𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓼

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No podía esperar a decirle a sus niños las buenas noticias 

Podía sentir la felicidad recorrer su cuerpo mientras caminaba a buen ritmo a su habitación, todo sentimiento de estrés se fue de su ser, al abrir la puerta, lo primero que diviso fue a su bello guardia cepillándose su (no tan bien cuidado) cabello, al parecer recientemente salido de la ducha

A puntas de pie, Steve se acercaba silenciosamente atrás del contrario, su cabello estaba tirado para adelante mientras se peinaba, y en una acción dulce y rápida, le dio un suave beso en la nuca, que sobresalto a Eddie provocando que voltee, suspirando con alivio cuando vio que se trataba del príncipe, y dándole una mirada preocupada

- Como te fue?- preguntó, casi desesperado, el príncipe le dejo otro beso, pero ahora en la frente - Todo fue perfecto, amor- Eddie se levantó feliz y abrazó con fuerza a su querido, levantándolo y dando vueltas en el aire - Ay por Dios, casi me da algo cuando te fuiste-

Finalmente lo soltó de su agarre, Steve se inclinó a él, plantando un suave beso en los labios lastimados de Eddie, seguramente se había estado mordiendo por los nervios, fue un beso largo, pero tranquilo, con suaves caricias en la cabeza de parte de ambos

Cuando sé separaros, Steve tomó el cepillo de Eddie y lo empezó a peinar - Sentí una gran cantidad de nudos aquí, Dios, Munson, aprende a cuidar tu cabello- Lo sermoneaba, mientras que el guardia solo reía por la actitud de su pareja

Después de esa sección de besos, caricias y las habilidades de estilista del príncipe, decidieron finalmente dormirse, Eddie cayó inmediatamente después de acomodarse, mientras que el corazón de Steve bombeaba de felicidad por imaginarse como reaccionaria Will cuando se entere de que va a estar a salvo

El sueño empezó a caer en él, como una suave nube de estrellas, cerrando lentamente los ojos y dejando que su respiración se junte con la de su amado, para descansar juntos y reconfortarse mutuamente después de toda la situación

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En la casa de los Byers, Mike decidió quedarse para hacerle compañía a Will, ya que este estuvo teniendo problemas de insomnio por tantas malas visiones

Esa pijamada se convirtió en una junta de descarga emocional, donde Will lloraba libremente abrazado al investigador novato, dejando salir toda la frustración que sentía en cada lágrima y sollozo que salía de él, mientras que el pelinegro acariciaba el cabello del profeta con suavidad y delicadeza

- Estoy.. Cansado- decía el pobre chico, mientras que se aferraba con fuerza a su compañero - Odio mis habilidades.... Odio mi poder- sollozaba con dificultad - Esta.. Mierda no es una bendición.. Daría todo para que dejara de ver gente sufriendo cada vez que cierro los ojos-

Mike intentaba reconfortarlo de alguna manera, hasta que se le ocurrió una idea - ¿Y si te canto algo y me quedo despierto a tu lado? - Propuso, Will lo miró confundido - Si empiezas a tener una visión te despertaré, asi al menos estarás un poco descansado-

Will se negó - Pero, tú también tienes que dormir!- cuidaba el volumen de su voz para no despertar a su madre o su hermano - Eso no importa, yo duermo bien casi todos los días, tú tienes esta desafortunada habilidad que no te deja en paz-

finalmente aceptando, Will se acostó, y Mike se sentó al lado de su cama, acariciando nuevamente el cabello del contrario, tarareando una melodía suave a forma de canción de cuna

Will cerró los ojos, y con la tranquilidad de las caricias y el agradable sonido de fondo, cayó en los brazos de Morfeo inmediatamente, mientras que Mike decidió que se quedaría despierto toda la noche de ser necesario, mientras que su amigo se ganara un merecido descanso

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2022 ⏰

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É𝓇𝒶𝓈𝑒 𝓊𝓃𝒶 𝓋𝑒𝓏, 𝑒𝓃 𝐻𝒶𝓌𝓀𝒾𝓃𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora