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JongIn se encontraba gruñendo mirando al castaño. Ya había pasado tres días sin hablarle al castaño, no aguantaba ni un minuto más sin su KyungSoo, quería solo dejar de lado su orgullo y tomar al castaño en sus brazos, sin embargo, jamás lo hizo. En el fondo tenía miedo de que estuviera con Jihoon y eso lo detenía, pero nunca los había visto juntos en esos días, siempre veía como pasaban a un lado del otro, pero de parte de KyungSoo nunca le dirigía la mirada. Y es que joder no sabía que hacer.

—Joder, KyungSoo mira como me tienes— murmuró para sí mismo. Sonrió con ternura al ver como el castaño acariciaba un vientre y le hablaba a la bebé.

Durante esos tres días tenía tantas ganas volver a probar los deliciosos labios de KyungSoo, estar en contacto con el vientre de este, quería volver a oler el perfume que usaba KyungSoo, admirar al castaño durante días de películas en la forma en que sus ojos se cerraban intentando no quedar dormido pero al final fallando. En la forma en que se acercaba lentamente hacia él moreno apoyando su cabeza en su pecho para finalmente caer en un profundo sueño. En los dulces y pausados besos de KyungSoo antes de despedirse e igual al saludarse al final de un día agotado día de Universidad. Y aunque le cueste un poco admitirlo extrañaba al Kyungsoo caprichoso y berrinchudo.

Al final de la última clase tomó sus libros que se encontraban sobre la mesa para luego mirar de reojo al castaño que levantaba sus libros para luego levantarse con cuidado de su silla y posteriormente salir del aula.

—¿Por qué no puedes dejar tu orgullo y miedos de lado?—se preguntó a sí mismo cuando empezó a caminar por los pasillos.

—¿Puedo hablar un momento contigo?—cuando el ojiverde volteó se encontró con un tímido Jihoon.

—Tú y yo no tenemos nada que hablar—escupió molesto. ¿Cómo siquiera se atrevía a hablarlo? tenía tantas ganas de tomarlo y romperle la cara.

—Se trata de KyungSoo—soltó con miedo a ser golpeado, puesto que JongIn se encontraba con la mandíbula apretada.

—Entonces creo que no hay nada de qué hablar—murmuró relajando sus facciones—. Te saliste con la tuya, ahora lo tienes. Te eligió a ti.

—No, JongIn—negó—. Te voy a ser sincero, desde que llegue quise volver a recuperarlo, se lo dije, él mil veces me dijo que no quería nada conmigo. Al principio no entendía el porqué hasta que los vi.

—No entiendo a donde quieres llegar con esto—dijo. No quería escuchar nada de lo que él tenía que decirle.

—Cállate y escucha—demandó—. Traté varias veces de que KyungSoo me aceptará una cita y él nunca aceptaba ¿Sabes por qué?—el moreno negó—, porqué está enamorado de ti, lo sabía. Se veía en sus ojos cada vez que te miraba.

—Entonces ¿por qué te besó?— preguntó alzando una ceja—. ¿Si sentía eso por mi, por qué lo hizo?

—Yo lo hice. Cuando hablaba con él ese día, te vi llegar y lo besé. Quería todo lo que tenías con KyungSoo—Jihoon suspiró.

Iba a decirle la verdad, aunque eso significara perder al castaño. No soportaba cargar con la culpa de ver al castaño triste y su mirada de odio cada vez que pasa cerca de él. Había sido un completo egoísta en venir y arrebatarle la felicidad y tranquilidad a ambos chicos, no quería ser como Soojung, estancarse con una persona y esperar que algo suceda con esa persona que ni siquiera quiere tener una relación contigo. Él quería a alguien a quien amar y recibir lo mismo de parte de esa persona. KyungSoo tenia eso y mucho mas, él era el causante de que ya no lo tuviera.

—KyungSoo, no me correspondió ese beso—bajo la mirada avergonzado de sus actos—. No sabes cómo grito cuando lo solté, nunca lo había visto tan cabreado. Quiero darte una disculpa por todo lo que les cause, no volveré a meterme en su relación—tomo su mochila para luego acomodarla en sus hombros—. Habla con KyungSoo, que lo hice no los detenga. Kyungasoo en verdad te quiere.

Sin decir más se dio la vuelta para marcharse de allí. JongIn no procesaba correctamente lo que acaba de decirle Jihoon. Luego de segundos una sonrisa apareció en su rostro y su corazón empezó a latir como loco. ¡KyungSoo lo quería! lo mejor de todo es que KyungSoo no le había correspondido el beso a Jihoon. Necesitaba ver a KyungSoo, lo necesitaba tanto. Necesitaba tanto sus besos, sentirlo en sus brazos. Solo esperaba que el castaño lo perdonara, porque joder, había sido un imbécil orgulloso.

Cuando llegó a casa del menor empezó a tocar repetidas veces. Tenía la respiración entrecortada por salir corriendo lo más rápido posible de la universidad a su auto y de su auto a la casa de este. Y los latidos rápidos de su corazón no ayudaban a sus nervios.

—¿Qué haces aquí?—alzó la vista encontrándose con el rubio en el marco de la puerta—. Es mejor que te vayas, no tienes nada que hacer aquí.

—Oh vamos—se quejó—, vine a hablar con KyungSoo. Déjame pasar por favor.

Luhan no se movió, permaneció con las cejas fruncidas y la cara seria.

—¿Sabes lo triste que se encuentra, KyungSoo?—le dio un fuerte palmada en la nuca al rizado. Este se quejó de dolor—No te queremos aquí. ¿Por qué no dejas de molestar y te vas a con Soojung?

—Yo—suspiró mirando por el hombro de Niall intentando ver más allá—. No quería besarla, bueno técnicamente yo la besé ¡pero lo hice porqué estaba celoso! Muy muy celoso.

—Eso no justifica nada—se cruzó de brazos—. No debiste besarla, por tu culpa no ha dejado de llorar desde ese día.

Se le apretó el pecho al escuchar que su dulce Kyung ha llorado y todo por su jodida culpa.

—No sabes lo mal que me siento—mencionó acomodando su cabello hacía atrás.

—Sentirlo no cambia nada—informó Luhan. Él ojiverde suspiró triste, se llevó las manos a la cara para que Niall no lo viera llorar.

—Lo perdí ¿verdad?—preguntó con la voz quebrada—. Oh Dios, lo perdí.

—No si hablas con él—alzó la mirada confundido, pero luego de ver la sonrisa de Luhan supo que lo estaba dejando entrar para arreglar los problemas con KyungSoo.

—Gracias, eres el mejor—abrazó al rubio para luego no perder tiempo y correr hacia la habitación de KyungSoo

𝙐𝙣𝙖 𝙇𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙖 𝙄𝙣𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙙𝙖[Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora