Parte 30

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Lunes. A pesar de que pudiera parecer mentira, a Ash no le desagradaban del todo, dado que tenía un buen horario de clases.

Se montó en el autobús de siempre, inmersa en una de sus infinitas Playlists de Spotify, y con un agradable cosquilleo en el pecho al saber que iba a volver a ver a Justin.

Aún así, también había una parte de su mente que estaba intranquila. Después de aquel último mensaje de texto anónimo, habían llegado dos más, del mismo número, con el mismo tipo de comentarios.

Ash había tratado de no darle mucha importancia, pero la verdad es que no se lo quitaba de la cabeza. Cuando había salido a la calle aquella mañana, había sentido miedo.

No sabía quién era esa persona que parecía seguirla a todas partes. Ni qué tan peligrosa podía llegar a ser. Y se había sentido desprotegida al salir de su casa cuando el sol aún no estaba en el cielo.

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Ash detuvo la música que en ese momento sonaba en sus auriculares cuando bajó del bus y comenzó a adentrarse en el parking del instituto.

Sus ojos se desviaban a todos lados sin poder evitarlo. Buscando a aquel muchacho de aura oscura que había estado paseando por su mente desde la noche del viernes, después de que él la hubiera hecho suya por primera vez.

Se paseó por las filas de coches, mientras comenzaba a sentir un incipiente calor en sus mejillas al recordar la sensación de las manos de Justin tocándola, sus labios húmedos recorriendo zonas prohibidas...

El corazón le dio un bote dentro del pecho cuando lo vio a unos cuantos metros de ella. El muchacho se quitó el casco que le tapaba el rostro, y de inmediato se cubrió de nuevo con la capucha de la sudadera.

Ash aprovechó para observarlo, viendo cómo él consultaba algo en su teléfono y tecleaba con expresión seria. Los ojos de la chica miraron su cuerpo, fijándose en los jeans estrechos y desgarrados que él llevaba, en la chaqueta de jean que llevaba por encima de la sudadera blanca.

Pasó a fijarse en su rostro, o en lo poco que se podía ver de él. Sus ojos estaban completamente tapados por la capucha, dándole la intimidad que él buscaba. Aún así, Ash pudo distinguir una expresión de preocupación, incluso de rabia entre las facciones del rubio.

Justin apretó su mandíbula mientras terminaba de escribir en su teléfono, completamente absorto en su mente.

No quería estar allí, quería volver a montarse en la moto y volver a casa para poder asegurarse de que el malnacido de Jeremy no dañara a Pattie en ningún momento.

Para : mamá

Sé que estoy siendo insistente, pero no pienso ceder en esto. Al más mínimo gesto violento que veas de parte de Jeremy, avisa de inmediato a la policía.

Casi al segundo obtuvo una respuesta, y sintió que se le formaba un nudo en la garganta al leerlo.

De : mamá

No hará falta, Justin. Estoy bien, te lo prometo. Ahora deja de preocuparte y ocúpate de tus estudios. Nos vemos luego.

Justin apagó el teléfono sin contestar. Dejó salir un gemido de frustración, y se frotó el rostro con cansancio. Llevaba dos noches sin pegar ojo.

No supo qué sentir cuando, tras apartar las manos de su rostro, sus ojos se encontraron con Ashley, quien lo miraba a un par de metros de distancia con preocupación.

Y no le gustó que ella estuviera allí. No porque le desagradara su presencia, por supuesto que no. Sino porque ella acababa de pillarle en un momento de debilidad.

Used to  ~Jb~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora