LIVING DEAD [Fanfic Youtubers] (Terminada)

Capítulo 12- Adiós mamá

[Narra Naomi]

Llego a casa, pero no hay nadie. Me extraña, porque mi madre siempre suele estar. Llamo a mi hermana y tras varios segundos, coge.

-¿Chieko?- pronuncio el nombre de mi hermana, cuyo significado es 'sabia', algo que encaja con ella. -Hola Naomi.- su voz, grave y serena, resuena al otro lado del teléfono.

-¿Donde estáis?- al otro lado del teléfono solo se oye silencio. Tras un periodo de tiempo, que se me hace largisimo, responde.

-En el hospital. Mientras tu estabas fuera, olvidando a tu familia...-voy a replicar, pero ella sigue hablando.-... mama se empezó a sentir mal, cada vez peor, y la subimos a urgencias. Ahí le hicieron muchas pruebas, y tras unas horas de espera, nos comentaron que tenía una enfermedad del corazón, y que no duraría mucho.- Me quedo de piedra. Consigo formular unas palabras.

-¿Que hospital es?- me dice el nombre del hospital y pido un taxi. Llego en 10 minutos, y entro corriendo al mostrador.

-Perdone, ¿la sala en la que reside Ayaka Hashi?- -Planta 3, sala 23.- subo corriendo por las escaleras, atropeyando a varias personas, pero en ese momento me da igual; solo me importa mi madre.

Llego a la sala. Me da miedo abrir la puerta, y lo hago lentamente. Dentro están mi padre y mi hermana sentados alrededor de una camilla, en la que esta tumbada mi madre. No tiene buena pinta. Esta muy pálida y débil, y ese mal humor y energia que la caracterizan, han desaparecido.

Me ve y les dice a mi padre y hermana, con voz débil:

-Chieko, Akio, salid un momento. Quiero hablar a solas con Naomi.- ellos salen, no sin antes darle un beso a mi madre. Yo me acerco a mi madre, temblorosa. -Siento no haber ido a casa madre, yo...- pero mi madre me interrumpe.

-Eso ya da igual, Naomi. Quiero que sepas, que aunque te he tratado del modo en que lo he hecho, siempre te he querido. Además, hay algo que no te he contado...- la voz de mi madre se va apagando. -!¿Que no me has contado?!-

-Tú... Tienes...- cada vez le cuesta mas respirar.

-¡¿Tengo que?!- cada vez me desespero mas.

-Tienes... Otro hermano.- de repente, la raya del electrocardiograma se vuelve recta, y un pitido constante invade la sala.

-¡NO! ¡MADRE, NO ME PUEDES HACER ESTO!- agito su cuerpo, pero ya no hay ningún alma dentro de él. Me saltan las lágrimas, y lo último que hago es gritar, y soltar todo el odio, sufrimiento y dolor que tengo acumulado.