Tienes que estar bromeando

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Resumen:
Lucius Malfoy levantó la vista de su telar cuando sonó el timbre encantado y se desesperó

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Día 3: Tarde

Lucius Malfoy levantó la vista de su telar cuando sonó el timbre encantado y se desesperó. "Puaj. Primo —llamó a Draco a través de la puerta abierta—, ¿lo entenderás? Porque estaba en medio del tapiz familiar y no podía permitirse el lujo de perder su lugar.

—Bien —gritó Draco desde la guardería de al lado, corriendo por el pasillo con Scorpius sentado en su cadera—. Bendito sea Merlín, su hijo estaba contento con que lo cargaran un poco más, aunque su madre ya le había advertido que no sería así una vez que el niño se volviera experto en caminar sobre sus propias piernas.

En una hazaña de gran dificultad, Lucius logró contener su curiosidad por el invitado hasta que llegó a un buen punto de parada; estaba casi terminado con el proceso de tejido físico, ya que era solo un tapiz de dos generaciones para el salón y no una réplica del linaje Malfoy en su totalidad, una tarea que él, siendo solo un aprendiz en este arte tradicional de su familia , aún no sería capaz de administrar.

Lucius se puso de pie, girando su cuello y hombros y retorciendo la tensión de sus muñecas y manos; y luego hubo un jadeo dramático desde el pasillo, y la exclamación encantada de Draco: “¡Primo, ven rápido! ¡Debes de ver esto!"

¿Encantada? ¿De Draco? Algo debe estar pasando.

Un hechizo eliminó la rigidez que le quedaba en los hombros y las manos debido al tedioso trabajo del telar (todo valía la pena, para honrar mejor a su familia, incluso de forma ficticia) cuando Lucius llegó a la puerta con un paso elegante y ensayado. "¿Qué pasa, primo?" preguntó, doblando la esquina-

Vaya. Eran Tom y Potter, y su hijo.

Parpadeó. Esperar. ¿ De verdad habían traído a su hijo esta vez? ¿Sin aviso?

Tal vez molestar al profesor era una buena idea.

“Draco,” saludó Tom, algo reservado. Una pausa. "... Lucio".

(Oh, cabrón, había usado legeremancia , ¿no?)
Potter asintió a ambos, pero no agregó nada a la conversación. Tenía la excusa de sujetar al golem, que había estado vestido sencilla pero pulcramente con lo que hoy en día constituye la ropa formal de los niños.

"Entonces, ¿qué te trae por aquí tan tarde?" preguntó Draco sin rodeos. (Merlín, Lucius debería haber abierto la puerta en su lugar. Qué vergüenza.) "Scorpius ya está dormido".

“Tal vez sea de noche”, admitió Tom, “pero pensé que apreciarías ser el primero en saberlo”.

"¿Saber qué?" Lucius espetó en una violación de la etiqueta tan grave como la de su primo. Sin embargo, tenía razón en estar entusiasmado: Tom siempre tenía los chismes más lascivos.

Pero entonces, ¿por qué no habría venido a tomar una copa como es debido? ¿Y por qué había traído a Potter-?

Tom soltó una carcajada, al igual que Potter, de la misma manera. Sus expresiones eran inquietantemente similares cuando Tom dirigió su mirada a Lucius, haciendo un gesto con la palma abierta hacia el niño en los brazos de Potter. "Lucius, Draco, por la presente les presento al heredero de mi línea, mi hijo-"

(Algunas horas antes:

"Harry, James, Charlus, o Fleamont, supongo", enumeró Harry lo que sabía. "Sirius, Orion, Arcturus - en realidad tenía un primo, Alphard, que le gustaba más, vampiro o no..."

“Mmm. Tom está fuera; Sorvolo, o tal vez Morfin, pero en realidad Salazar era el más reputado de esa línea”, se burló Tom.

"Diablos, ¿deberíamos simplemente llamarlo Albus?" Harry resopló.

Un escalofrío los recorrió a ambos, como una advertencia a través del tiempo, y ambos descartaron eso como una mala idea sin pensarlo dos veces.

A pesar de que. “Considera: Gellert”.

"¿Como en - Grindelwald?" Harry se encogió.

"Él y Dumbledore eran amantes", señaló Tom con un poco de sonrisa. “La ironía lo envenenaría, lento pero seguro-”

"Merlín, ¿puedes dejar de hablar de tu extraña enemistad con el director durante unos veinte minutos?"

"A ti tampoco te gusta-"

"Por supuesto que no, así que ¿por qué dejaría que ocupara algún espacio en mis pensamientos?"

Mientras Tom se congelaba, como si esa observación hubiera quedado atrapada en un engranaje en su cerebro, Harry se pasó una mano por la cara y fue a buscar el libro de linaje que Ron casi le había empujado hace un día.

Un rato después:

"Eso es raro. ¿ Los dos tenemos herencia directa de los Peverell? Harry miró la escritura apretada en los márgenes de la copia de Tom del mismo libro de linaje. "¿Por qué buscaste a los Potter, de todos modos?"

Las mejillas de Tom se sonrojaron. “Solo lo estaba anotando” , enfatizó. “Porque apareció en la tabla”.

"Me parece bien." Harry pasó un dedo por el sigilo grabado en el escudo de armas de Peverell. "Pero oye, ¿no parece esto-?"

"¿Qué, el símbolo de Grindelwald?"

"No, estaba pensando en las Reliquias de la Muerte".

“¡Y pensé que no te molestabas en aprender sobre la cultura mágica! Sabes…"

Un poco más tarde todavía:

La capa brillaba a la luz del fuego, doblada al azar junto al anillo de Tom, que tenía incrustado el mismo sigilo que estaba levemente impreso en el interior de la capa de invisibilidad, y emitía vagamente malas vibraciones.

"¿Eso está maldito?" preguntó Harry de repente. "Solo que, si lo es, probablemente deberíamos envolverlo en algo-"

“Está bien”, espetó Tom, y luego añadió rápidamente, “pero no lo uses. De todos modos, hay tres nombres más entre los que podemos elegir, Cadmus, Ignotus, Antioch...

"Bueno", consideró Harry, "si quisieras ser realmente irónico, en mi opinión-")

Día 4: media mañana.

-Adrian Mors Potter", terminó Harry con una pequeña sonrisa.

Ron estalló en carcajadas, que rápidamente trató de sofocar con la mano. Odiaría saber cuán similar fue su reacción a la de Draco Malfoy, pensó Harry con los dientes apretados. “Mierda Harry, ¿en serio? ¿Le pusiste ese nombre a tu hijo ? Su-"

"-solo pidiéndole que sea un mago oscuro", había gritado Draco consternado, ganándose una mirada sorprendentemente aguda del niño ante el fuerte ruido. “Dulce Salazar, ¿ustedes dos no consultaron un libro de nombres? Dime que estás bromeando y que tiene algún tipo de…

“¿-nombre sensato?” Ron les envió a ambos una mirada suplicante. Pero mientras Harry le devolvía la mirada, inmóvil, la horrorizada comprensión apareció en su rostro de que no estaba bromeando en absoluto.

Hermione, al igual que Lucius, apoyó la cara entre sus manos.

“Su cumpleaños será en Halloween”, agregó Riddle, “ya ​​que es una buena fecha festiva entre los nuestros”.

Hermione lo miró a través de sus dedos. "Ese es el día que los padres de Harry murieron, ya sabes".

"Sí, entonces", Harry se encogió de hombros, "pensé que le vendría bien un poco de arreglo".

"Retiro todo lo que he dicho, Harry", gruñó Ron, "tú y Riddle son iguales".

Harry jadeó. “¡Retira eso! Yo nunca-"

"Sólo. Parecidos —gruñó Ron. "Ambos tienen un gusto terrible ".

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