Serie de 10 historias realizadas para el Kinktober 2022. Decidí hacer el kinktober con tres ships diferentes: Drarry, Ron/Hermione/Krum y BakuDeku. Postearé las historias en tres fics separados por ship, con capítulos independientes entre sí y no ne...
Trigger Warning: Sexo explícito, Rimming (muy explícito y descriptivo), Facesitting, sexo oral, masturbación, referencias a sudor.
Rimming/Beso negro: Practicar sexo oral en el ano. Facesitting: Sentarse en la cara de una persona para recibir sexo oral en los genitales (generalmente vulva) o en el ano.
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El despertador de Izuku suena con fuerza desde hace casi un minuto, pero este no hace amago de moverse para apagarlo. Además, la noche anterior olvidaron cerrar las cortinas y ahora un haz de deslumbrante luz solar llena la habitación, haciendo daño a Katsuki en los ojos. Harto del sonido del teléfono de Izuku pitando una y otra vez, tira de las sábanas a un lado y se sienta, desnudo, en el borde del futón, entrecruzando las piernas para apoyarlas en el fresco suelo de madera.
—¿Kacchan? —pregunta la voz de Izuku, balbuceante. Katsuki mira por encima del hombro. El chico aparenta estar dormido, con los ojos cerrados plácidamente y la boca entreabierta, de la cual sale un hilo de saliva que empapa la almohada—. ¿Qué hora es?
—La maldita hora de levantarse —gruñe Katsuki, estirando las piernas y bostezando. Está intentando encontrar las fuerzas para levantarse. Tras él, Izuku protesta con un gemido lloroso y se desarropa a medias—. No protestes, demonios, tú pusiste ese puñetero cacharro del demonio a esta hora porque dijiste que teníamos que desayunar antes de marcharnos.
A diferencia de Katsuki, que ha dormido totalmente desnudo tras arrojar su pijama sin cuidado a cualquier punto de la habitación, Izuku todavía conserva su camiseta. Esta se le ha recogido en el abdomen, deja ver su polla dura debido a una típica erección matinal. Katsuki sonríe, mirándolo de reojo, pensando que Izuku semidesnudo haciendo mohines para pedir cinco minutos más de sueño es la cosa más hermosa del mundo.
Es culpa de ambos, en realidad. La noche anterior se habían acostado tarde y deberían haber dormido, pero la manía de Izuku de ser insoportablemente sensual al dormir sobre el pecho de Katsuki porque, en sus palabras, «hueles a caramelo y eso me relaja», habían provocado que Katsuki se quitase la camiseta, encaramando a Izuku sobre su cuerpo para que este pudiese hundir la nariz en su cuello e inspirar su olor cómodamente. Lo que había comenzado como una forma más íntima de dormir juntos, había acabado con las manos de Katsuki acariciando la espalda de Izuku por debajo de la camiseta, luego su culo por debajo del calzoncillo y, por último, había acabado por deslizar sus dedos alrededor y dentro de su ano, haciéndolo gemir quedamente contra su cuello, a la vez que este frotaba su erección contra el abdomen de Katsuki. Este se había contorsionado para arrancarles a ambos los calzoncillos para poder deslizar su polla dura dentro del culo de Izuku despacio, en movimientos lentos y cadenciosos, casi sin moverse, durante casi media hora, hasta que ambos se habían corrido, rindiéndose al sueño acto seguido.
—Creo que no lo pensé bien —murmura Izuku, lloriqueando más fuerte. Silencia la molesta música del teléfono de un manotazo, patea la sábana con los pies y rueda hacia el lado de Katsuki, buscando el calor de su piel en el frescor de la mañana.