06

72 14 0
                                    

DE SENTIMIENTOS ROTOS A PERSONAS ROTAS.

El cielo opaco indicaba un mal día, sin embargo, Jisung aún no sabía esto y caminaba alegremente hacia el instituto. Llevaba una barra de chocolate entre sus manos, su idea era compartirla con Minho durante el descanso, aunque no le importaría faltar a clases con tal de estar junto al mayor.

Entró al instituto, escucho murmullos tras el, así como personas que lo señalaban descaradamente. Con una clara expresión de confusión ingreso a su salón para después comenzar con la tarea de buscar a Felix

—¡Yongbokie!— llamó con alegría al encontrar a su amigo, este solo le sonrió.

—Hola Hannie— saludo.

Han noto que todas las miradas caían sobre ellos, así que tomando a Felix por el brazo, lo guió hasta la azotea.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué todos me miran así?— cuestionó con clara confusión en su rostro.

Felix soltó un suspiro, uno muy largo y a partir de ese instante, Jisung supo que no significaba nada bueno.

— Se han corrido los rumores de que estás comprometido y que te casarás pronto.

—¿Qué? Tú sabes que eso es mentira.

—No es todo.

—¿Qué más?

—Minho será trasladado.

[...]

Las clases iniciaron y Han no apartaba su vista de Minho. Quien no le dirigió una mirada durante todo el tiempo que llevaban las clases ni mucho menos cuando entro al salón.

— Señor Han— el nombrado miró hacia el frente frenéticamente — ¿Hay algo que le quiera decir al señor Lee?

—Y-yo...

El profesor negó.

—Puede salirse de mi clase.

Con la mirada baja Han se dirigió a la salida, no sin antes dar un último vistazo hacia Minho, sintió desilusión al ver como este, seguía sin mirarlo.

[...]

Nadie se acercaba a el, más bien parecía que huían. Desde los amigos de Minho hasta Felix. ¿Qué había pasado? ¿Por qué huían de el?

La hora de la salida llegó y Han con sus ánimos por los suelos, vio una pizca de esperanza al ver a Minho apoyando contra los barandales de la entrada del instituto.

—¡Minho!— el mencionado lo miro por primera vez en todo el día. Pero no era la misma mirada que siempre le dirigía. No, está era fría, muchísimo más fría y hacia que el corazón de Han temblará de miedo.

Ignorando la mirada que el mayor le dirigía, con alegría y entusiasmo corrió hasta el más bajo parándose justo frente a este. Minho bajo su mirada, seguía tendiendo la misma expresión.

— ¡Me alegra verte!— Han se veía tan radiante, tan feliz, no se veía como la primera vez que el más alto lo conoció. No era aquel chico inseguro y con miedo al amor, aquel chico que tenía muchas heridas y que eran visibles, ya no había rastro de ese chico. Sin embargo pareciera que el destino estaba en contra de ambos.

— Aléjate, Jisung.

Silencio, eso fue lo que se instalo durante varios segundos que parecieron años, el menor quería derrumbarse con tan solo haber escuchado eso, sin embargo su terco corazón quería saber las razones.

—¿Qué?— no obtuvo respuesta —¿Por qué me dices eso?..

Minho miró hacia otro lado, su expresión era neutra, tanto que incluso el sentía miedo de sí mismo, sentía que en cualquier momento terminaría tirando todo a la basura y se iba a abalanzar sobre los labios del chico frente a el. Pero no podía.

—Solo fuiste un juego Han, tal y como dijiste tú mismo en un principio.

Las palabras que salían de su boca, dolían y se preguntaba cómo podía decirlas sin que se notará que estaba temblando. Por otro lado, Jisung sintió su mundo caer, nuevamente.

Solo fuiste un juego.

No, no había forma de que Minho lo viera de esa manera.

Tomándolo fuertemente por los hombro, obligó al más alto a verlo.

— No, tú no...— su voz se cortaba, sus ojos se llenaron de lágrimas — al menos tú no puedes hacerme esto.

—Nunca te tome enserio— se soltó del agarre —Para mí. nunca significaste nada

Dicho esto, comenzó a caminar alejándose del chico que se derrumbaba y dejaba que sus heridas nuevamente sangraran y fueran visibles.

Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos, se detuvo frente a un auto.

—¿Ya está feliz? Acabo de decirle lo peor, acabo de romper a su hijo, ¿Ahora está feliz?— la ventana del auto bajo.

— Acabas de hacerle un favor a mi hijo.

—Solo mantenga su promesa.

Minho apretó sus manos volviendolas puño.

— Lo haré, ahora lárgate.

Lee no dijo nada, y así como en silencio se marchó, también lloró.

[...]

Un juego.

Así que después de todo, Minho no era diferente a como el creía. La barra de chocolate cayó junto con el sonido de alguien rompiéndose.

 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗙𝗮𝗰𝗲     |         MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora