Mi bella princesa cazadragones [Eddie Munson Fanfic]

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Descansaba cómoda entre mis sábanas, el sonido de la ventana abriéndose de golpe me hizo despertar, me levanté para cerrarla cuando escuché un ruido proveniente de la sala, la televisión se había encendido.

Caminé hacia el sillón y note que mi tía ya no estaba, la televisión sonaba muy fuerte así que baje el volumen y la apagué.

Repentinamente la puerta de la entrada se abrió de forma lenta, haciéndola rechinar, el paisaje fuera de la casa era sombrío y aterrador, esas horribles luces rojas en el cielo volvieron a brillar y ese paisaje de mi sueño se reflejó detrás de esa puerta.

Estaba aterrada pero algo en mi me hizo empezar a caminar hacia afuera, por más que lo intentaba mis piernas no detenían su lento caminar, mis ojos se cristalizaron y me detuve justo enfrente del marco de la puerta.

El piso empezó a moverse de manera violenta y el cielo empezó a tronar mientras los murciélagos volaban a través de el.

Una voz grave se oyó ente los muros mientras las lianas de estos se movían tratando de atraparme.

- Estuve esperándote todo este tiempo.

Todo empezó a quebrarse y el piso creo una brillante grieta roja que atravesaba la casa y se acercaba a mí.

Hoy una voz acompañada de una melodía rara, caí bruscamente al suelo y no alcancé a ver nada después.

                                    [...]

Desperté de golpe, estaba sudando y mis ojos se habían hinchado por las lágrimas que contenían.

Una ruidosa camioneta pasaba enfrente de la casa, escuchaban ese pop odioso que nadie conocía pero algunos les gustaba, eso me había despertado.

Volteé a ver el reloj de mi mesa mientras marcaba la hora con esos brillantes números rojos, eran más de las 4:00 de la mañana.

Cubrí mi rostro con mis manos tratando de calmarme, respire hondo y me levanté de mi cama por un vaso de agua.

Abrí la puerta lentamente y empecé a caminar rápidamente entre la oscuridad de la casa, en dirección a la cocina.

Tomé uno de los vasos del estante y abrí el grifo mientras me recargaba en el lavabo, seguía alterada.

Apenas se llenó el vaso, tomé de este rápidamente sin dejar ni una gota, dejé el vaso en el lavabo y di media vuelta dispuesta a volver a mí habitación, repentinamente encontré a Dustin enfrente de mi, lo que me hizo pegar un grito, Dustin cubrió mi boca con su mano y tomó la mía para calmarme un poco.

- Carajo Dustin, casi hacés que me de un infarto - dije entre susurros.

- Si? Pues tú no me dejás dormir - menciono de la misma manera.

- Yo? No hice nada, tú fuiste el que llegó detrás de mí de la nada - refunfuñe.

- Tus quejidos me despertaron, aparte tenía sed. Por qué hacías tanto ruido? Que acaso... Oh diablos, te estabas...

- Que? No! Mierda Dustin, son pesadillas, no... Eso. - dije subiendo un poco el tono de mi voz, nuestra discusión susurrada empezaba a hacer que me ardiera la garganta.

- Pues entonces tuvo que ser horrible por qué no parabas de quejarte, estás sudando, tiemblas demasiado y estás nerviosa.

- Escucha solo... Quiero volver a la cama, Ok? Estoy bien - susurré harta, su interrogatorio solo me estaba abrumando más.

Me solté de su agarre y lo esquive para poder volver a mí cuarto, cerré la puerta cuidadosa de que mi tía no la oyera y me envolví entre mis sábanas, cubrí mi rostro con ellas y sentí como el aire empezó a cortarse, no sabía si era por estar debajo de las sábanas o porque ese clásico nudo en la garganta se había formado en la mía.