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-Falta la llegada de tu hermano menor y estamos completos - se acercó a su hijo dejándole un beso en la frente para calmar sus nervios. La madre que tenía era demasiado amorosa, pero muy permisiva y eso, de cierta manera, lo molestaba.

- Siempre A-Yi llegando tarde mamá - suspiró - Ya deberías de ponerle un alto a ese mocoso - dio un golpe en la isla de la cocina, sabía que renegaba por gusto, ya que el engreído nunca sería reprendido como debería.

- A-Hao querido deja de renegar - La señora Wang se acercó para tocarle los hombros a su hijo y hacerle unos pequeños masajes en sus hombros - Deja a tu hermanito, tenía trabajo, es comprensible que demore.

- Amor - ingresó un alto pelinegro - ¿Ya empezaste a renegar con tú mamá? - Su sonrisa irradiaba todo el lugar, era increíble como todo cambiaba y se volvía perfecto sólo con verlo.

- Que sexy - sonrió al ver a su hermoso esposo. Estaba completamente enamorado, no había duda, él se había sacado la lotería.

La señora Wang lo recibió con una sonrisa y pidió que continúe con los masajes a su hijo mayor y se retiró con la excusa de sentirse mareada con tanta miel en el ambiente.

Esperó que la mayor llegase a la sala para indagar el motivo del estrés de su amado.

- ¿No me digas que es con el tema de tu didi? No lo conozco, no es que lo defienda mi amor a ti hermano, pero quizás tuvo algún problema - Intentó seguir con los masajes, pero su esposo estaba demasiado tenso. - Respira hondo y relájate cariño, de lo contrario tendrás un esposo con los dedos todos doblados - bromeó.

- Como dices, no lo conoces, siempre ha hecho lo que ha querido desde pequeño, ZhouCheng y yo siempre pagamos sus platos rotos, además le perdoné que no haya estado presente en la boda, se supone que es el día más importante de mi vida - bajó su cabeza y sacó un tierno puchero fingiendo tristeza.

La madre volvió a la cocina, dirigiéndose al lavadero con un par de vasos en la mano.

- Zhan, querido, estás haciendo esfuerzos en vano, este hijo terco no va a cambiar de parecer - posó la mirada en su hijo y mientras secaba los vasos le dijo que ya era demasiado grande para andar con melodramas.

-Mamá, es que no lo entiendes, Yi es demasiado engreído, es por eso que hace lo que quiere y no, no son melodramas, es la verdad, pero nunca nos escuchas, ZhouCheng y yo sólo le hablamos al aire, únicamente le haces caso a tu bebito.

Bufó mientras cerraba los ojos para seguir recibiendo los masajes de su esposo.

- Ya lo verás cálmate - la mayor estaba ahora pendiente de las ollas, concentrada en la preparación de los últimos platos.

El segundo hijo hizo su ingreso a la cocina - Hola mamá, hola tarado, hola cuñado - ZhouCheng siempre tenía un ingreso memorable por los saludos cariñosos.

- Tarado. - se cruzó de brazos - En esta casa no hay respeto - escuchó una carcajada que provenía de su adorable esposo - Xiao Zhan se supone que debes de estar de mi lado - Dejó de hacerle los masajes y lo abrazó por la espalda, era demasiado entretenido ver a su esposo renegar por cosas banales, era obvio que todo era con cariño, pero él estaba tan metido en su papel del ogro, que todo le molestaba.

- Lo siento cariño, pero amo a tu hermano, hizo el ademán de secarse una lágrima por tanto reír - Me hace recordar a JiYang, nuestro trato... Extraño tanto a mi hermano - suspiró mientras se iba a lavar las manos para deshacerse de la tensión por los masajes impartidos.

HaoXuan fue tras él y lo abrazó mientras su esposo se secaba las manos - Calma ya vendrá pronto - posó un beso en la nuca de Zhan pero este volteó de inmediato.

- ¿Y cómo sabes que vendrá pronto? - miró muy extrañado.

- Yo... - estaba nervioso, agradeció a todos los dioses haber sido interrumpido por su hermano, que lo salvó sin siquiera darse cuenta.

- ¡Papá está llegando! - ZhouCheng desde su posición al lado la ventana vio como el patriarca de los Wang estaba bajando de su auto -

- Señora, déjeme esto a mí y vayan a recibir al señor Wang - se ofreció Qin, la Nana de los hermanos Wang.

- Gracias Qin. Vamos hijos - Todos se dirigieron hacia la sala para recibir al mayor y desearle un feliz cumpleaños.

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- Wang Yibo estamos llegando tarde -

- Haikuan calma, estamos a buena hora -

- Ahora entiendo, cuando dicen que haces lo que quieres, harto de siempre tener que esperarlo, tomó las llaves de la camioneta - Te espero 5 minutos sino me largo solo, no quiero quedar mal ante tu familia -

- Ya está bien, vamos - el castaño maldecía por sus adentros, no quería reunirse con su familia, los extrañaba muchísimo, pero odiaba estar entre la alta sociedad y toda la falsedad que la gente de esa clase tenía.

Portarse como perfecto, ajjj, de solo pensarlo le daba asco.

Ya en camino ambos jóvenes venían hablando. HaiKuan decidió manejar, ya que, si Yibo lo hacía, estaba seguro que tomaría la ruta más larga o iría demasiado despacio. Cualquier cosa para no llegar y ver a su familia.

Así que ahí estaban, HaiKuan manejando a la velocidad de la luz con un Yibo de copiloto que sólo rezaba para que todos los semáforos les den en rojo.

Haikuan decidió que lo mejor sería entablar una conversación durante el trayecto, pues no quería que Yibo llegue con una mala actitud a la reunión familiar.

- ¿Hasta cuándo piensas quedarte en Beijing, hermano? -

- No lo sé Hai, Papá me pidió que estuviera aquí unos meses para ayudarlo con la empresa, pero la verdad por mí, regresaría mañana mismo, aunque de cierta manera me conviene estar en China, sé que él era de aquí, aunque de Chongqing -

- ¿Piensas ir a buscarlo? - miró de lado al castaño que se encogió de hombros. Su amigo realmente tenía una fe impresionante, ¿cómo podría encontrarlo? Era como buscar una aguja en un pajar, pero bueno él como siempre, estaría ahí para apoyarlo.

- Ajá, quiero ir, de verdad tengo una necesidad de verlo hermano, no lo sé - se frotaba la frente de solo recordar. Tenía grabada en la memoria cada centímetro de su amor a primera vista, cupido le jugó una mala pasada al enamorarlo de alguien que sólo vería una vez.

HaiKuan sólo sonreía, él sabía cuál iba a ser la respuesta de Yibo - Hermano, estás grave - palmeó su pierna.

Un par de minutos después, ambos llegaron a la susodicha reunión, el mayor le pidió a Yibo que por todo el amor del universo, se portara a la altura y pusiera buena cara.

Haikuan era el mejor amigo de Yibo, a pesar de ser dos años mayor que él, eran inseparables; ambos se fueron al extranjero a terminar sus estudios, Hai como mayor jaló a Yibo para allá, sabía que a él no le gustaba todo lo relacionado a alta sociedad, ellos eran más libres, no querían vivir de etiquetas para poder "encajar"; pero, aun así, no quería que su hermanito malogre ese reencuentro familiar.

Amantes - νєяѕάτιℓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora