas y de nuevo a las 3:42 p.m. Me llega una llamada de Nicolas.
-¡Kate! ¡Te necesito! Me dice entre lágrimas, con la voz entrecortada.
-¿Que? ¿Por qué? ¿Donde estas?
-Te mandare mi dirección.
-Ok.
Me mando su dirección, tome un taxi y fui directo hacia allá.
Toco su puerta, de inmediato abre y sus brazos rodearon ni dorso mientras sus lagrimas recorrían sus mejillas.
Solo me mantuve callada, dándole apoyo aunque no supiera que le pasa.
-Te necesito. Me dijo mientras recargaba su cabeza en mi hombro.
-Por favor dime que te pasa.
-¡Tengo cáncer!. Ahora mi vida ya no vale nada, todo esto es una puta mierda. Gritando y llorando me lo dijo.
Simplemente no lo creo, es impresionante lo acaba de decirme.
-Dime por favor que estas jugando.
-¿Acaso parece que estoy jugando?
Lo abrace, lo abrace con tanta fuerza. Lamento tanto lo que le esta pasando, pero yo no puedo hacer nada por el.
Mi teléfono comienza a sonar. Era mi madre pidiéndome que volviera a casa.
-Lo siento, de verdad no quiero irme pero mi madre quiere que vuelva.
Deja de abrazarme y se seca las lagrimas.
-No voy a tenerte aquí atada a mi miseria. Vete.
Me despedí de el y me fui.
En el transcurso para llegar a casa no podía pensar en otra cosa mas que en Nicolas, ¿como puedo ayudarlo?, ¿como será su vida ahora?. Muchas preguntas pasaron por mi cabeza.
Quería entender ¿por qué a el?.
Llegue a casa y no le dije nada a mamá, solo subí a mi habitación y me recosté en la cama, cerré los ojos y quede profundamente dormida y sin darme cuenta ya eran las siete de la mañana.
Salí de casa corriendo y tome el autobús.
Como de costumbre me senté junto a Allison.
-Hola. Me dice con un tono muy alegre.
-Hola.
-Te vez preocupada ¿que paso?
Me encantaría contarte pero ni yo misma lo puedo explicar, te lo diré pronto.
El autobús arranco y fuimos directo al colegio.
Llegamos y por desgracia, el no estaba.
Mi día se hizo una mierda solo de recordar lo que paso ayer.
Así pasaron los días y no he vuelto a saber nada de el, así que decidí mandarle un inbox.
-¿Como sigues? ¿Te sientes mejor?
Lo leyó de inmediato pero no respondía.
Después de unos minutos me dijo:
-Estoy mejor, bueno excepto por el cáncer.
-Sabes que estoy para ti.
-Lo sé, muchas gracias.
-No tienes que agradecerme nada.
-Bien, adiós.
Como siempre termina la conversación de golpe y con esa frialdad que tanto lo caracteriza.
Siguen pasando los días y continuamos hablando.
Me envía fotos de el súper delgado, de sus quimioterapias y continua diciéndome que está luchando, que no quiere morir y que por eso está esforzándose.
Ya va un mes completo sin verlo, sigue faltando, pero sigue luchando.

Del uno al diez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora