Capitulo Nº25 "Resfriado"

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Abigail Miller.

Me siento en la silla y cruzo las piernas, coloco mis codos sobre la mesa y observo la cartilla.

No era difícil elegir una pizza, pero mirar el vareado de pizza en este lugar me hizo cambiar de opinión y probar otro sabor de pizza.

—¿Cuál me recomienda? —pregunto.

—La picante. —dice, regreso a verlo y él tiene la mirada en el menú.

—Me ve con cara de comer picante. —el alza la mirada y arquea su ceja.

—Creía que sí. —dice. —tal vez la pizza de champiñones, también es muy deliciosa.

—Entonces que sea esa. —lo miro asentir y luego el alza su brazo derecho y llama a la mesera.

Yo cierro la cartilla y lo miro hacer el pedido también incluyendo dos bebidas.

Lo miro buscar algo en su jacket, cuando lo encuentra por fin, lo saca, miro que es su celular él lo deja encima de la mesa y la pantalla se enciende.

Él lo empieza a revisar y observo que entra a sus mensajes.

Miro miles de mensajes en sus bandejas y simplemente retiro mi vista de ahí.

Observo hacia el ventanal que tengo enfrente de mí y miro los autos pasar.

Una silueta se asoma sobre el ventanal atrayendo mi vista hacia él.

Alto, cabello ondulado, lo conocía.

El me da una sonrisa por lo cual hago lo mismo.

—Christopher ¿Cómo estás? —el habla y ese acento puertorriqueño no me olvidaría.

Era Zabdiel, amigo del señor.

El señor alza su mirada y lo mira a él. Arque su ceja y lo escucho hablar.

—¿Qué haces aquí? —el señor pregunta.

—Comprando pizza. —su amigo dice obvio.

—Creí que ibas a pasar en tu casa. —su amigo deja los ojos en blanco y toma un asiento para sentarse.

—Mi novia llamo así que estoy yendo a casa de ella.

—¡Vaya! —el señor levanta ambas cejas y la mirada de su amigo se dirige a mí.

—Abigail ¿verdad? —él dice por lo cual yo asiento. —Noche de pizza. —formo una sonrisa por lo cual asiento.

Miro al señor dirigir la mirada hacia él y guarda su celular en su jacket.

—¿Te quedaras aquí? —el señor pregunta y le sonríe.

Su amigo suelta una carcajada y se pone de pie.

—Solo espero la pizza que pedí. —le responde.

—Qué bueno, porque te miro que te estas poniendo cómodo. —el señor no quita su sonrisa y su amigo tampoco.

Ambos se dan una mirada cómplice y su amigo por último se despide de ambos y se va.

—¿Qué fue eso?

—¿Qué cosa? —pregunta extrañado.

—Eso.

—Nada, lo conozco y sé que le quiere interrogar, cosas de mi amigo.

Yo asiento y el lleva su mirada hacia su amigo, el levanta su mano y miro esa escena donde dos amigos se despiden teniendo aun esa mirada de cómplices.

Las pizzas nos han servido y lo primero que hago era repetir, él toma los cubiertos y lo miro cortar la pizza, se mira lindo haciéndolo.

Estoy por llevarme un trozo a la boca cuando lo escucho hablar.

Aunque no sea contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora