[ 𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬🥀]

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Cuando todo parecía, ser pura oscuridad

tu sonrisa mostró una luz, dificil de ignorar

una belleza infinita que en mí provocaría

que nuevamente en mi vida me vuelva a enamorar. 

Luz estaba buscando con la mirada el famoso estudio de baile donde su madre daba clases y era directora, cuando llegó hasta una gran casa pintada de colores pastel con un gran cartel que decía en colores negros" Pour l 'amour de la danse" supo que había llegado. 

Aparcó su carro frente al estudio y se bajó casi corriendo, que debería haber llegado hace más de 20 se supo minutos pero su departamento quedaba lejos de ahí y se había levantado tarde por haber estado de fiesta hasta tarde con Boscha. 

Maldita irresponsable  se reprochó a sí misma mientras se terminaba de beber su café y botaba el envase en una de las papeleras que se encontraban cerca de la entrada.

Caminó por la recepción y saludó con una pequeña sonrisa amable a la mujer mayor que trabajaba como secretaria ahí y se adentró al salón principal donde su madre dictaba las clases a los alumnos mayores, respiró aliviada al ver que solo su madre.

Nunca dejaba de sorprenderle el hecho de que, a pesar de los años, su madre seguía siendo igual de buena en el ballet como cuando era más joven, cuando terminó de estirar Luz aplaudió a modo de felicitación llamando la atención de Camila que fue corriendo hasta ella y le dio un fuerte abrazo. 

— ¡Por fin llegaste cariño! — Saludó su madre besando las mejillas de la castaña. 

— Uh... Si, pensé que venia tarde. — Dijo desconcertada recorriendo de nuevo con su mirada el salón vacío. 

Camila sonrió con picardía y se separó del abrazo. — Bueno, es como yo sé que llegas tarde a todos lados te dije que vinieras una hora antes de que comiencen las clases. 

— ¡Mamá, tuve que venir casi corriendo para llegar a tiempo! 

— Lo sé y a pesar de todo llegaste 30 minutos después de lo acordado ¿No? — Preguntó Camila con una sonrisa de auto suficiencia que hizo que Luz bufara fastidiada y cruzara los brazos sobre su pecho sabiendo que su madre tenía razón. 

— De todas maneras ¿Para qué exactamente querías que viniera? 

— Bueno... Yo sé que acabas de graduarte de la universidad y por ahora solo quieres disfrutar tus vacaciones pero la señora que solía tocar el piano para nuestras clases ya se jubiló y quería saber si tú me podías hacer el favor de reemplazarla por unos cuantos meses hasta que encuentre a alguien más

— Mamá... Tú sabes que estas vacaciones son para organizar todo antes de dar el próximo paso e irme a estudiar música

— Lo sé cariño, lo sé y créeme que no te pediría esto si no lo necesitara con urgencia. — Dijo Camila con ojos suplicantes. 

— Ugh... ¿Y no pueden practicar con un CD o algo mientras tanto? — Preguntó fastidiada

— No, nosotros ensayamos con música original que componía la señora que solía tocar el piano y ya montamos toda la próxima producción con esas canciones, no podemos cambiarlas ahora... Por favor Luz hazme este favor antes de que tengas que irte y yo no vuelva a verte hasta dentro de no sé cuánto tiempo. — Pidió su madre y Luz sabía que no podría resistirse. 

La castaña suspiró derrotada y pasó una de sus manos por su cabello antes de asentir.

— De acuerdo... Acepto, pero no me quedaré más allá de la fecha en la que tenga que irme ¿Ok? — Preguntó con seriedad y Camila aceptó con una sonrisa brillante

— ¡Genial! De verdad te lo agradezco mucho cariño. — Respondió su madre agradecida y Luz no pudo evitar sentirse enternecida por lo feliz que estaba su madre. 

Los sonidos de personas llegando hacia el salón las interrumpieron de su pequeña charla, Camila cambió su semblante a uno más serio y profesional y se volteó para recibir a sus alumnos, Luz se paró a su lado y también espero a que todos entraran.

Casi todos los alumnos entraron al mismo tiempo haciendo un gran bullicio y la castaña pudo observar como varios chicos y chicas que no se veían mayores de 18 o 20 años entraban al salón y dejaban sus mochilas en el suelo cerca de la puerta de entrada, casi al mismo tiempo todos se voltearon a verla con miradas curiosas, algunos chicos se la devoraban con la mirada haciéndola sentir muy incómoda. 

Su madre se aclaró la garganta llamando la atención de todos haciendo que guardaran silencio de inmediato. — Buenos días étudiants. – Saludó con un perfecto acento francés que Luz sabía que procedía de los muchos años que vivieron en Francia mientras ella bailaba ahí. 

— Buenos días madame. — Respondieron todos a coro

— Como notarán hay una nueva persona en nuestro estudio, esta es mi hija Luz. — La presentó y la chica de piel morena simplemente se limitó a mover una de sus manos en un pequeño saludo. — Ella se encargará de tocar el piano mientras encuentre a otra persona que lo haga de manera permanente ¿Alguna pregunta? — Inquirió observando a sus alumnos y un chico subió uno mano indicando que quería hablar y Camila asintió indicando que podía hacerlo

— ¿Eres soltera? — Preguntó con una sonrisa coqueta observando a la castaña de arriba abajo

— Soy lesbiana. — Respondió Luz con naturalidad haciendo que el chico hiciera una mueca molesto y que los demás se burlaran de él. 

— Bueno basta de griterío, vayan a estirar. — Ordenó Camila con voz seria pero internamente feliz por como su hija había actuado. 

Todos le hicieron caso y fueron hasta las barras a estirar mientras Luz seguía los pasos de su madre hasta donde se encontró un gran piano de color blanco en una esquina alejada del salón. 

— Aquí está el piano, todas las partituras están en esta carpeta. — Indicó extendiéndole una carpeta marrón. — Por hoy solo vamos a estirar ya practicar algunas cosas básicas porque es el primer día de clases así que no necesitas tocar nada, pero puedes revisar las partituras y practicar un poco si quieres. 

La castaña asintió y comenzó a revisar las hojas con las partituras, la verdad no eran tan difíciles, las podría tocar sin problemas, iba a empezar a practicar un poco cuando el sonido de la puerta chocando estruendosamente contra la pared llamó su atención de inmediato

— ¡Lamento haber llegado tarde! — Gritó una voz chillona y cuando Luz levantó su vista para observar quien había entrado sintió como su boca se abría por la impresión. 

Frente a ella estaba una chica con la respiración agitada y su cabello pegado a su frente por el sudor por haber estado corriendo para llegar a tiempo, las mallas negras que usaban para bailar abrazaban de manera perfecta sus torneadas piernas, tenía una camiseta del mismo color de las mallas que resaltaba sus hermosos ojos y cuando estos chocaron contra los de Luz ambas sintieron como una corriente eléctrica los recorría. 

— Oh Amity, no te preocupes, solo estábamos estirando. — Dijo Camila interrumpiendo el choque de miradas haciendo que Amity volteara a verla un poco desorientada antes de asentir e ir a las barras para estirar junto a sus compañeros. 

Luz en todo lo que duró la clase no pudo apartar la vista de esa linda chica con curvas suaves y Amity a veces también le devolvía la mirada con timidez apartándola inmediatamente por la vergüenza.

Y ahí, sin que ninguna de los dos se diera cuenta, ambas experimentaron lo que se sintió el amor a primera vista.

𝐋𝐚 𝐁𝐚𝐢𝐥𝐚𝐫𝐢𝐧𝐚 𝐘 𝐋𝐚 𝐏𝐢𝐚𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚 || G!P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora