The Longest Promise (Mirror: Zhu Yan)

Capítulo 14 - Zhu Yan

El niño se retorció en sus brazos y trató de evitar sus dedos con una cara llena de miedo. El niño podría haber sometido fácilmente a la niña, pero al final, se detuvo y suspiró en voz baja: "Si no quieres olvidar, entonces no olvides... tal vez sea el destino. Incluso si realmente muero por tu mano en el futuro, hoy casi te mato por error, por lo que podemos considerar que estamos a mano".

La niña no entendía de qué estaba hablando, solo lo miraba extrañada.

"Recuerda, no le cuentes a nadie lo que pasó hoy". Al final, solo dijo una oración: "De lo contrario, no solo tú, sino incluso todo el Clan Rojo se enfrentará a un desastre; ¿Lo entiendes?"

"¡Sí! ¡Te prometo que no se lo diré a nadie!" Ella se separó de él y respondió con una respuesta nítida. Luego lo miró y preguntó ansiosamente: "¿Podrías... me enseñarías magia en otro momento?"

"..." El niño la miró sin comprometerse y dijo a la ligera: "Hablemos de eso la próxima vez que nos veamos".

Después de la última palabra, se fue sin mirar atrás. Ella lo siguió a regañadientes unos pasos, llamándolo para que retrocediera. Sin embargo, el chico había recuperado su habitual calma e indiferencia, y no había ni rastro de la tristeza que había visto en el cielo desde hacía un momento, como si lo que acababa de pasar fuera solo un sueño.
Sí... Realmente debe haber sido solo un sueño.

¿El Maestro una vez lloró en sus brazos? Esto es algo que solo sucede en los sueños, ¿verdad?

Dijo que le enseñaría la próxima vez que se vieran, pero desde ese día, ella nunca ha vuelto a ver al niño. Ya fuera en la roca blanca o en la cueva, nunca más se le podría encontrar; incluso el pájaro de cuatro ojos se había ido. La montaña Jiuyi es tan grande que cambió el lugar para practicar, ¿Cómo podría encontrarlo?

Debe haber evitado verla a propósito. ¿Es tan vergonzoso que te vean llorar? ¿O es tan molesta que él simplemente se escondió porque no quería enseñarle?

Eso está bien. Pero también se olvidó de recuperar la pluma que el pájaro de cuatro ojos le dio ese día. Si él no aparece, ¿a quién se lo pediría?

Pasó un mes en un abrir y cerrar de ojos, era hora de que el Rey Rojo abandonara el templo. La niña con las manos vacías y amargadas, solo podía seguir a su padre de regreso al Territorio del Desierto Occidental.

Tan pronto como regresó a la Mansión del Rey Rojo, corrió a buscar a Yuan y le contó sobre el chico que conoció en el Valle de los Reyes; no podía contarles a los demás sobre este gran secreto que tenía, pero al crecer con él, siempre compartió con Yuan cada pequeño secreto en su corazón.

Yuan sonrió al escuchar esto, "Ah-Yan parece gustarle mucho a ese hermano mayor, ¿no es así?"

"¡No! ¡Es tan malo y tacaño!" Dio un pisotón y murmuró: "¡Dijo que me iba a dar una pluma! Pero no cumplió su promesa, ¡qué vergüenza!".

Yuan apretó su nariz arrugada y sonrió suavemente: "Es solo una pluma, ¿por qué molestarse?"

"¡Pero yo quiero volar! ¡Volar como ese pájaro blanco! Si no puedo volar, también es bueno poder ponerme la pluma del pájaro como vestido". Abrazó el cuello de Yuan y murmuró: "Ustedes, gente del abismo, pueden ir y venir bajo el agua. ¡Pero nosotros, la gente de Kongsang, no podemos hacer nada! ¡No podemos volar y no podemos nadar!"

"..." Yuan la abrazó, pero sus ojos se atenuaron.