Capítulo 21 | Tengo algo que decirte 。

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"M-Mimi..." intentó hablar, pero era bastante difícil si Myoui besaba su cuello. "Mi-Mimi Unnie..." llamó otra vez, mientras que sentía más besitos siendo repartidos allí.

"¿Mmh?" preguntó Mina, sin prestarle atención realmente. Estaba más concentrada en besar cada parte de su piel, desde su mentón hasta su cuello, pero lentamente, y con suavidad.

"U-Unnie... Ya-Ya debemos ir a clases." trató de decirle. Mina se separó levemente, apoyando sus manos a los costados de los muslos de su menor, reposándolos ahí y estando más inclinada, cerca de su rostro.

"Bebé, yo... tengo algo que decirte antes." susurró, dándole un pequeño piquito.

Era el momento. No quería esperar más para decírselo.

"Um... di-dime, Mimi." sonrió, moviendo sus pies de atrás hacia delante —ya que permanecía sentada en la mesada del lavamanos— mientras esperaba a que Mina hablara.

"Verás...," empezó, alejándose un poco de su cara para poder hablar, sintiéndose relajada por cómo Nayeon acariciaba su cabello "a mí... a mí me gusta alguien." dijo, mordiéndose el labio inferior.

Los ojitos de Nayeon perdieron su brillo rápidamente, sintiéndose decaída. Hizo un pequeño puchero que Mina no llegó a ver, bajando sus lindas manos hasta mantenerlas en su regazo.

"¿Le... l-le gusta alguien, Mimi Unnie?" preguntó, su mirada decayendo hasta observar un punto a la nada.

La pelinegra asintió con lentitud, haciendo un bajo ruido en afirmación.

Nayeon se mordió el labio inferior.

"Entiendo..." susurró. "¿Quién es, Mimi?" preguntó sin más.

El silencio reinó el lugar. Mina estaba seguro de querer decírselo, después de todo, conocía a su mejor amiga y estaba claro que el sentimiento era mutuo por todos los besitos que se estaban dando. Aun así, no dejaba de sentirse insegura.

Tragó saliva, sintiéndose más pequeña —gracias al nerviosismo— conforme pasaba el tiempo. No le hacía sentirse mejor el que Nayeon no estuviese mirándole.

¿Y si sabía lo que iba a decirle, y por eso repentinamente se había puesto así? ¿Y si no sentía exactamente lo mismo?

Mordiendo su labio inferior, descartó aquellos pensamientos. Ya no quería guardárselo más, quería tener aquel peso menos y hacerle saber a su mejor amiga lo que sentía.

Nayeon habló otra vez, desconcertando a Mina.

"¿Es ese chico, con el que te besaste antes?" ante el silencio preguntó poco audible, apenas llegando a los oídos contrarios.

Mina negó efusivamente, con sus ojitos grandes a causa de la sorpresa.

"No, no, ya sabes la historia, mi vida. Fue todo culpa de... de ya sabes. Ni siquiera sabía quién era." resopló, recordando aquella ocasión con repulsión.

"Um..." asintió. "Entonces... ¿quién?" siguió, temiendo preguntar. No sabía si estaba preparada para una respuesta.

Porque es que Nayeon a veces podía ser tan ciega.

"Me...," empezó, cortándose al instante y tragando saliva otra vez, "tú m-me gustas, Nayeon."

Lo hizo, finalmente lo hizo. Quizá no de la mejor manera, quizá no en el mejor lugar, porque no, claramente el baño del instituto no era el lugar más romántico ni bonito para confesarse, pero quería hacerlo, y por el simple hecho de estar con Nayeon allí, ya lo hacía especial. Mucho más, después de ver cómo la castañita levantaba la vista con rapidez, su boca entreabierta, ojitos grandes y brillosos, observándola con sorpresa.

Tan preciosa.

"¿Q-Qué?"

"Que me gustas tú" repitió. "Lo siento si... si no me confesé en las mejores condiciones, pero q-quería... debía hacerlo, no podía más. Me gusta mucho. Me tienes loca, Nayeon."

Los ojitos de Nayeon brillaron aún más, y su sonrisa resplandeció en cada recóndito lugar de aquel baño.

"Pues..." movió aún más sus pies, pensando un segundo en lo que iba a decir "tú también me gustas, Unnie." soltó en un casi susurro.

Esta vez, los ojitos de Mina se abrieron, no esperando que Nayeon se acercara hasta acortar la poca distancia que había entre sus bocas, pegándolas.

Reaccionó segundos después, moviendo sus labios al ritmo de los de Nayeon, apretando el cuerpo de la menor contra el suyo.

Sus bocas jugaron entre sí, saboreando el contrario con cariño. Mina lamió el labio superior de Nayeon, haciéndole jadear ante la sensación cosquilleante que sintió.

Mina llevó sus manos a los muslos de Nayeon esta vez, levantándola desde allí. La castaña enredó sus piernas a la cadera de la mayor, sosteniéndose con fuerza de ella y sintiendo su espalda chocar con un poco de fuerza —que la hizo jadear— a la pared.

"Mi amor" susurró Myoui en la boca de Nayeon, apretando sus dedos en los muslos de la menor mientras con un poco de desesperación comía la boca contraría. "Eres mía... sólo mía, hermosa."

Nayeon jadeó ante aquello, animándose —porque no tenía nada que perder— a ahora ella, sorprender a la mayor y bajar sus besos al mentón de Mina, mordiendo un poco esa zona. Bajó sus besos hasta el cuello, chupando allí, dejándole un pequeño chupón antes de decir:

"Y tú mía, Unnie." sentenció en su cuello, mordiéndole luego.

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