El hombre morado

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-Niall, tiempo sin verte.- Dijo un hombre sentado en la barra apenas notó su presencia.

Vestía un largo abrigo color café con leche junto con una polera cuello de tortuga negra, zapatos del mismo color, unos pantalones blancos a cuadros y un cinturón negro del que colgaba una cadena. En uno de los ojales del abrigo brillaba una piedra muy trabajada de un morado claro casi pastel, el mismo color de su cabello, con un estilo rebelde pero que se notaba que había cuidado mucho.

-Ja, Diamond, sabía que te encontraría aquí.- Respondió Niall tomando asiento a su lado.

-¿En serio? Supongo que entonces la sorpresa solo me la llevo yo ¿Ya terminaste tus vacaciones?- Preguntó.

-Si lo quieres llamar vacaciones - Dijo encogiéndose de hombros.- Aún no. Pero sabes cómo funcionan las cosas en "este" mundo. No puedes desaparecer por mucho tiempo sin que la gente empiece a hacer reportajes extraños sobre ti.

Y asistir al lugar en donde se encontraban era una forma fácil de hacer acto de presencia. Amadia Goldking, una actriz retirada de 70 años acostumbraba a hacer una fiesta exclusiva para actores una vez al año, la cual -debido a su estatus- se convertía en todo un evento. De por sí la entrada del salón ya estaba rodeada de fans por todos lados, los cuales hicieron exactamente lo que el prodigio Niall Thornbery quería. Gritar. Bastó con ponerse de pie fuera del auto con su elegante traje negro para que los ojos de miles de personas se fijaran en él y así no alzar sospechas de su inactividad laboral.

-Y esa es exactamente la razón por la que deberíamos volver a trabajar juntos ¿No crees?- Lo devolvió Diamond.

-¿Tienes problemas de dinero D?- Bromeó Niall.

-Oh no, en lo más mínimo. Ahora trabajo para este cantante,  Little FF; a las chicas les encanta, pero es un idiota, trabajar con el es como hablar con un ladrillo.- Se quejó Diamond.

-Todos lo son.- Respondió Niall.

-Por otro lado...¿Cómo vas con tu... "Proyecto"?- Empezó a decir Diamond con una ligera sonrisa.

-Ah, así que lo recuerdas- Respondió.- Todo va bien. Es bastante divertido.- Susurró, devolviendole la sonrisa.

-Crees... ¿Qué necesites a alguien más?- Tanteó Diamond. Al ver como Niall no le cortaba de inmediato como suele hacer lo tomó como una señal de "Dame una buena excusa"- Si quieres que te dé buenos motivos, no creo tener los correctos -Sonrió.- Pero si los necesarios. Estoy aburrido. Creo que entiendes al igual que yo la sensación de vacío una vez que ya has alcanzado todo. Me casé, me divorcié, tengo 3 autos y una casa que debe valer más que todas las pertenencias de todos esos tontos allá afuera combinadas. Pero en este punto, ya nada es suficiente. Necesito movimiento amigo.

-Si te permito ingresar ¿Qué me darías a cambio?- Respondió Niall, que ya había escuchado suficiente.

-Tienes problemas ocultando tu pequeño jueguito. Si aún nadie ha encontrado tu lugar de residencia ha sido pura suerte. Conmigo no tendrás que volver a preocuparte de nada.

-Mm, no te mentiré, pocos hacen el trabajo como tú, pero no es suficiente...Creo que ya sabes que es lo que quiero realmente.- Respondió Niall.

-Ah, así que sigues interesado en la piedra ¿Eh?- Dijo, señalándose el prendedor que llevaba en el abrigo.- Ya te lo dije,  es solo una joya familiar, si alguna vez tuvo poderes ya los perdió. Intentaste usarlo una vez y no pasó nada, ¿para qué la quieres entonces?- Dijo Diamond extrañado.

-Tal vez sólo no supimos cómo usarla en ese momento. Tus servicios y la piedra, ese es mi trato Dartemis.- Concluyó Niall.

Diamond, por su parte, había entendido que no aceptaría otra cosa pues había dicho su nombre real, algo que muy rara vez hacía.- Bueno, en ese caso, me gustaría añadir una condición también.

-¿Me pides un favor y luego le pones condiciones?- Rió Niall.

-Eso era antes de saber que querías la piedra, ahora tengo una ventaja.- Se jactó.

Niall rió.- ¿Qué es lo que quieres?

-Qué vuelvas a actuar.- Hizo una pausa.- me parece un buen trato. Tu vuelves a los escenarios y me incluyes en tu negocio y a cambio yo te cuido la espalda y te doy la gema que tanto quieres.

Justo en ese momento, una chica de no más de 16 irrumpió en el salón, varios de los invitados se voltearon a ver, bastante molestos.

-Disculpe, ¿señor Niall Thornberry? Soy su mayor mayor fan, se que no debería haber entrado aquí pero, ¿cree que podríamos tomarnos una foto?

Diamond se puso de pie y rodeó a la niña con un brazo.- Entonces Niall, ¿Qué dices?.

Se quedó inmóvil por unos segundos, para luego responder con la amplia sonrisa que había practicado durante todos sus años como actor.- Claro, ¿Cómo podría negarme?

eeeee no sé pero miren escribí algo  jijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora