Prologo: Hyoudou Issei.

958 69 51
                                    

-Prologo: Hyoudou Issei-

Destrucción...

Destrucción era lo que se podía divisar ahora mismo, una ciudad del mundo humano completamente destruida, todos los enormes edificios que había antes ahora están reducidos a escombros, miles de cuerpos sin vida esparcidos por todos lados, el apocalipsis había llegado a ese lugar.

Un silencio sepulcral apoderaba toda la zona, lo único que se podía escuchar eran las llamas que consumían algunas estructuras y el sonido del concreto cayéndose, el olor a muerte impregnaba todo el lugar, un viento gélido pasaba por toda la zona dando un escenario digno de una película postapocalíptica, pero aquel pequeño silencio fue interrumpido bruscamente cuando algo se estrelló contra el suelo generando un gran temblor haciendo que algunas estructuras terminaran de colapsar por el temblor generado por el impacto.

En el lugar donde se generó el impacto se generó una enorme cortina de polvo de la cual salieron tres personas a una gran velocidad las cuales estaban en una batalla feroz siendo que dos de ellas estaban haciendo equipo para poder vencer a la otra persona.

Uno de ellos es un peli rojo de ojos verdes, él tenía varias heridas por todo su cuerpo, su ropa estaba muy dañada y prácticamente tenía la parte superior de su cuerpo al descubierto, él está siendo rodeado por un aura carmesí intensa mientras esquivaba unas series de golpes que eran dirigidas hacia él.

El otro es un peli negro de ojos rojos con una tipo cruz tatuada en su rostro, él estaba en el mismo estado que el peli rojo, ya que su ropa estaba demasiada dañada mientras tenía heridas por todo su cuerpo, él estaba siendo rodeado por un aura oscura y de igual manera estaba esquivando una serie de golpes dirigidas hacia él.

Los dos se encuentran peleando contra un hombre de cabello dorado el cual desafiaba la gravedad mientras un aura del mismo color lo rodeaba, los tres se encontraban en un intercambio de golpes feroz a una gran velocidad, el de cabello dorado se le veía un poco cansado, con su ropa un poco dañada y unas cuantas heridas por todo su cuerpo pero sin ganas de rendirse.

En cambio los otros dos se les veía demasiado cansados, pero de igual manera no planeaban rendirse, apenas podían seguir el ritmo del hombre de cabello dorado pero no podían perder esta batalla, claramente estaban en una batalla a muerte.

Los choques de puños y patadas generaban temblores por donde pasaban, los tres se estrellaban contra las estructuras del lugar destruyéndolas en el acto mientras seguían en su intercambio de golpes dando a entender que ellos habían destruido la ciudad por su colosal batalla.

Los tres a una gran velocidad se alzaron al cielo el cual rugía por la batalla que se estaba dando...

—{Maldita sea, espero que Ophis logre contactar a nuestro maestro, no creo que podamos durar más contra este demente}—Pensó el hombre de cabello rojo con frustración esquivando los golpes que le lanzaba el hombre de cabello dorado.

—¡Vamos, esto aún no termina! —Grito el hombre de cabello dorado con una gran sonrisa mientras le lanzaba una ráfaga de golpes a los otros dos sujetos.

—¡Detén esto, sé que lo que hicieron esos idiotas no tiene perdón pero los inocentes no tienen la culpa! —Grito el hombre de cabello rojo esquivando los golpes a duras penas.

—¡Maldita sea, mira todo lo que has causado, has exterminado a la humanidad y a la mayoría del mundo sobre natural! —Grito el hombre de cabello negro con molestia esquivando los golpes de igual manera.

—¡Silencio, por culpa de ellos perdí a la única persona que en verdad me amo, sé que exterminarlos no la traerá de vuelta pero por lo menos la vengare y limpiare este mundo de sus repugnantes presencias! —Grito el hombre de cabello dorado con enojo agarrando a los otros dos hombres de la cara.

D×D:  El Regreso Del Dios MalignoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora