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Las palabras de Draco no dolieron tanto como ella pensó que lo harían.

Después de 7 años de sus tácticas despiadadas, su piel se había vuelto más gruesa por sus malas palabras. No estaba enojada cuando lo vio escabullirse, la hembra lo seguía impotente como un gatito perdido. Ella sintió pena por él. Lamento que aparentemente no haya madurado lo suficiente como para darse cuenta de que el mundo mágico estaba cambiando a su alrededor. La opinión de todos sobre el estado de sangre había cambiado lentamente desde su graduación, especialmente una vez que Hermione asumió un papel al lado del Ministro.

―¿Aún quieres un asiento? ―Freya parpadeó y se volvió hacia el pedestal para ver la pluma moviéndose hacia ella. Empujó el pensamiento de Draco a los confines de su mente mientras asentía.

―Lo siento. Mesa para uno. ―murmuró su nombre, mirando la pluma garabatear delicadamente su nombre en el libro. La pluma apuntó hacia uno de los asientos traseros mientras Freya miraba por encima de los muchos invitados para encontrarlo. Se abrió paso a través de las mesas, agachándose debajo de las bandejas de comida que levitaban cuando finalmente tomó asiento. Podía sentir que se le hacía agua la boca por el delicioso aroma mientras un menú flotaba hacia ella. Era un folleto colorido, los nombres de los alimentos eran bastante peculiares, mientras entrecerraba los ojos ante la letra pequeña debajo del menú.

Nosotros, los gemelos Weasley, respetamos humildemente que nuestra comida esté hecha con ingredientes de calidad. Ninguna bestia de la cabaña de Hagrid ha sido dañada.

Freya sonrió ante la letra pequeña. ―¡Ay, ay, ay! Bueno, ¿si no es la bella Freya Lim la que está sentada frente a mí? ―ella levantó la vista del menú, sonriendo ampliamente a los gemelos pelirrojos que estaban de pie frente a la mesa. Fred y George Weasley le sonrieron mientras George le daba un codazo a su hermano.

―Decidiste probar nuestras delicias ¿eh? ―preguntó George, moviendo las cejas con curiosidad.

―Más bien, tenía curiosidad por ver en qué negocio se habían metido los gemelos Weasley después de que ustedes cerraron la tienda de bromas. ―Freya sonrió, cruzando los brazos contra la mesa.

Fred se rió entre dientes, frotándose la nuca. ―Somos hombres de muchos rasgos.

―¡Más rasgos de los que puedas imaginar! ―George incluido.

―Rasgos que han llamado la atención de la señorita Luna. ―Fred se unió, su sonrisa se convirtió en una sonrisa astuta.

―¿Es así? ―Freya sonrió, trazando un círculo en el menú con el dedo. Sus ojos se demoraron entre los gemelos. Podía ver la oscura curiosidad que vacilaba en los ojos del hombre, anhelando ser satisfecho.

―¡Sí! Lo suficiente como para hacer una propuesta comercial con nosotros. Lo que significa ―ambos gemelos se miraron antes de extender una mano hacia ella ―, ¡somos socios comerciales!

Freya se rió, agarrando sus manos con las suyas mientras las estrechaba. ―Bueno, entonces estoy emocionada de ver lo que traen al salón. ―George separó los labios para decir algo antes de que un fuerte estruendo saliera de la cocina, podían escuchar gritos y el sonido del agua corriendo mientras George suspiraba.

―Ese es Seamus ¿no? ―preguntó George, lanzando sus manos al aire y corriendo hacia la cocina.

―¿Finnegan? ―Freya cuestionó mientras Fred tomaba asiento para sentarse a su lado.

―Sí, el pobre muchacho necesitaba un trabajo, así que es uno de nuestros cocineros.

―Pero Seamus no puede–

―Cocinar, lo sé. ―miró a su alrededor antes de bajar la voz. ―Simplemente le dejamos creer que lo hace. ―ella se rió en voz baja ante su respuesta, la sonrisa de Fred cada vez más engreída. Él giró en su silla, inclinándose hacia adelante sobre sus rodillas para mirarla. Su cabello rojo vibraba con las luces fluorescentes, las pecas que salpicaban sus mejillas y su nariz bailaban como constelaciones. Freya solía bromear diciendo que Fred tenía el universo frente a su rostro.

SAFE WORDS | Draco Malfoy ( Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora