Los Recuerdos De Nuestra Vida

Desaparición

Ante la desaparición de Batman en aquella misión regrese a casa donde no te vi por ningún lado.

—¿donde están todos?

—fueron a patrullar, ya era tiempo que Batman volviera a la acción.

—¿mi padre?

—debería de ir joven Damian.

Y así como me dijo Alfred fui en ayuda de ustedes, en especial de Dick quien portaba el traje de Batman y tú luchabas contra esas personas.

—¿Robin?

—hola Angelo

Cuando nos iban a atacar ambos lanzamos un puñetazo al mismo tiempo.

Y así continuó hasta que llegó la policía.

—hora de irse.

Subimos rápido al batimovil siendo yo que el iba atras.

—¿qué haces aquí Damian?

—no es obbvio, vine a ayudar, ya que que tu actuación como Batman no funciona.

—no empiecen.

Al pcoo tiempo descubrimos que nos seguían así que nos paramos, Dick habló con ella para después regresar a la mansión, donde cada uno tomó su rumbo. Sabía que no estarias tranquila por lo de padre así que baje a la baticueva.

—¿qué haces aquí?

—buscando a Bruce, desde que desapareció no he podido dormír.

—se nota.

—si bueno, al menos lo intento, con la información que nos dio Bárbara al menos podré hacer más.

—ve a dormir.

—ve a dormir tu, yo me quedo aquí.

Una pelea inicio junto a una apuesta, donde el perdedor se iría y dejaría de molestar al otro, siendo yo el ganador por esta ocasión así que molesta fuiste a tu habitación.

—se llevan bien eh.

—callate Grayson.

—no le dije para molestarte, solo lo que vi.

—si bueno deberías de prestarle más atención a ella, por lo que veo ha estado pegada aquí mucho tiempo.

Apague la computadora y regrese a mi habitación.

(...)

El pasar del tiempo termine herido y tú eras la responsable en cuidarme y curarme.

—puedo hacer esto solo, déjame en paz.

—bien si quieres me voy y que venga Alfred a cuidarte, estoy segura que te encantara eso.

Hice una mueca por el dolor y por tu comentario sabia que tenias razón y eso molestaba mi ego.

Cuando te fuiste a tu habitacion creí que sería mi oportunidad para andar por mi cuenta, pero verte ahí recargada sobre la moto hizo que mis esperanzas de irme se fueran.

—Robin, no deberías de estar aquí.

—tú no decides eso, muévete.

—hagamos esto, tengamos una pelea si me ganas te iras y evitare que te  rastreen o vayan a intervenir.