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En el centro de la antigua Corea, existía un Reino próspero y alabado por todos los que habitaban aquellas tierras. La realeza Choi era conocida por su camaradería, benevolencia a su gente y por su innegable belleza. Todo...
En el centro de la antigua Corea, existía un Reino próspero y alabado por todos los que habitaban aquellas tierras. La realeza Choi era conocida por su camaradería, benevolencia a su gente y por su innegable belleza. Todos conocían a los príncipes Choi, el mayor San, y el menor Beomgyu, ambos hermosos y perfectos. El Reino mantenía la fachada de no tener ni un sólo defecto, ni en sus alrededores ni en su elegante interior.
Sin embargo, entre cuatro paredes rocosas, cubierto por la oscuridad y atado con cadenas de oro, yacía encerrado el secreto mejor guardado de los Choi: ellos tenían a un príncipe cautivo en el sótano del Palacio, el hermano de en medio del cual nadie jamás se enteró. El pueblo nunca supo ni siquiera de su nacimiento, al igual que Beomgyu; el único que logró verlo fue San, al cual se le prohibió tener el más mínimo contacto con él. ¿Por qué lo encerraron? en aquella tierra, tener tres hijos en la realeza se consideraba una maldición, por ello, cuando Beom nació como el último hijo, los Reyes decidieron borrar del mapa a uno de sus herederos. San era el mayor, por supuesto que no podían deshacerse del primogénito; Beomgyu era un pequeño ángel que representaba el fin de la fertilidad de la reina, no podían borrarlo a él. ¿Quién quedaba? el de enmedio, Choi Soobin.
Lo mantuvieron en el sótano con una sola ventana de ventilación, por la cual lograba a duras penas respirar el aire fresco y escuchar los ruidos del exterior; sólo los Reyes podían bajar a darle alimento, agua y atender algunas de sus necesidades básicas. Y así permaneció, en un silencio y soledad sofocantes durante 25 años de su vida.
Hasta que alguien de afuera lo escuchó llorar. Taehyun, un violinista de alma libre, comenzó a merodear un día por el Castillo, tocando su instrumento con gracia y toques de melancolía; creyó que nadie lo escucharía, igual que siempre, sin embargo, Soobin prestaba atención a todas sus notas, y no pudo evitar llorar mares por el gran sentimiento que la música le ocasionó.
El príncipe cautivo ni siquiera sabía de dónde provenía ese triste sonido, pero Taehyun sí logró hallar la procedencia de aquel llanto lastimero.
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esta historia ha sido totalmente desarrollada por el lindo Adam (sxnrics). <33
