Miedo y asco en el videoclub.

Al Morir la Matinée (vs) X

Antes de empezar a destriparos ambas películas, vamos a dejar una cosa clara: no soy muy fan del slasher. La verdad, es que es probablemente el subgénero de terror que menos me gusta. Me da mucha pereza, y la única que podía mencionar positivamente hasta ahora, era The Collector, y por las risas. Coño, y Headless. Tampoco he visto muchos, por eso de la pereza.
El caso es que hoy, para redimirme, os traigo dos slasher muy actuales. En algunos aspectos distintas entre sí, en otros, tan parecidas que me ha parecido necesario enfrentarlas. En mi imaginación estas dos películas van a partirse las caras a base de bien, con todo lo que tienen... y solo va a quedar una en pie. Esa me la pillaré en DVD.

Al lado derecho del ring tenemos una cinta uruguaya que pasó inadvertida por el festival de Sitges: Al Morir la Matinée, de Maximiliano Contenti. Esta, retrata una noche aparentemente normal en el Cinema Opera, a punto de proyectar su última película del día. En Uruguay lo llaman la matinée, en mi ciudad lo llamábamos la sesión golfa... solo que a esta, va a asistir un espectador que nadie se espera. Al lado izquierdo, tenemos una coproducción entre Estados Unidos y Canadá, de nada más y nada menos que la aclamada A24, dirigida por Ty West: X, sigue la aventura de una porno gang en 1979, que gracias al auge de las cintas de video, ve su oportunidad de hacer fama y dinero. Para ello, emprenderán un viaje al corazón de Texas, donde alquilaran una granja a una pareja de ancianos. Esta, será el escenario de sus próximas filmaciones, y también de algunas matanzas.

En el primer asalto, ambas películas van a sacar a relucir su factura técnica, pero aquí no solo se tendrá en cuenta el presupuesto...

X se rodó contando con 1 millón de dólares americanos, y bajo el sello de una productora que hoy en día es sinónimo de calidad audiovisual, así como de propuestas innovadoras y arriesgadas... ¿qué nos encontramos en la película? Bueno, pues básicamente lo que se esperaba. X es una película visualmente atractiva, o más bien resultona.

Tanto la iluminación como la paleta de color va en esa línea artsy, muy A24. Predominan los rojos intensos y una paleta de colores cálidos, porque todo pasa en Texas, claro. La película tiene un tipo de transición entre escenas muy particular, y que se repite a lo largo de la hora y 45 minutos que dura: se produce un parpadeo ente la escena anterior, y la que va a tener lugar. Cada vez que aparece la nueva escena, se le hace un zoom-in, a veces concluyendo en un plano detalle. En un momento de concreto de la peli, se nos introduce un segundo tipo de escena, aprovechando que nuestros protagonistas se encuentran en mitad del rodaje de una: en esta transición, se nos integra un efecto de rollo de película, y varios filtros de color que distorsionan la imagen hasta dejar la pantalla en negro. Tengo que reconocer que pese a lo vistoso y estético, le ejecución se me hizo facilona, porque tocaba hacer algo para que se note que es un film de A24. La vi en el estreno, en una sala de cine, y tengo claro que eso ayudó a la espectacularidad y al efectismo, pero me pregunto si logaría transmitir cierto magnetismo si la viese en la pantalla de mi televisor. De hecho, y si me paro a pensar, lo que sí recuerdo a la perfección, fue lo mala que me pareció el trabajo de caracterización para la pareja de abuelos... por qué no, quiénes los interpretan no son dos actores ancianos: Mia Goth será la encargada del dar vida a nuestra protagonista, Maxime Minx, pero también a la villana, Pearl. Su marido Howard, será interpretado por el australiano Stephen Ure, actor que parece especializado en actuar bajo capas de prótesis y maquillaje, participando en grandes producciones como El Seños de los Anillos, interpretando a dos de los orcos con líneas en el guión. Pero también ha hecho su parición en otras producciones más modestas (pero muy queridas en esta casa), como Deathgasm. Y aquí tengo que decir, que por muy bien que lo hubiese hecho el reparto, el maquillaje es infumable.