O3

715 91 5
                                    

HueningKai observaba a SooBin quien parecía estar molesto y se había dedicado a ignorarlo o a mirarlo molesto, haciendo que el menor estuviese un poco confundido y quisiera acercarse a el mayor para preguntarle que sucedía, pero SooBin siempre se alejaba de el.

— ¿Qué sucede? —Murmuró el menor, haciendo que SooBin lo mirara con un ceño frío, haciendo que el menor bajara un poco su cabeza pero aun así mirará a SooBin.

— No me gusta que me mientan —Gruñó, haciendo que HueningKai frunciera el ceño

— No le he mentido —SooBin rió, haciendo que HueningKai se sintiera realmente pequeño, haciendo que tragase un poco de saliva— ¿En que se supone que mentí? — SooBin tomó aire y luego lo soltó, haciendo que HueningKai sólo estuviese más confundido que en el comienzo.

— No me gusta el aroma que esa chica deja en ti — HueningKai frunció el ceño.

¿Cómo era posible que una persona normal dejara algún tipo de aroma en el? HueningKai no comprendía a el mayor, no entendía que se suponía sucedía. SooBin no podía soportar la idea de que alguien más quisiera del mismo modo que el quería a HueningKai, y quizás podía llegar a ser tonto para todo el mundo el decir que le molestaba esto, pero cuando un híbrido decide elegir a un humano como su pareja, no hay nada que pueda cambiar eso. Y aunque lo hubiese, SooBin estaba seguro de que no podría dejar de querer a HueningKai.

HueningKai se quitó su suéter, el cual había estado usando gran parte del día por el frío, para luego lanzarlo al suelo y sólo quedar con una camiseta larga, haciendo que SooBin lo mirara. El mayor se acercó a el y lo abrazó, para –primero– dejar un poco de su aroma en el menor y –segundo– morder su hombro.

Mordidas : sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora