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𝓔𝓻𝓪𝓼𝓮 𝓾𝓷𝓪 𝓿𝓮𝔃 ... ¿Alguna vez has tenido un sueño húmedo? No te preocupes no te juzgare si no haz tenido un sueño humedo, porque mi primer sueño erótico fue a los 15 años, si, esa edad donde todos tenemos la hormona alborotada donde los chicos queremos meter nuestra polla en cualquier vagina y dónde mas chicas desean ser penetradas con lo que sea.
Esa noche de mayo, donde el aire fresco de la ventana se colaba por mi cuarto y yo me prepara para dormir, hacia tanta calor que fácilmente podía dormir desnudo, pero no lo hacia, la habitación aun tenía paredes azules y carritos arriba de los muebles, no los quitaba por mas que mis amigos vinieran y se burlaban porque en lugar de tener revistas y pósters porno, tenia carritos y monitos de colección arriba del clóset.
Aunque mintiera diciendo que las revistas porno eran demasiado vulgares y las mujeres se denigraban mucho, era mentira, me satisfacia tanto que cuando todas las luces de casa y las voces se apagaban por completo, veia esas páginas porno e imaginaba que yo era uno de esos chicos, hacia que una erección crecieran y terminará lleno de semen.
A pesar de que era un hormonal, jamás tenia un sueño húmedo y puedo decir que me frustraba demasiado, sin embargo no perdía la esperanza.
Esa noche no tuve las suficientes ganas de hacerme una paja, tenia demasiado sueño y ya no me ocasionaba muchísimo placer, asi que me acurruque en las sabas azules y cuando menos lo espere estaba dormido.
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La música sonaba demasiado fuerte, estaba en una fiesta, sin embargo no era cualquier fiesta, era una fiesta de disfraces, estaba con mis amigos y yo iba disfrazado de ¿Profesor o alumno? Bueno creo que de alumno o algo similar porque de toda la fiesta yo era el unico que vestia con uniforme, alrrededor habia todo tipo de disfraces, sin embargo uno que resaltaba entre todos era una diabla, la cual no era una diabla común, su falda cuadrada roja con negro llevaba signos, letras y números, las mayas de red rojas le quedaban divinas, llevaba un bastón que le llegaba hasta la cintura y en sus pechos los cubría un sosten rojo de encaje, sin embargo encima llevaba un saco rojo también, el cabello negro caia por sus hombros y lo adornaban los cuernos, los cuales eran lo unico tierno ya que prendian y apagaban.
Me quede mirandola tanto rato que no me di cuenta el momento en el que ella avanzó hacia mi, menos mal de lejos no creí haberla conocido, sin embargo cuando se puso delante de mi, vi que era la chica que me gustaba.
