Parte 2

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Antes de que pudiera reaccionar, la conductora ya estaba mirándolos con curiosidad.

—Aquí está su pase —le mostró Kyoya, sin saludar, sin modales, solamente enseñándoselo.

Pase para el que Kyoya había metido la mano en su bolsillo trasero.

Kyoya había metido la mano en su bolsillo trasero.

Gingka sintió que demasiadas cosas estaban ocurriendo en muy poco tiempo; no estaba reaccionando al hecho de que Kyoya lo había subido de forma impulsiva al autobús, y ya estaba encontrando esa confianza algo inusual. Si su mente no estaba jugando con él, comenzó a rezar que todo aquello no fuera solamente un sueño.

—Ky-Kyoya, no sé si esto... no estoy seguro...

Tategami suspiró, reconociendo su impulsividad. Encontrando curioso su instinto por mantener cerca de cualquier forma al dueño de Pegasis.

—Lo lamento, todavía puedes bajarte.

—¡Por favor, aleja ese insecto! —suplicaba Demure en el fondo del autobús.

—Me siento como en una excursión de guardería —Kyoya lo miró de reojo tras oír aquello, acompañado de una risa que encontraba encantadora. Gingka lo meditó unos segundos antes de tomar su decisión—. Voy a quedarme.

Evitando prolongar la espera incómoda y el silencio extraño entre ambos, Tategami se dirigió a donde estaban los demás.

—Te aburrirás menos en el fondo.

Luego de la aparente sugerencia, Gingka terminó de guardar sus maletas en el cajón y se apresuró para buscar un asiento junto al resto de Wild Fang.

—Ah, ¿te logró convencer de subir--

—Nile, no es lindo tragarse un golpe.

—Entiendo, no me amenaces —volteó a Gingka nuevamente, que intentaba entender el tipo de interacción que compartían Nile y Kyoya en ese instante. Demure solamente sonreía, acostumbrado a sus peleas pasivas y tratando de aligerar el ambiente para quien claramente no lo acostumbraba—. En fin, vas a divertirte, somos geniales.

—Sin ofender a Gan Gan Galaxy. No es que no nos guste tu equipo...

—De hecho, a todos los presentes-

—Nile —Kyoya se limitaba a amenazar y apoyarse en su lado de la ventana.

Gingka pudo deducir que a Kyoya no terminaba de fascinarle el equipo rival, lo que era una curiosa observación para él.

—Pero no te asustes, ni sientas asco, ni te asombres, hemos funcionado bastante bien sin Benkei anteriormente —agregó el castaño—. Sin ofender a Benkei.

Tategami asintió con la cabeza antes de cerrar los ojos y quedarse en esa posición. Al menos ya estaba de acuerdo en algo con Nile, y no lo estaba callando antes de tiempo por algo que claramente sabía que estaba por decir y que solamente no era obvio ni evidente para alguien: Gingka.

—¿No les parece extraño que no esté en el equipo?

—Honestamente, no tanto. Hemos estado varios meses conviviendo sin él antes de que se uniera, lo que era extraño era tenerlo en el equipo. Ahora nos es un poco raro volver a vernos y saber que no es para una competencia o para una misión de importancia mundial —explicó Demure con gesto tranquilo y a ritmo pausado.

—Será divertido tenerte aquí, nosotros no pudimos conocerte muy bien antes.

—Ah, así es. Siempre nos hemos cruzado muy poco tiempo, o en momentos de peligro y en esas aventuras. Sé que será entretenido conocerlos mejor —se autoconvenció Gingka, y Kyoya era el único que podía leer entre gestos y líneas: captando la incomodidad y la duda que Gingka no estaba dejando ver ante los presentes y que él podía dar por hecho tras su manejo de respuestas. Ambos realmente se conocían demasiado bien como para no darse cuenta de un detalle como ese.

latente ☆ tateginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora