Capítulo 1

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Angélique
1991

Todos tenemos un lugar especial en la tierra, un lugar donde nos sentimos a salvo y donde podemos ser nosotros mismos.

En mi caso, la laguna cristalina no es nada comparado con eso, va mucho mas allá de una descripción tan básica.

La laguna cristalina me acogió en sus aguas y nunca me ha soltado desde que tengo siete años, hace de mis lágrimas como si fueran suyas y en momentos de felicidad me regala la vista más preciosa que podré ver en mi existencia. Aquella laguna puede tocar canciones únicamente para mí solo con un vaivén de sus aguas y danzar con los cristales que posee.

Desde que era una niña anhelaba con ser merecedora de un paraíso, encontré accidentalmente el lugar que calmara el dolor en mi corazón sin necesidad de dormir, dormir soñando tener alas lo suficientemente grandes para volar tan alto como para alcanzar las estrellas y escapar de los monstruos que me acechaban. Solamente la existencia de la laguna cristalina, me hace creer que cruzar el cielo es posible.

Dejando de lado mis pensamientos, me doy cuenta de que he llegado a mi lugar favorito después de caminar por casi veinte minutos. Esta área siempre estaba desierta cada vez que venía, ya sea por las noches o por el día, sin embargo, desde hace unos meses siento una presencia que me observa, sumándole a que siempre hay una carta con algún mensaje en el lugar donde suelo sentarme o bailar.

Recojo el sobre que yace en el suelo y observo el sello gris con relieves formando un lobo —es lo que me permite saber que son de él—. No he venido hace una semana así que no pierdo tiempo en abrirlo.

24 de junio 1991

Querida sirena:
Una vez me preguntaste la razón por la que me escondo... incluso te enojaste al no tener una respuesta y me llamaste cobarde, me hizo mucha gracia lo ingenua que puedes llegar a ser y no ver más allá de tus preciosos ojos dorados que mataría por ver de cerca.

¿No te has puesto a pensar la clase de persona que puedo ser? Puedes haber estado hablando con un sicario o un simple perfumista que ansía obtener la fragancia que desprende tu cuerpo.

Dime si estás preparada para saber quien soy y de saber las cosas que hago por ti para que seas mía. Solo necesito tu respuesta, no espero que lo hagas ahora, piénsalo bien.

Mi sirena de bucles y ojos dorados, me tienes en tus manos desde la primera vez que te vi.

D.

Mi corazón cada vez acelera más su ritmo al tener mis ojos puestos en las puntiagudas letras de la carta, pensar con claridad es difícil después de lo que acabo de leer, no esperaba que respondiera una pregunta que le hice hace más de cuatro meses... y menos de esta manera.

Ay. Ya no quiero volver sola al castillo.

Gracias por asustarme, tendré pesadillas cada noche por tu culpa —suspiro pensando en que deberia traer a mi perro— . ¿Aunque sea sabes mi nombre?

Nadie responde, como siempre.

Sé que mi mejor opción ahora es correr y nunca más volver, pero apesar de todo me da confianza saber que no es un sicario o un perfumista loco.

—Ya me aburrí de tanto misterio.

Acercándome a la radio que traje, elijo entre las cintas que contienen mis canciones favoritas.

—¿Qué prefieres? ¿Rock and roll o Soul?—pregunto sabiendo que nadie responderá.

—¡Sí! ¡Esa es mi favorita! —digo con falso entusiasmo— Gracias por tu opinión.

Deep down in Louisiana close to New Orleans
Way back up in the woods among the evergreens
There stood a log cabin made of earth and wood
Where lived a country boy named Johnny B. 

Se reproduce una de mis canciones favoritas al poner la cinta en la radio e inmediatamente empiezo a bailar.

—Go, go— río mientras canto—. Go Johnny, go, go.

¿No quieres venir y bailar?

He used to carry his guitar in a gunny sack
Go sit beneath the tree by the railroad track

—¡Qué aburrido eres!

Y así me la paso hasta el medio día; bailando y hablando sola.

─: ∙:°:◦:∙♚∙:◦:°:∙ :─

—¡Dónde estabas!

La voz de mi padre a mis espaldas me hace parar en seco y girar sobre mis pies. Al voltearme observo sus melenas, detallando el color de estas —mientras que él es pelinegro, mi madre lleva una brillante cabellera castaña—, después dirijo mi vista a sus ojos tan oscuros como las noches en Nivegia.

—¿Tienes alguna idea de lo preocupados que estábamos?

Me quedo en silencio cabizbaja y escucho un suspiro de mi madre.

—Es el compromiso de Kenneth. Lo siento mi vida, pero debemos estar ahí —anuncia mi madre.

Siempre he tenido sentimientos por Kenneth Roussel y saber que está apunto de casarse me duele.

—Sí, no se preocupen. Disculpenme por no haber estado aquí.

Apesar de ser un buen partido al ser la hija del duque y de la segunda dama con más fortuna en Feuger, sé que nuestra unión es prácticamente imposible.

Las demás personas no son ciegas e igualmente lo saben, pero eso no es un tema del que hablan, al menos no enfrente de mis padres o de mi. A excepción de ella... Daffne Bertrand.

Nota de la autora:

¡Hola! Espero que les haya gustado el primer capítulo, sé que es muy corto pero prometo que los siguientes serán largos. 🥲

Estoy muy emocionada por seguir escribiendo. Gracias a quién esté leyendo esto por darle una oportunidad a mi historia. 🤧🤍

Dulce pecado  (Pecadores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora