Me gusta sentarme a pensar
en aquel banco de madera,
que nunca llegaron
a terminar de pintar
en nuestro parque.
Me gusta ir
y recordar aquellos días...
Las tardes de otoño
en las que te esperaba
tras tu entrenamiento
leyendo un libro,
y con la música
desbordando por mis auriculares.
O en su defecto,
esas tardes de invierno,
en las que pasabas a buscarme al trabajo
con un chocolate caliente en la mano;
porque sabias perfectamente que si no,
esa podría ser tranquilamente
mi quinta taza de café del día.
Todo esto mientras que de camino
nos contábamos la razón del día
del porque queríamos matar
a alguno de nuestros jefes o profesores.
¿Te acuerda de nuestras tardes de primavera?
Aquellas en las que se ponía a llover de la nada
e intentábamos cobijarnos;
pero en vez de cruzar el puente
y escondernos bajo un tejado
corríamos a escondernos
bajo algún tobogán del parque...
Últimamente recuerdo también
esas noches de verano
sentados en nuestro árbol,
incluso a aquella señora
y su perro con heterocromía,
que siempre nos regañaba
porque íbamos a coger frío
ahí sentados tantas horas.
Pero que de igual manera,
tras casi una semana
viéndonos ahí todos los días,
al final nos trajo esa manta
tejida a mano.
La misma mujer,
que capturó por nosotros
en aquella foto,
aquel beso bajo la lluvia...
de la última tormenta del verano.
¿Sabes?
Aún conservo la copia que nos dio,
y puede que me guste sufrir un poco;
pero hay veces
que la traigo conmigo al parque,
y la miro mientras pienso de nuevo
en aquel año.
Todo lo que cambió en mi vida,
todo aquello que perdí,
todo aquello
que junto a ti
logré descubrir...
Pero sobre todo,
todo lo que gané
y pude aprender
a tu lado.
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Y aquí te escribí cada una de mis lágrimas
PoetryTodos tenemos sentimientos que nunca hemos gritado; ... ni si quiera al espejo, ...ni siquiera al viento. Se que no soy perfecta, pero aquí están escritas ...ciertas cadenas que nunca me pude quitar, ...varios de mis llantos silenciosos de media...