IV

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¿A caso el interés que sentía por la chica de los ojos grises era normal?

Después de su segunda visita a la cafetería estas comenzaron a ser muy constantes y en la mayoría de veces él era quien se encargaba de tomarle la orden.

Ya conocía perfectamente lo que pediría. Un café americano sin azúcar y sin ningún postre para acompañar.

Ella solía llegar a Joha durante la tarde, regularmente antes de que el sol se ocultara y se iba antes de las nueve, siempre llevaba un libro y audífonos con ella. Y solía pedir por lo menos una taza más de café.

Al principio Chris no puedo evitar sentirse como un acosador al saber lo que Belle iría a pedir al mostrador, pero después se lo tomó con calma y lo interpreto como un servidor que conocía bien a su cliente debido a sus frecuencia en el café.

El sol estaba por ocultarse y su descanso se estaba aproximando, esa tarde Joha estaba algo lleno y la razón era porque el frío no estaba siendo tan agresivo como días anteriores. La mayoría de las personas que estaban eran clientes muy frecuentes...

La hora estaba acercándose y no había señal de la chica de mirada gris en alguna parte...Felix se dió cuenta de la cierta impaciencia por parte de Chris y no pudo evitar reírse un poco de su compañero.

—Tu descanso acaba de comenzar —le recordó acercándose un poco, sus intenciones eran claras. Quería burlarse un poco del mayor.

—Lo sé —respondió sin verlo, estaba demasiado ocupado viendo a la puerta.

—Toma tu descanso, quizás hoy no venga.

Lo último sin duda hizo que Chris lo viera, el pelinegro notó la pequeña sonrisa burlona que había en el rostro de Felix.

—¿De qué estás hablando?

—Por favor Chris...no trates de fingir, sabes a qué me refiero.

—No lo creo.

—Vamos...sabes que estoy hablando de Belle —alargó su nombre, dándole un toque diferente.

Por un momento Chris se sintió atrapado, pero fingió su preocupación por lo notorio que era su interés por ella.

—¿A caso te enamoraste de ella? —interrogó el chico con una ceja enarcada y un tono meloso.

—¿De qué estás hablando ahora Felix?

—Diablos...—sonrió—. Sí lo estás.

Chris rodó los ojos tratando de fingir molestia, para que no fuese obvio el hecho de que probablemente si estuviera enamorado de ella.

—Deja de decir tonterías —bufó.

—¿Enamorarte de una cliente? —continuó—. ¿Qué no es eso demasiado cliché?

—No estoy enamorado de ella Felix, deja de ser tan inmaduro.

Fue entonces que la puesta fue abierta, dejando escuchar el ligero tintineó de la campana. Chris quiso voltear y ver si era la chica, pero por su reciente conversación con Felix sabía que iba echarse de cabeza a sí mismo. Así que se contuvo.

—De acuerdo, sino piensas tomar tu descanso ahora yo lo tomaré por ti —dijo aún sonriendo para después darse la vuelta y alejarse de ahí.

Chris vio al chico alejarse, cuando lo vio lo suficientemente lejos decidió voltearse encontrándose con ella. Parecía que estaba a punto de llamarle, pero al notar que él había volteado se detuvo.

En ese momento el pelinegro se arrepintió un poco y deseo no haberlo hecho, solo para ser llamado por ella.

—Bienvenida a Joha Coffee, ¿en qué puedo ayudarte? —dijo con ese tono amable que lo caracterizaba.

—Lo de siempre.

Incluso ella era sabedora de lo constante que era en esta cafetería, por lo que también sabía que los trabajadores conocían lo que pediría, ya no hacía falta pedirlo.

—De acuerdo, enseguida estará —le aseguró el chico.

—Gracias —murmuró ella dejando el dinero sobre el mostrador.

Chris tomó el dinero y vió como la chica se iba para buscar un lugar cómodo, es tarde habían llegado un poco más de personas, este día no había hecho demasiado frío aunque eso no aseguraba que más tarde no comenzara a enfriarse la ciudad. Después de haber registrado la compra de la chica, lavo sus manos y comenzó con la preparación del café de la chica, que en realidad no era nada complicado de hacer.

Mientras llevaba el café de Belle, Chris pudo ver a Felix no muy lejos, viendo su celular mientras comía un brownie. Al llegar hasta donde estaba la chica, dejó la taza sobre el porta vaso, avisándole a la chica que su orden había llegado. A lo que la chica respondió con un simple gracias.

Él asintió un poco para después regresar a el mostrador, por si a alguien más se le ofrecía algo, aunque después de la llegada de la castaña apenas hubo algo de movimiento, lo que sinceramente le aburrió, tuvo muchas ganas de ir con Felix y robarle un poco de su brownie, pero sabía que no podía dejar el mostrador solo.

Si quería mantener su empleo, tenía que estar ahí, hasta que el tiempo de descaso de Felix terminara y el pudiera tomar el suyo. La navidad estaba demasiado cerca, aunque eso lo ponía algo nostálgico, esta sería probablemente una de sus primeras navidades que pasaría solo, Chris tenía que trabajar ese día, no sería todo el día, pero si sería por un tiempo algo largo.

Ahora mismo, él vivía muy lejos de su familia, había dejado su hogar hace unos años para venir a la ciudad de Sídney con la intención de perseguir su sueño...pero sentía que cada vez que intentaba avanzar, su sueño se alejaba cada vez más de él. Cómo si este no quisiese que lo alcanzarán...

Your Tears Are Mine | ᶜʰʳⁱˢᵗᵒᵖʰᵉʳ ᵇᵃⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora